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A Boca se le achican las puertas: todo apunta a ganar la Copa Argentina para llegar a la próxima Libertadores

“Tenemos que tratar de que sean cinco partidos y ganarlos”. La frase corresponde a Juan Román Riquelme, durante la conferencia de prensa que brindó el lunes, tras la final perdida con Flumine...

“Tenemos que tratar de que sean cinco partidos y ganarlos”. La frase corresponde a Juan Román Riquelme, durante la conferencia de prensa que brindó el lunes, tras la final perdida con Fluminense en la Copa Libertadores, la renuncia de Jorge Almirón a la dirección técnica y quedando lleno de obligaciones en un margen finísimo. Con un objetivo claro: clasificarse a la Libertadores del año que viene. Ese número del que habló el vicepresidente segundo hacía alusión a los tres encuentros finales de la Copa de la Liga y la necesidad de alcanzar la final de la Copa Argentina para obtenerla y clasificar. Ya pasó uno, el empate (1-1) en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo por el Torneo. Si bien hay variantes, la brecha se acortó y ganar el torneo federal parece ser la ruta menos brumosa.

Boca jugó un muy buen partido. Máxime si se analiza el golpe a cuestas con el que jugaría la espalda de cada uno de los jugadores: “Fue duro por la ilusión, pero no tuve que trabajar en lo anímico porque quisieron estar todos”, comentó Mariano Herrón, el hombre interino que se hará cargo del plantel profesional hasta fin de año, acerca de haber puesto en Bajo Flores a nueve de los once futbolistas que jugaron de titulares en el estadio Maracaná (Frank Fabra y Ezequiel Fernández fueron los ausentes).

Las modificaciones de Herrón fueron alterando bastante de esa buena actuación colectiva que venía exponiendo el elenco xeneize: no por los nombres ingresantes, sino por el cambio de esquema con el que pasó a una línea de cinco defensores que le quitó fuerzas. También es cierto que el 1-1 termina dándose, principalmente, porque Sergio Romero, ese gigante que se acostumbró a no fallar nunca, esta vez calculó mal y Adam Bareiro colocó la igualdad. Por eso mismo, las manos quedaron (casi) vacías, como si se hubiese tratado de una derrota.

Primero, su mala campaña doméstica terminó de ubicarlo a seis unidades de Racing y Belgrano, los últimos dos equipos que están ingresando a la fase final dentro de los cuatro mejores equipos de la Zona B, cuando –justamente- faltan disputarse la misma cantidad de puntos. Una matemática que le sigue dejando la ventana abierta, pero que con los días se cerrará: de 14 equipos que integran el grupo, tiene por delante otros seis elencos que siguen buscando sumar para meterse. Incluso, académicos y cordobeses deben enfrentarse en la última fecha.

En lo que más lamenta Boca la paridad ante el “Ciclón” es en la tabla anual de puntos acumulados. Era una final. Ganando (como lo estaba desde que Miguel Merentiel convirtió a los cinco minutos del complemento) se ubicaba a sólo un punto de Rosario Central (59), el último de los tres equipos que acceden a la Copa Libertadores 2024. No obstante, con el reparto de unidades consumado, dejó pasar el tren de, incluso, superar al propio San Lorenzo: con 56 puntos, quedó a tres de los rosarinos. Aunque gane los dos compromisos restantes frente a Newell’s, en la Bombonera, y contra Godoy Cruz, en Mendoza, también deberá estar atento a lo que hagan la entidad de Boedo, el “Canalla”, Estudiantes y Defensa y Justicia. Está octavo, con muchos rivales por encima. Y no depende de sí mismo. Complicado.

Así las cosas, pareciera que esos “cinco partidos” de los que habló Riquelme se reducen prácticamente a dos. La Copa Argentina. El margen es fino. Se trata de ser campeón o ser campeón, más allá de que el club puede encontrar atajos a través de los cupos que se liberarán por otras instancias: el que levante la Copa de la Liga y el que haga lo propio en el torneo federal le permitirá a los relegados poder sumarse. Por las dudas, Boca debe hacer lo suyo (ganar los seis puntos) y plantarse lo más arriba posible en la tabla anual para que su lugar en la fila esté cercano a la entrada que será ofrecida.

Es que se cruzará con el “Pincha” en la semifinal, ya pactada para el 22 de noviembre. Lo que significa una complicación: un día antes culmina la última fecha FIFA del año y Boca puede sufrir las citaciones de Luis Advíncula y Edinson Cavani, por ejemplo. Ahora bien, si accede a la final, lo esperarán San Lorenzo o Defensa y Justicia. Así como en la tabla anual los cuatro equipos están pegados en la disputa y se desesperan por clasificar al certamen continental mediante esa vía, sienten la misma necesidad que Boca: ganar la Copa Argentina para acortar los caminos.

¿Más claro? Un cupo, desde ya, se abrirá debido a que uno será campeón. Entonces, aun llegando a la final y perdiéndola, puede sostener la esperanza de ingresar a la siguiente Copa Libertadores mediante los puntos acumulados. Se insiste: para eso, Boca debe frenar su mala racha (ganó apenas tres de doce jornadas locales). Sin embargo, para cerrar un mejor año, ser campeón en la Copa Argentina es lo que pretenden en la institución. Nada de depender de los demás u otros factores.

“No, no nos juramos ser campeones de la Copa Argentina. Porque sabemos que representamos la camiseta más grande del país: tenemos la obligación de clasificar a la Copa Libertadores”, fue certero Nicolás Figal tras la igualdad en el Gasómetro.

El plantel, más allá del golpe copero, se siente bien y preparado. Aunque, a la vez, los números empiezan a apretar el cuello, desde este miércoles, todavía más.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/a-boca-se-le-achican-las-puertas-todo-apunta-a-ganar-la-copa-argentina-para-llegar-a-la-proxima-nid08112023/

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