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“Es un país peculiar”: la mirada sobre la Argentina de un referente italiano en psicología política

La Argentina, para Gian Vittorio Caprara, referente italiano de la psicología política y de la personalidad, “es un país peculiar”.Empezó a estudiarla como fenómeno político hace d...

La Argentina, para Gian Vittorio Caprara, referente italiano de la psicología política y de la personalidad, “es un país peculiar”.

Empezó a estudiarla como fenómeno político hace décadas entre otras naciones occidentales con resultados que le permiten afirmar que existe una relación entre la personalidad y la ideología. “El peronismo fue siempre una incógnita”, menciona, por ejemplo, al referirse a su composición ideológica, que va desde la derecha hasta la extrema izquierda. Advierte sobre los riesgos de la personalización de la política, como la inestabilidad y la volatilidad del electorado.

“Para mantenerlo, el poder a veces transforma a las personas, amplifica lo peor de ellas, consume”, señala sobre estudios al respecto. Enumera que existe en las sociedades una falta o fragilidad de las ideologías tradicionales, un nivel de aspiraciones que no está correspondido por las condiciones de vida, un descontento muy difundido, ausencia de esperanza y, también, de educación moral. “La libertad es absolutamente importante, pero no siempre está acompañada de responsabilidad. Tenemos que proteger la libertad y tenemos que desarrollar la responsabilidad –enfatiza–: ser libre significa, también, ser responsables de nuestros actos.”

En esa línea, agrega que “el mensaje que los jóvenes reciben de los mayores no siempre es de esperanza, de confianza y de responsabilidad”.

Caprara llegó al país para participar del XV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología “Cuarenta años de democracia: desafíos de la psicología”, que organiza la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En un intervalo en su agenda, dialogó con LA NACIÓN. “La primera vez que estuve en la Argentina fue en 1964… ¡Fue hace mucho tiempo!”, recuerda. Junto a él sigue atenta cada una de sus palabras una de sus hijas, que es psicóloga especializada en envejecimiento y reside en Madrid.

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Es profesor emérito y exdecano de la Facultad de Medicina y Psicología de la Universidad de Roma La Sapienza. Fundó en 1991 el Centro Interuniversitario de Investigaciones sobre la Génesis y las Motivaciones de los Comportamientos Prosociales y Antisociales (Cirmpa) con sede en la prestigiosa universidad romana. Fuera de su país, dio cátedra como Profesor Visitante en universidades como Stanford, UCLA (California) o NYU (Nueva York). También presidió la Sociedad Europea de Psicología. Ahora, combina la actividad académica y disertaciones en otros países con el tiempo en familia y sus nietos.

Las presentaciones del congreso en el Aula Mayor de la Facultad de Psicología, en la sede de avenida Independencia 3065, se podrán seguir online a través del canal de YouTube de esa casa de estudios acá. Caprara se refirió este miércoles, en la primera jornada, a los desafíos de la investigación sobre la personalidad, área en la que llegó a combinar la psicología política, social y económica para relevar, entre otros, los comportamientos políticos en las democracias occidentales reflejados en libros y unas 700 publicaciones científicas. La Argentina no escapó a sus trabajos de campo, como señala. Es común leer referencias a sus aportes en estudios sobre las pruebas más utilizadas para evaluar la personalidad a partir de cinco grandes rasgos básicos con distintos usos o de la interacción de su desarrollo con el ambiente o contexto y la cultura.

El desafío moral

Este viernes, a las 18, el decano de Psicología, Jorge Biglieri, le entregará el doctorado Honoris Causa de la UBA al cierre del congreso. El invitado expondrá sobre lo que también surgió en la entrevista: “La democracia como desafío moral”.

Opina que, hoy, ese desafío implica construir la democracia porque “está todavía inacabada”. Esto es, según explica, porque no se conoce lo suficiente sobre la psicología de cómo la gente piensa y actúa. No se refiere solo al comportamiento político, sus decisiones, sino a cómo se relacionan unos con otros.

“El desafío que tenemos como psicólogos es el de jugar un papel más incisivo en la sociedad: estar más atentos, ser más capaces, de comprender lo que pasa y de aplicar lo que conocemos a la resolución de los problemas para el buen funcionamiento de la democracia –plantea–. Y buen funcionamiento significa la posibilidad de que los ciudadanos tomen decisiones pensadas, críticas, responsables y de actuar consecuentemente. Si la democracia significa ser un sistema de participación, de respeto a la persona y a la ley, capaz de proporcionar oportunidades de desarrollo y bienestar a todos, los ciudadanos se deben empeñar en que estos principios se apliquen.”

Por todo esto, insiste en que la democracia es más que un conjunto de principios retóricos porque está convencido de que “puede importar un cambio relevante en las condiciones de vida y las relaciones interpersonales” en una sociedad.

Pide un minuto durante la charla para referirse a la importancia de lo que define como la educación moral de la población en tanto aprender “a tratar a los demás como uno quiere ser tratado”. Es, según amplía, saber reconocer el derecho de cada persona a ser respetada y a desarrollar su personalidad, que sería el de encontrar la condición de vida que puede permitirle desarrollarse.

“Hay, hoy, un gran problema de educación, que comienza a muy temprana edad. Pero la educación refleja también las condiciones de vida económica”, indica. Considera que existe una relación directa entre la condición económica y el desarrollo psicológico.

“El problema principal que encontramos es el de la desigualdad: probablemente, sea inevitable, pero el problema es cómo vamos a enfrentarla. Cada persona es única, tiene diferentes posibilidades, talentos, pero la sociedad no puede magnificar, exaltar, multiplicar diferencias que exasperan la relación entre las personas. Entonces, la desigualdad es inevitable, pero debe ser tolerable. El fin de la política, que creo que también es el de la ciencia, es crear las condiciones que permitan en una sociedad valorar más los talentos que tienen todos y que vivan una vida digna”, propone.

Sin respuestas

Sonríe al escuchar qué preguntas no puede responder aún la psicología. “¡Muchísimas!”, afirma, enseguida. “La psicología sabe poquísimo: cada persona es un misterio. Aún no comprendemos la parte oscura de la personalidad –pone como ejemplo–, que es la parte menos deseable, más peligrosa, que es fuente de sufrimiento para los demás, como la criminalidad, la crueldad o la violencia. Pero también de aquello que es doloroso para el individuo, como la depresión, que lleva a la infelicidad o al suicido. No sabemos cuánto puede ser la psicología, la medicina, la biología o la genética lo que ayude a explicarlo.” Para resolver problemas que tienen su causa en las condiciones sociales de vida, opina que “es muy importante” comprender también la economía, el derecho, la historia y la cultura en una sociedad.

Responde que “la pandemia de Covid-19 fue una prueba para la democracia” al exponer qué capacidad de respuesta política, sanitaria, educativa y social tenían en realidad los países. Para los profesionales de la salud mental, esa crisis abrió la oportunidad de empezar a brindar terapias a distancia frente a una alta demanda de soporte psicológico. Y, para los investigadores, la de conocer más sobre rasgos de la personalidad que pueden ser protectores, como la autoestima, la confianza en sí y los demás, confianza en el futuro, la capacidad de valorar lo positivo y de tolerar lo que no lo es, o se paralizan frente al miedo, tienen autodisciplina y pueden autoregularse, sienten menos ansiedad, entre otros más, en igualdad de condiciones.

“Estoy convencido de la importancia de ser capaz de compartir, comunicar y ayudar cuando se puede en la escuela, el trabajo y la vida social”, apunta.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/es-un-pais-peculiar-la-mirada-sobre-la-argentina-de-un-referente-italiano-en-psicologia-politica-nid30112023/

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