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“Visionaria”: profundo dolor por la muerte de una mujer que dejó una huella con las vacas lecheras

Un profundo dolor causó la muerte de Zulema “Zully” Ibarbia de Porcel, una criadora de la raza Holando Argentino. El 16 del actual la productora falleció a los 83 años (su fecha de nacimient...

Un profundo dolor causó la muerte de Zulema “Zully” Ibarbia de Porcel, una criadora de la raza Holando Argentino. El 16 del actual la productora falleció a los 83 años (su fecha de nacimiento fue el 21 de enero de 1940) y la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA) la despidió con un sentido mensaje en las redes sociales. Lo mismo que sus colaboradores y amigos en quienes marcó una huella importante.

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Ibarbia de Porcel, definida por el veterinario Alejandro Giudice, era una “visionaria que estaba detrás del tambo argentino de excelencia”, del establecimiento Campazú SA, en Vicente Casares, provincia de Buenos Aires. Por recordar alguno de los reconocimientos que obtuvo su genética, en 2005, tal y como publicó LA NACION, obtuvo con los boxes 194 y 181, la Gran Campeón Hembra y Reservado Gran Campeón Hembra, respectivamente.

“Fue una gran entusiasta de la raza y la producción lechera, muy colaboradora y predispuesta abriendo las tranqueras de Campazú. Recibía con la camaradería que la caracteriza, a productores y criadores de todo el mundo, una vidriera donde se apreciaban muy buenas vacas producto del destacado trabajo en desarrollo genético. Amante de las vacas lecheras todos los fines de semana, disfrutaba viéndolas y estudiando las grandes familias de vacas, que la llevó a lograr animales consagradas en las principales pistas”, la despidieron en ACHA.

Por su parte, Giudice recordó que hace 40 años, cuando era joven ella lo contrató junto a su esposo, Tito, para desarrollar un tambo de vanguardia en esa localidad bonaerense, con tradición porque había sido la zona de la afamada La Martona. Contó que lograron y consiguieron algo inédito en la Argentina: crear un biotipo de vaca lechera de excepcionales características lecheras y excepcional ubre, que es lo más importante para este país.

“El entusiasmo de Zulema fue el motor creador de esta empresa. Esto es lo primero que necesita cualquier proyecto en la vida: ganas y convicciones para lograr algo más grande que uno mismo. Cuando comenzamos, ella no sabía nada de este sector, pero se enamoró de las vacas lecheras. Tenía una personalidad especial. Su alegría y creatividad eran características indelebles. Juntos recorrimos Estados Unidos y Canadá en busca de terneras para importar a la Argentina”, relató.

Además, añadió que esto lo hizo construyendo, con visión y generosidad, un lugar que tiene un equipo muy profesional de personas, donde se ordeñan 550 vacas en tres tambos con 30 litros en promedio diario por vaca. “Para tener magnitud de lo que hablamos, aportando casi 20 mil litros de leche al día a la Argentina. La selección genética, los buenos índices de fertilidad y el excelente manejo agropecuario para la generación de reservas fueron tres pilares del trabajo durante todo este tiempo. El mejoramiento genético se hizo buscando vacas longevas de alta calidad lechera y ubres excepcionales”, afirmó.

Giudice agregó que Campazú fue reconocida en decenas de oportunidades como la cabaña más reputada en la cría de Holando en las últimas dos décadas. Durante nueve años consecutivos obtuvo el premio “Mejor Criador” que se otorga todos los años en Palermo y las grandes campeonas en todas las exposiciones rurales destacadas. Por otro lado, explicó que en un tambo la fertilidad es crucial porque es la clave para una alta producción láctea, pero su heredabilidad es baja. De todos modos, el mejoramiento genético persistente y el excelente trabajo de Rodolfo Murray lograron excelentes resultados.

“El manejo agropecuario fue liderado por el sobrino de Zulema, Javier García Porcel, y también siempre se hizo siguiendo los más altos estándares y con formidables resultados”, dijo.

Además, uno de sus colaboradores más cercanos, Carlos Sanz también la recordó: “Fue una mujer encantadora en todo sentido e increíble, porque vivió como le hubiera gustado a muchísimas personas. Logró un montón de cosas. Destacó su gran familia y su empresa. Ella sabía conseguir a los mejores. Estará por siempre con nosotros que tanto tiempo compartimos en las exposiciones y en los viajes al primer mundo en busca de mejorar Campazú todos los días”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/visionaria-profundo-dolor-por-la-muerte-de-una-mujer-que-dejo-una-huella-con-las-vacas-lecheras-nid19092023/

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