El arte cada vez se presenta de las maneras más sofisticadas. Callejero, site-specific, exposiciones dispuestas con estrategias de eximia creatividad, muestras diseñadas para que el público pueda interactuar. “Curaduría” es la palabra que se utiliza para definir las técnicas dirigidas a la conservación, supervisión y exhibición de bienes artísticos y culturales. Sin saber tal vez de estas definiciones tan precisas, quien haya dispuesto mantas, ponchos, animalitos, almohadones con forma de corazón y demás objetos ha creado una obra de arte de alegres colores y ha elegido como soporte un auto que, de tan cubierto, solo se adivina su existencia por la forma. Es cierto que tiene una finalidad muy distinta del simple deleite. La intención es vender esos objetos. Pero los ha dispuesto con una dedicación digna de un encumbrado curador. Un amor al arte y a su trabajo que ojalá los compradores sepan recompensar.