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Andrea Bonelli: por qué quiso abandonar la actuación, sus frustraciones y su gran historia de amor con Nacho Gadano

Andrea Bonelli está muy entusiasmada con su vuelta al teatro. La última vez que se subió a un escenario fue en marzo de 2020 cuando estrenaron a sala llena la obra Teoría de King Kong, pero a l...

Andrea Bonelli está muy entusiasmada con su vuelta al teatro. La última vez que se subió a un escenario fue en marzo de 2020 cuando estrenaron a sala llena la obra Teoría de King Kong, pero a la semana cerraron los teatros por la pandemia. La revancha se presenta ahora con Borges y yo. Recuerdo de un amigo, que debuta el 22 de noviembre en la Sala Cunill del Teatro San Martín. La actriz conversó con LA NACION sobre la particularidad de la obra y recordó que un momento de su carrera quiso retirarse de la actuación. También dijo que de chiquita quería ser bailarina, pero una lesión y la idea de no tener el don de la excelencia, la hicieron replantearse su futuro. Y, romántica, contó que este año festejaron 25 años de amor con el actor Nacho Gadano.

–¿Cómo te sentís con esta vuelta al teatro después de tres años?

–¡Feliz! Es mi primer trabajo después de la pandemia. Habían surgido posibilidades de hacer teatro, pero estaba muy abocada a Borges y yo, con la necesidad de hacerlo y me esforcé mucho para eso. Puse toda mi energía acá y fue complejo porque Hanna Schygulla, la directora, está en Francia; Peter Ludwig, que hace la música original y los arreglos, vive en Alemania; ellos hicieron la obra hace mucho tiempo. Aquí armamos un equipo maravilloso, de un nivel excelente. Venía de la experiencia de Teoría King Kong y me había gustado ese formato de comunicación directa con el público derribando la cuarta pared. Esta vez, sucede lo mismo.

–¿Naciste con ganas de ser artista? Empezaste de muy joven...

–Quería ser bailarina. Estudié cinco años en el Teatro Colón y el nivel de excelencia que necesitás para hacer los grandes clásicos del ballet, que era lo que yo quería, es enorme. No siento que tuviera el privilegio de ese talento, aunque trabajaba mucho y a los 11 años iba a tomar mis clases a las 7 de la mañana.

–¿Por qué colgaste las zapatillas de punta?

–Una lesión me obligó a parar. Fue una tendinitis en un tobillo, en el talón de Aquiles y tenía que hacerme una intervención quirúrgica para poder seguir bailando o dejar. Creo que ese fue un punto de quiebre porque me di cuenta que no tenía sentido seguir sin la excelencia que yo creo necesita una bailarina clásica. Tenía 15 años.

–¿Ahí decidiste que tu destino era actuar?

–Ya había actuado a mis 12 años en la escuela haciendo Las de Barranco interpretando a Doña María Barranco y recuerdo ese momento como una experiencia hermosa y de mucho disfrute. Todos mis trabajos en teatro fueron con Mónica Viñao, una artista a la cual admiro y quiero mucho. Y una de las cosas que me permitía con ella era cantar. En todas las obras que hice con Mónica, yo cantaba y ella me alentó mucho. Así empecé y seguí cantando. Hasta hicimos un espectáculo de canciones con Nacho que se llamó Parece mentira y eran valses, tangos y milongas. Ahora hace tiempo que no canto...

–Una artista completa que canta, baila y actúa.

–No, no bailo... (risas). Soy una bailarina frustrada y nunca hice comedias musicales porque hay que tener un nivel de canto y baile muy grandes. Soy muy exigente.

–Alguna vez contaste que estuviste a punto de retirarte, ¿por qué?

–Cuando terminé de hacer Gerente de familia, una comedia muy exitosa con Arnaldo André, me planteé si seguir o no. Me di cuenta que nunca me había dado la posibilidad de hacer otra cosa en la vida, que nunca me había dado la oportunidad de entrar a la facultad, de tener otro tipo de experiencias, de vivencias. Seguí mi impulso, el de la vocación por lo artístico y siempre apoyada por mis padres. Nunca me había planteado otra cosa y me pareció que me estaba limitando en la vida. ¿Por qué no ser otra cosa? Me tomé un largo año sabático.

–¿Y qué hiciste en ese tiempo?

–Me gustan mucho las ciencias sociales, la historia, las ciencias políticas, me planteé estudiar, averigüé para hacer una de estas carreras universitarias y cuando ya estaba por largar me di cuenta que no era por ahí. En ese momento trabajé un poco en derechos humanos y traté de hacer otras cosas paralelas, pero cuando tuve que tomar la decisión real y comprometerme, volví a actuar, a reconfirmar que es lo que me gusta e interesa.

–Fuiste testigo de los cambios en nuestra industria audiovisual, ¿cómo los transitaste?

–Me tocó pasar de la televisión formato canal a las productoras como Polka y Underground; en ambas se trabaja de manera parecida pero con otro tipo de estética. Y ahora las plataformas plantean otra manera de trabajar y es muy interesante. Yo no extraño aquella televisión. Es parte de la evolución de nuestro trabajo. Hice pocas novelas y muchas comedias. Lo pasé muy bien, me dio satisfacciones, pero es algo que ya pasó.

–Con Nacho Gadano llevan 25 años juntos, ¿se conocieron trabajando?

–Llevamos 25 años juntos y hace poco los festejamos. Nos conocimos en una clase de yoga. Ya sabíamos quién era el otro, pero conversamos y ahí empezó todo. Trabajamos muy pocas veces juntos porque se dio y porque tampoco nosotros lo provocamos. Hicimos ese espectáculo de música y una obra de teatro en una temporada, Tres versiones de la vida. Ahora él está dirigiendo tres espectáculos performáticos y tiene una película y series por estrenar.

–¿Cómo es la convivencia de una pareja de actores? ¿Hablar de arte es recurrente?

–No, para nada. Compartimos cuando estamos ante un trabajo. Necesito que él esté y me acompañe ahora que estoy a punto de estrenar, pero no nos metemos jamás en el trabajo del otro, salvo que el otro pida. Y yo soy muy de pedir... (risas). Además, Nacho me conoce y tiene todo el permiso para decirme lo que quiera. Cuando eso sucede, estamos muy atentos, pero nuestro mundo no pasa por hablar de arte siempre.

–¿Siguen haciendo yoga?

–De vez en cuando y más tranquila. Me gusta mucho investigar, leer, compartir con la gente que quiero. No soy de las personas que necesitan estar trabajando todo el tiempo; no tengo la ansiedad de las personas que no saben qué hacer si no trabajan. Si yo no trabajo, sé quién ser.

–El trabajo del actor es muy inestable, ¿tampoco sentís ansiedad cuando los ahorros merman?

–Soy muy cuidadosa. Desde que empecé a trabajar tuve la sensación de que este trabajo es muy inestable; lo sentí toda mi vida. Si bien no extraño hacer televisión, soy consciente de que hay muy poco trabajo para los actores. Siento que hubo una especie de desaparición del actor, de alguna manera. Eso también cambió porque ya no está solamente el actor que entretiene o te hace pensar; ahora también están las redes, los influencers. Es otro mundo. Sin embargo, el actor siempre va a existir si hay un texto, alguien con ganas de decirlo y otro que quiere mirar. Y eso es el teatro, tan noble.

–Tu hijo Lucio (fruto de su relación con el actor Gerardo Romano) también siguió el camino del arte...

–Es artista. Es muy perfil bajo y no quiero contar nada, pero pinta (risas). Está muy bien.

–Hablemos de Borges y yo, ¿cómo llegó ese texto a tus manos?

–En febrero 2022 estaba de vacaciones en París, después de muchos años y cada vez que voy me encuentro con Hanna Schygulla y con Alicia Bustamante, directora y actriz cubana que fue su compañera, pero hacía muchos años que yo no iba. Charlamos mucho, nos pusimos al día y le conté que tenía ganas de hacer algo que tuviera un contacto más directo con el público. Al otro día me dejó un mensaje diciéndome que tenía un proyecto sobre cuentos de Borges y tangos, que ella había hecho en francés y en alemán y quería regalármelo para que yo lo hiciera en argentino. Ya me estaba yendo a España, pero de todos modos nos encontramos y me lo dio.

–¿Y qué te pareció? ¿Cómo siguió la propuesta?

–Es un texto hermoso con cuentos de Borges intercalados con tangos populares, que temáticamente están relacionados. Trabajamos el material, surgió la posibilidad de que ella lo dirija y a mitad de 2022 volví a París a ensayar durante un mes y medio, muy intensamente. Tanto que no pude hacer turismo y tenía muchas ganas de pasear un poco (risas). Tenía todos los textos sabidos, lo que facilitó los encuentros, y me traje el material grabado y fílmico. La música original es Peter Ludwig, un músico alemán al que le gusta mucho el tango y hace los arreglos y la música original. La música tiene una presencia enorme en el espectáculo. Y claro, yo le pongo mi impronta. La idea es seguir en la Argentina el año que viene un poco más y en agosto llevar la obra a España.

–¿Cuál es tu relación con Borges?

–Tenía una relación pequeña porque leí algunas cosas muy puntuales que fueron muy significativas y trascendentales, diría. Uno es Los conjurados, el último libro que publicó y que tiene una poesía muy particular para mí. Y El libro de arena también fue especial. Ahora que me metí más en su mundo, leí cuentos que no conocía, lo escuché y siento que tengo una relación cercana. Es una relación muy afectiva, a través de su palabra. Borges es inabarcable, infinito. Me conmueve profundizar en su mundo tan particular, en la poesía del tango y su música de la mano de Hanna, con su sensibilidad y capacidad creativa. El espectáculo consta de una selección de siete cuentos breves de Borges: Utopía de un hombre que está cansado, El enemigo, Los espejos velados, El cautivo, El fin, Ulrica y Borges y yo; más una selección de tangos populares argentinos como “Alguien le dice al tango” de Piazzolla y Borges, “Uno”, “Volver”, “La última curda”, “El día que me quieras”, “El choclo”; y tres temas de música original compuesta por Ludwig. Me acompañan dos músicas de excelencia como Shino Ohnaga, en piano, y Cristina Titi Chiappero, en cello.

Para agendar

Borges y yo. Recuerdo de un amigo futuro. Las funciones tendrán lugar del miércoles 22 al domingo 26 de noviembre y del martes 28 de noviembre al sábado 2 de diciembre, a las 19.30. En la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530).

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/andrea-bonelli-por-que-quiso-abandonar-la-actuacion-sus-frustraciones-y-su-gran-historia-de-amor-con-nid16112023/

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