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A llorar al campito

Cuánto abatimiento, qué confesión desgarradora la del gobernador del Chaco, Jorge Capitanich. Está preocupado porque no sabe de qué va a vivir después del 10 de diciembre, cuando deba entrega...

Cuánto abatimiento, qué confesión desgarradora la del gobernador del Chaco, Jorge Capitanich. Está preocupado porque no sabe de qué va a vivir después del 10 de diciembre, cuando deba entregar el mando y no haya Emerenciano que lo salve.

No es cuestión de hacer leña del árbol caído, pero debió haber sido previsor. Y no solo durante los últimos meses en los que Leandro Zdero, de Juntos por el Cambio, empezaba a ser una amenaza cierta a su poder real: un utlimátum que terminó por sepultar el cacicazgo de 16 años de Capitanich como gobernador, de un total de 22 años en los que se ha venido desempeñando como empleado de los tres niveles de la administración pública.

Por ejemplo, debió empezar por abstenerse en 2015 de romper varias páginas del diario Clarín frente a las cámaras de televisión mientras daba una conferencia de prensa como jefe de Gabinete de Cristina Kirchner para decir que ese medio mentía y publicaba basura. Nunca escupas al cielo, dice el refrán. Hoy le vendrían al pelo los clasificados que imprime ese medio para buscar trabajo.

Veamos: durante la semana que pasó, el diario colega publicó que se necesitan empleados administrativos para una empresa aseguradora. El problema es si alguien aseguraría su auto con el Coqui.

Pasemos a otros avisos: cajero con experiencia. Mmm... no. Que no maneje plata por un tiempito más o menos de dos años, como sugería Barrionuevo que dejaran de robar los políticos.

Saltemos a otra columna de los clasificados. Buscan personal de seguridad: negativo. En el ámbito privado le van a exigir buenas referencias y es difícil que las consiga; menos en ese rubro.

Peón general, medio turno: sería raro que el Coqui agarrara viaje habiendo sido peón de Cristina a tiempo completo y terminado en la lona.

¡Estampador! Lindo trabajo, pero más de lo mismo para quien viene de imprimir su narcisismo, su yo y su superyó en inauguraciones de canillas en Charata.

¿Carnicero? No es negocio teniendo en cuenta el precio de la carne. Sucede lo mismo con la demanda de empleado para estación de servicio justo ahora que empieza a faltar gasoil.

A lo que de ninguna manera le conviene a Coqui presentarse es al puesto de lavador. La lista de compañeros suyos en ese rubro es demasiado larga y dicen que Martín Insaurralde ya tendría asegurado el cargo.

Va un consejo. De onda nomás. Tal vez le convenga juntarse con Fernando Espinoza y rezarle a la Virgen de Luján, que el matancero está usando sin pudor para hacer campaña para su reelección.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/a-llorar-al-campito-nid08102023/

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