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“Murió una pibita, mejor si le cambiamos el sello”, la sugerencia de un traficante de 10.893 pastillas de éxtasis

Agustina Di Martino...

Agustina Di Martino falleció por sobredosis después de consumir una droga sintética en una fiesta electrónica en Malagueño, localidad situada a 30 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Fue el 24 de julio del año pasado. Pocas horas después, Carlos Francisco Sutter envió un mensaje de voz a un contacto al que tenía agendado como Capitán: “Estaría bueno que si me vas a dar otra tandita que le cambiemos el sello porque acá murió una piba y, qué sé yo... mejor si le cambiemos el sello”. Sesenta días después de ese chat, Sutter fue detenido por la Policía de Entre Ríos cuando cruzaba la frontera: lo acusaron del tráfico de 10.893 pastillas de éxtasis desde Brasil. Ahora, un fiscal pidió que sea condenado a la pena de ocho años de prisión y pague una multa de 1.000.000 de pesos.

Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. El pedido fue realizado por el fiscal general de Paraná, José Candioti ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná, a cargo del juicio por el mayor cargamento de éxtasis secuestrado en circulación en Entre Ríos.

Candioti pidió la misma pena de prisión e idéntica multa para otro imputado, Gustavo Albarracín. En cambio, para Víctor Capria, el joven que conducía el auto donde la Policía de Entre Ríos secuestró el cargamento de éxtasis, solicitó seis años de cárcel. No pidió condena para una cuarta imputada, Evelin González.

Ante los jueces Noemí Berros, Lilia Carnero y Roberto López Arango, Candioti y el auxiliar fiscal Juan Podhainy hicieron una diferencia entre Sutter y Albarracín y Capria.

Para el representante del Ministerio Público, Sutter, de 35 años, y Albarracín, de 37, “no eran mulas tradicionales”, ya que “tenían un buen pasar económico” y “organizaron un viaje a Brasil para adquirir las pastillas de éxtasis”, informaron fuentes judiciales.

“Sutter y Albarración fueron quienes financiaron el negocio ilícito, pusieron los medios económicos y vehículos para la concreción del plan criminal común”, sostuvo Candioti en su alegato.

Capria, según explicó el fiscal, era una “mula” calificada, el encargado de conducir el vehículo donde ocultaron las pastillas de éxtasis. González, “una chica en situación de vulnerabilidad”, fue utilizada para simular un viaje de cuatro amigos a Brasil.

Desde Porto Alegre y Camboriú

Las pastillas de éxtasis, que iban a ser vendidas en fiestas electrónicas de la ciudad de Buenos Aires y de Córdoba, habría sido comprados en Porto Alegre y Camboriú, en Brasil, según surge de información obtenida en el teléfono celular de Sutter.

Albarracín, Sutter, Capria y González salieron del país el mismo día, el 15 de septiembre pasado. Los dos primeros viajaron en un Audi A4; Capria y González, en un Fiat Argo. Volvieron todos juntos seis días después. Salieron e ingresaron en la Argentina por Paso de los Libres, en Corrientes.

El cargamento de droga sintética fue descubierto en un control de la Policía de Entre Ríos en el puesto caminero de San Jaime de la Frontera. Justamente se afirma que se trata del mayor “secuestro de éxtasis en circulación” porque en 2016 hubo un decomiso mayor (67.000 pastillas), pero en un control aduanero sobre una encomienda que llegó a la Argentina desde Alemania. Los narcotraficantes intentaron disimular los estupefacientes en una operación de importación de indumentaria, pero fueron descubiertos por personal de la Dirección General de Aduanas (DGA) de Paraná.

“Capria, ante la consulta del personal policial, se puso nervioso. Se dispuso una requisa del auto. El can detector de estupefacientes indicó la parte trasera del vehículo. Ante la presencia de dos testigos, se encontraron 11 envoltorios plásticos con las 10.893 pastillas de éxtasis. La causa quedó a cargo de la jueza federal de Concordia, Analía Ramponi”, explicaron fuentes judiciales.

Como Capria dijo que se dirigía a Córdoba, el personal policial recordó que los ocupantes del Audia A4 que había pasado por el control un rato antes, también tenían el mismo destino. Ante la sospecha de que podían estar juntos, se decidió ir tras el otro automóvil, que se había adelantado unos diez kilómetros.

No se equivocaba el personal policial. Poco después se comprobó que Albarracín tenía a su nombre una cédula azul que lo autorizaba a conducir el Fiat Argo donde se secuestró el éxtasis.

“Al partir del análisis de los datos de los GPS de los vehículos se pudo determinar que estuvieron en los mismos lugares en Brasil. Salieron de la Argentina el mismo día y volvieron el mismo día. Simularon un viaje de amigos”, sostuvo una fuente judicial.

En el alegato, los representantes del Ministerio Público pidieron el decomiso de los dos vehículos, a pesar de que no estaban a nombre de los imputados.

El fiscal Candioti sostuvo que el valor de las pastillas de éxtasis podría ascender a los 100 millones de pesos. También habló del poder de daño para los consumidores y, para fundamentar, su afirmación leyó y reprodujo el audio de Sutter donde hizo referencia al fallecimiento de Di Martino. “No vinculó la muerte con los sospechosos”, explicó una fuente judicial.

Hoy alegó el abogado Gustavo Torres, defensor de Sutter y Albarracín, que pidió la nulidad del procedimiento que dio origen a la investigación. También se opuso al secuestro del Audi A4 y del Fiat Argos y sostuvo que el monto de la multa solicitada era un exceso. Cerró su presentación con el pedido de absolución para sus clientes.

El viernes se conocerá el veredicto de los jueces. Para el Ministerio Público Fiscal hay pruebas suficientes para condenar a los sospechosos.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/murio-una-pibita-mejor-si-le-cambiamos-el-sello-la-sugerencia-de-un-traficante-de-10893-pastillas-de-nid05102023/

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