“Va a ser una semana difícil”: la definición electoral tiene en vilo a dirigentes y empresarios del campo
A días de las elecciones generales del próximo domingo para presidente, el sector agropecuario está entre la esperanza de un cambio positivo y la incertidumbre sobre las políticas futuras que s...
A días de las elecciones generales del próximo domingo para presidente, el sector agropecuario está entre la esperanza de un cambio positivo y la incertidumbre sobre las políticas futuras que se aplicarán para el sector. Así lo reflejaron dirigentes gremiales y empresarios del campo consultados por LA NACION que, además, ven con inquietud la escasa actividad en el comercio de insumos agrícolas en la última semana debido a la falta de un horizonte claro tanto en el ámbito cambiario como en el electoral. Todo esto en un contexto de creciente temor por una persistente falta de lluvias en varias regiones del país, lo que afecta al trigo sembrado y demora tareas para la implantación del maíz y la soja.
En diálogo con este medio, Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), se refirió a la situación comercial y de abastecimiento de insumos a días de las elecciones. “Según nos anunciaron, va a ser una semana difícil. Puede haber mercadería, pero sin precio o las dos cosas: ni mercadería ni precio. Con un adicional de un crecimiento en la tasa de interés que dispuso el Banco Central”, dijo.
Esta situación ya se estuvo dando en los últimos días sin precios y, también, con empresas de insumos que redujeron sus cuentas corrientes y acortaron los plazos de pago. El panorama se agrava con el escenario climático: “El productor está en una situación muy compleja porque los días pasan, la lluvia no llega y los plazos se acortan para la recuperación de los pastos naturales y la siembra de la cosecha gruesa”.
Asimismo, el dirigente señaló que se vive una mezcla de esperanza con preocupación por la llegada de un nuevo presidente a la Casa Rosada. ”Se espera un cambio, pero hay preocupación sobre si ese cambio que espera el sector agropecuario es el que se va a dar”, indicó. “En líneas generales, la mayoría de los candidatos no fueron demasiado concretos respecto de lo que podría suceder con el sector agropecuario, lo que dificulta que el productor tenga la mirada de largo plazo que debería tener”, dijo.
Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, manifestó que están atravesando los días previos a las elecciones con gran “expectativa y la esperanza de que finalmente comience a vislumbrarse un cambio en la política”. Apuntó: “Esperamos que se pueda empezar a ver las cosas que tanto pide el sector, como reglas claras y políticas de Estado que den previsibilidad”.
Por otro lado, lamentó la situación económica que atraviesa el país y criticó a los políticos por “generar más incertidumbre de la que ya hay”. En ese sentido, criticó que la campaña política se caracterice por un “intercambio de acusaciones que no aportan claridad al panorama”. Hizo un llamado a “más mesura y prudencia en las declaraciones”.
“Esto genera una gran incertidumbre en la gente que se apresura a comprar insumos y alimentos. Los proveedores no tienen un panorama claro, no están entregando mercadería o, si lo hacen, la entregan sin precio. Todo esto contribuye a un clima de inestabilidad e incertidumbre que es muy preocupante para los ciudadanos que tenemos que ir a votar”, señaló el dirigente.
“La situación del sector porcino es muy compleja, la incertidumbre es total”, expresó, por su parte, Adolfo Franke, de la Federación Porcina Argentina, respecto de la preocupación para abastecerse de cereales en la actividad. “Los stocks son muy bajos, hay algunas empresas que están al borde del quiebre de stock de cereales. Más allá de que hay disponibilidad, el productor agropecuario con la incertidumbre que hay no tiene claro el precio de venta, por lo cual al productor porcino le falta maíz y derivados de soja”, alertó.
Franke también expresó su preocupación por el aumento del precio del maíz y las dificultades para acceder a insumos. “Los productos veterinarios están limitados debido a las restricciones en las importaciones. Además, los cambios en las reglas de importación y la falta de autorizaciones de pago afectan a las empresas del sector”, explicó.
Enrique Rubén Bertini, presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), sostuvo que, independientemente de la línea política que sigue cada uno de los empresarios del sector, lo que se vive con urgencia es la necesidad de “que el próximo gobierno implemente políticas que fomenten la creación de nuevos puestos de trabajo, en lugar de eliminarlos”.
Esta preocupación se desarrolla en un contexto complejo para la industria de la maquinaria por una fuerte caída de las ventas atribuida principalmente a los efectos de la sequía. “Desde noviembre del año pasado, que venimos con ventas que se mantienen por debajo del punto de equilibrio. Todo lo que se está haciendo este año es consumir recursos propios para mantener la empresa en funcionamiento. Estamos trabajando con muy pocas ventas, tratando de sostener la actividad, pagar los sueldos en tiempo y forma y esperando que llueva”, dijo.
“Lo que se espera es que este proceso electoral se termine y una vez definido quién va a gobernar, se avance en dar estabilidad, certidumbre y confianza. Cosa que creo que no va a lograr solo quien gane, sino el arco político en su conjunto, más los sectores sociales y económicos”, remarcó Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
Remarcó que la “escalada inflacionaria está castigando con más fuerza a quienes se encuentran en la línea de la pobreza y la falta de dólares está haciendo que falten insumos para producir; sin previsibilidad es imposible proyectarse”.
En este contexto, el dirigente hizo un llamado al próximo gobierno para que promueva la estabilidad, proporcione financiamiento para la producción, unifique el mercado cambiario y elimine los impuestos a las exportaciones en sectores como la lechería, la ganadería y los cultivos de soja, maíz, sorgo, girasol, trigo y cebada, desde las primeras toneladas de producción hasta su eliminación completa.