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Andrés Ibarra, candidato a presidente de Boca: su apuesta por la “gestión”, las críticas a Riquelme y los planes que tiene para el fútbol y la nueva Bombonera

Su receta no parece demasiado compleja pero tiene una particularidad: la utilización o no de un par de ingredientes vitales puede garantizar el éxito o determinar el fracaso. Es que todos sus pen...

Su receta no parece demasiado compleja pero tiene una particularidad: la utilización o no de un par de ingredientes vitales puede garantizar el éxito o determinar el fracaso. Es que todos sus pensamientos derivan, como si fueran flechas que apuntan en un mapa conceptual, a dos palabras con forma de eje: mística y gestión. La teoría no siempre tiene una correlación directa con la práctica, pero el plan lo tiene y está convencido de poder hacerlo realidad. Andrés Ibarra, candidato a Presidente de Boca, anticipó en una charla con LA NACION cuál es el club con el que sueña en caso de ganar las elecciones de diciembre. Hincha y socio vitalicio xeneize, fue Gerente General de la institución durante el mandato de Mauricio Macri, etapa que recuerda con una sonrisa y con la etiqueta de “gesta histórica” y también fue ministro de Modernización de la Nación cuando Macri fue presidente de la Argentina.

Habla de un plantel profesional de Boca devaluado, de un futuro preocupante en materia de fútbol juvenil y una falta de planificación alarmante. También dice que va a disolver el Consejo de Fútbol. Ibarra se entusiasma con un nuevo estadio en Casa Amarilla -será presentado oficialmente este lunes 22- que albergaría a más de cien mil espectadores: “Ya me cansé de ver maquetas lindas. Nuestra propuesta es verdadera, definitiva y cumplible”.

-¿Cuándo le empezó a gustar el fútbol y por qué?

-A los 5 años, cuando empecé a ir a la cancha. Me llevó un tío mío, hermano de mi viejo, más joven y fuimos a ver un Boca vs. Deportivo Quito. Yo tenía el recuerdo que habíamos ganado 5-0, pero hace un tiempo, charlando con socios, comento esto y a los diez días, uno de los socios que había estado en esas charlas, me manda la Revista Goles de aquella época, ya en color sepia. Y la tapa era ese partido, Boca con Deportivo Quito, que el Tanque Rojas hizo dos goles (somos amigos con el Tanque, pero no me acordaba tampoco). Estaba la fecha y la crónica de este partido, pero en realidad había sido 4-0. No era como el recuerdo que tenía. Y a partir de ahí nació. Después fui toda la vida a la Bombonera con amigos, fui socio desde chico y ahora soy socio vitalicio; tengo mil anécdotas de los distintos equipos de Boca. Y también había partidos que los escuchaba por radio, aquel equipo de Roma, Silvero, Marzolini, Simeone, Rattín y Silvera; Pianetti, Angelito Rojas, el Tanque Rojas, Menéndez y González fue el equipo de memoria de chico. Yo tenía 5 años y se los hacía repetir a mi vieja y mi hermana. Y después recuerdo un golazo de Pianetti a Amadeo desde 40 metros, un clásico ante River que ganamos 2-1.

-¿Qué lo impulsó a ser dirigente, en la primera gestión como Gerente General?

-Mi pasión por Boca. El fútbol me gusta mucho, tanto seguirlo como jugarlo. Al tener la oportunidad de ser Gerente General en la gestión de Macri fue vivirlo desde adentro, desde lo que es generar una transformación en el club y ayudar desde ese rol para una gesta que fue histórica para Boca. Cuando se da la chance ahora, tras haber terminado en mi caso toda la gestión pública y política de Gobierno, y viendo lo que está pasando en Boca hoy…, desde el desmanejo, la falta de gestión… Y tras una conversación que tuve con Mauricio, charlamos sobre esta posibilidad y me enganché. Me enganché por esas razones, por conocer a Boca desde adentro, por querer generar y volver a hacer una transformación de fondo en lo que el hincha y el socio de Boca quiere, que es el Boca grande respetado internacionalmente, partícipe activo de las Copas internacionales. No nos conformamos sólo con las copas locales. Los hinchas de Boca queremos ganar todo, pero el objetivo es la participación competitiva de Boca en el terreno internacional. Y eso no se da por casualidad. Se da cuando detrás tenés una institución seria, con reglas de juego claras, con una gestión potente, y por supuesto con un equipo competitivo, cuidando al club económicamente, en la modernización de la propia gestión. Y eso es un desafío espectacular, volver a transformar el Boca actual.

-En su etapa como Gerente General de Boca, ¿qué aprendizaje consiguió y qué ve que actualmente no se está haciendo?

-Dirigir un club es totalmente distinto a dirigir una empresa, hasta es distinto a la gestión pública de la política, aunque el club tiene muchísima política, pero ¿qué pasa? Tiene un componente muy alto de pasión. En los clubes, y fundamentalmente en Boca, la pasión es un elemento fundamental que tenés que considerarlo junto con la gestión. No por casualidad nosotros escribimos con Macri y el profesor Alberto Ballvé basado en el Libro Boca de Harvard titulado “Pasión y Gestión” porque todo el tiempo estás gestionando en el marco de una pasión inmensa que no tiene ningún otro club. Y eso significa que vos tenés que estar peleando todo el tiempo tratando de no irte a la banquina, de no desviarte. Porque siempre lo más fácil es desviarte por atender las demandas de adentro: “¿Por qué no comprás a tal jugador?” o “Hagamos una cancha de básquet de nuevo” o lo que sea… y por supuesto el fútbol profesional. No todo en Boca es alcanzable.

-¿El hincha entiende eso, que quizás se toman decisiones en contrapartida con lo que ellos quieren?

-Parte del desafío de la gestión es comunicar bien. Es clave que se haga lo que no pasa hoy, ya que el socio no tiene información. Al socio le llegan definiciones del filtro, por ejemplo para poder ir a la cancha, y ni siquiera hay una explicación justa de por qué pasa esto. ¿Por qué un socio del Interior está sometido a lo mismo de un socio de Capital? Los vitalicios, por estatuto, deberían poder entrar sólo mostrando el carnet y hoy tienen que hacer una serie de maniobras, yendo a las boleterías de Irala para tener la acreditación. ¿Por qué no se sabe nada del nuevo estadio? Hoy, en la era de la tecnología y las comunicaciones, no estar a la vanguardia en ese tema de sus socios... Encontes, ¿el hincha entendería? Sí, en la medida que las cosas se expliquen bien. Si sos dirigente tenés que aplicar con la cabeza y el corazón manejarlo con racionalidad.

-¿Hace cuánto que va a la cancha y qué ve cuándo va?

-Hace más de 50 años que voy a la cancha y lo que más veo y me preocupa hoy es el funcionamiento del club en sí mismo, que implica lo que pasa en el fútbol profesional. Hay una expectativa de los socios que en su momento votaron a esta gestión, y a Riquelme en particular, pensando que el ídolo deportivo estaba en la misma altura en materia dirigencial. Y hoy se ve una pésima organización, empezando por el fútbol profesional. Yo creo que, en la estructura del fútbol, si hay un manager y un técnico no debe estar nadie más molestando en el vestuario y complicando decisiones en el vestuario. Si tenés seis personas alrededor de eso, las seis van a estar representando o teniendo influencia con un representante u otro… Que está bien que el mundo del fútbol tenga a distintos protagonistas. Está bien que estén. Los representantes tienen un rol, los DT tienen un rol, los asesores tienen un rol, pero cuando metés todo ese combo en el mismo vestuario, lo único que produce es un vestuario sin armonía y muchas veces con intereses contrapuestos, con jugadores que se ponen sin que se justifique que jueguen en ese momento en el equipo... Ese ordenamiento no se está dando. Y veo ese resultado en el campo de juego.

Se ganaron algunos títulos, pero en realidad son menos en función del total que se jugaron y el equipo, la verdad, no juega bien. Y lo otro que se ve es ¿por qué Boca no es tan competitivo? En paralelo dejaste de lado a una cantidad enorme de jugadores que quedaron libres y eso, en números que calculamos, son más de 35.000.000 de dólares que Boca perdió patrimonialmente, que dejó de tener patrimonialmente. Ese dinero no sólo le hubiera permitido reforzar el equipo y tener otras figuras importantes, sino también desarrollar obras de infraestructura o del estadio. Al principio de esta gestión se habló del ‘proyecto 360′, pero no hay nada.

-¿Siente que el plantel de Boca hoy está devaluado?

-Claro, pero eso es otra cosa que el dirigente tiene que tener en cuenta a la hora del cuidado patrimonial del club. Vos debés tener un equilibrio entre figuras de experiencia y los juveniles, la generación de la cantera que te permita ir creciendo en el valor patrimonial. Si vos vas poniendo a los juveniles pero de manera sostenida, con un criterio, con una planificación, vas a aumentar el valor patrimonial de tu plantel. Y esto en Boca no pasa porque todo se hace de manera espasmódica por un motivo o por otro. El mejor ejemplo es el de Valentín Barco. Barco se destacó hace dos años en aquel partido que Boca debió jugar con juveniles ante Banfield; se destacó también Mancuso, también Taborda, pero se destacó mucho Barco. Ahora llegó Almirón, ¿abrió el placard y resulta que estaba Barco y lo puso? Eso es falta total de planificación. El hincha ve que el equipo no tiene figuras, no juega bien, no es competitivo… ¿por qué pasa esto? Porque no se cuida al club patrimonialmente, porque no hay una planificación ni gestión seria.

-¿Cómo sería su estructura para el manejo del fútbol?

-El Consejo de Fútbol lo disuelvo el primer día de la gestión, si es que no se fueron antes. Eso no contribuye al ordenamiento del club. Nosotros vamos a tener un manager deportivo, que dirija el fútbol juvenil como el fútbol profesional y un entrenador adecuado a lo que esperamos tener para Boca. Después hay más ideas para el fútbol juvenil. En la cantera no sólo capacitás chicos para ser jugadores de fútbol, sino que buscas formar personas. Y yo quiero darle a Boca un liderazgo en ese tema, primero recuperando todo el scouting (que sé que está con bastantes deficiencias) pero pensando en los chicos como personas y más viendo la realidad social que vive la Argentina. El fútbol es una herramienta sensacional para ayudar a nivel social con eso.

-Nombró a las inferiores, pero da la impresión de ser uno de los aspectos positivos de la gestión de Ameal y Riquelme: el espacio que se les dio a los juveniles que fueron surgiendo del club en primera división, cuando en la gestión de Angelici parecía que -no bien surgían- eran vendidos al exterior.

-No lo veo positivo desde el lado de la planificación, no veo que haya ninguna planificación. Lo que sí se ha aprovechado es que talentos que se han generado en la gestión de Angelici empezaron a tener más protagonismo, pero sin ser sostenidos. Pero la mayoría de todos esos chicos empezaron a formarse en aquel momento. Lo que tengo miedo, por información que uno maneja, es que dentro de tres años, estemos diciendo: “Uh, no surgió nadie”. Y eso se logra con una política sostenida de scouting que nosotros vamos a fortalecer muchísimo. Porque eso fue uno de los grandes ejes en la gesta histórica de Macri desde la primera hora con Jorge Griffa y Ramón Maddoni. Se ganó todo, pero hubo un apoyo institucional muy grande para con los chicos de las inferiores y los chicos pudieron acoplarse de manera planificada al equipo de la primera división.

-¿Cómo se hace para incorporar jugadores de jerarquía con un dólar cada vez más disparado?

-Es un equilibrio entre figuras y juveniles. Esa será la responsabilidad que va a tener el manager, que va a tener que presentar sus planes y con el que vamos a tener un vínculo muy directo. Como presidente lo voy a manejar yo eso porque Boca es un club de fútbol, esencialmente de fútbol, aunque hay que darle vuelo también a las otras áreas que merecen soporte. Hay que tener un vínculo cercano y directo con el mánager y éste con el DT. Tenemos que volver a recuperar la mística ganadora en Boca, en todo el club. La mística en el vestuario, la mística en la institución, la mística en el personal de Boca. Hoy hay enormes divisiones dentro de Boca.

-Riquelme opina distinto. Dice que ahora se “recuperó el sentido de pertenencia” y que el club es de los socios y no de la “política”.

-Es sencillo. Riquelme está hablando de él. Riquelme es permanentemente autorreferencial. Y aclaro: no estoy hablando del ídolo deportivo, que tiene un lugar prioritario en la historia grande de Boca. Román es uno de los cinco grandes ídolos de Boca. Y eso no se lo saca nadie. Todos disfrutamos de eso. Así como tengo recuerdos de chico, también de su época: los goles extraordinarios, el caño a Yepes, la final con Real Madrid, etc, etc. Eso va por un lado. Cuando hablo de Román ahora, hablo de la dirigencia, yo hablo de los dirigentes, de la política de Boca. Y cada vez que él dice estas cosas, lo hace de manera autorreferencial. “Mi casa, el jardín”, todo eso bárbaro, pero el club no es de él, es de todos los socios. Y todos los socios tenemos derecho a opinar lo que pasa en el club y a exigir. Boca no es un juguete para que lo maneje cualquiera. Boca merece una conducción profesional que les dé respuestas al socio. Y el socio merece ser informado permanentemente.

-¿Con respecto al uso de la política?

-Respecto al uso de la política, lo he dicho. Creo que es de una gran hipocresía decir eso cuando la gestión de Macri fue la más exitosa de la historia de Boca. Y esa gestión exitosa en la cual se ganaron cuatro Copas Libertadores y dos títulos Intercontinentales le permitió a Riquelme estar en la máxima vidriera internacional, que fue Boca, y generar una carrera brillante por todas las dotes que él tenía, pero esa vidriera fue Boca. Y eso le permitió irse a Barcelona, a Villarreal… ¿Hablar de política con respecto a eso? Después que Macri haya decidido ir como Jefe de Gobierno y como Presidente de la Nación es un tema de Macri en su carrera. Pero Macri a Boca, como dirigente de Boca, le dio todo. Política hacen ellos hoy con las Madres de Plaza de Mayo, con La Cámpora adentro. Aquello fue una gestión gloriosa.

-En la última entrevista que hizo Riquelme pos Racing, habló despectivamente de usted. ¿Cómo lo tomó?

-Muchas de las cosas que se dicen en este terreno, nunca las voy a tomar para mal. Al contrario, las leo desde donde vienen. Y desde donde vienen… Parece que él se olvidó de que yo era el Gerente General de Boca cuando él vino y firmó contrato con Boca en 2007, cuando Mauricio lo trajo para jugar la Copa Libertadores.

-¿Qué papel va a jugar Macri en su lista?

-Eso va a depender un poco de él, como digo de su hoja de ruta a futuro, pero va a estar muy cerca nuestro. De hecho, él es quien respalda principalmente mi candidatura y es el que me indujo a estar hoy en este lugar. Después… si está en la lista o no está en la lista y de qué manera… es un tema que se charlará a futuro pero que también depende del futuro del propio Macri.

-Y llegado el caso… como una alternativa estratégica: ¿puede terminar yendo Macri como candidato a presidente de Boca?

-Nonono, para nada. Me va a acompañar y me acompañará en la manera que pueda y crea conveniente, participando o no de esa lista.

-¿Daniel Angelici puede llegar a acompañarlo también?

-No, no. Él mismo además lo dijo públicamente, que su participación en Boca estaba terminada.

-Muchos politólogos no ven descabellado un enfrentamiento en las urnas entre Riquelme y Macri.

-Lo que el hincha tiene que evaluar es que nosotros, en todo esto que estamos construyendo, buscamos tener la mejor plataforma y el plan para que Boca recupere el prestigio internacional que hoy está perdiendo rápidamente. Y que incluso está perdiendo desde lo económico, cosa que me preocupa muchísimo porque los superávits operativos que tenía Boca hasta el 2019 van bajando y hoy tenemos una proporción de superávit muy baja. El balance del año pasado fue pobre, con apenas un 3% del resultado positivo sobre los ingresos. Pero ahí estaban los ingresos por el sponsor y estaba una cuotaparte de la transferencia de Rodrigo Bentancur. Sin eso, tengo seria preocupación de cómo van a dar los números en este balance.

-¿Qué se dice en la Asamblea de Representantes sobre la falta del sponsor en el pecho de la camiseta?

-Es una cosa increíble. Yo lo viví como dirigente. Las principales marcas del país o del exterior quieren participar de la vida de Boca de alguna manera. Que hoy a Boca le esté pasando esto habla de la impericia en la gestión.

-¿Les dicen por qué? ¿Les dan alguna razón?

-Diversas. Que no se abren las puertas para negociaciones y otras versiones más delicadas. Todo termina en que hay un grave problema de gestión. Es inadmisible para Boca que pase algo así y esto el socio lo tiene que saber. El socio de Boca no es alguien que sólo va a mirar si la pelotita entra o no. Tenés que mirar lo que pasa en el club desde la gestión, desde lo económico, desde lo patrimonial, desde el cuidado de los jugadores, desde la armonía en el vestuario… Lo que pasa en esos rubros ¿dónde termina? En la cancha de fútbol, viendo el rendimiento del equipo.

-¿Qué lugar ocuparán los exjugadores en su espacio?

-Están confirmados Diego Cagna, Rolando Schiavi, el Pato Abbondanzieri. Los tres ya están y cada uno tendrá un rol específico que lo vamos a ir anunciando. No es un Consejo, cada uno va a tener un rol.

-¿Guillermo Barros Schelotto puede ser una figura que también tenga en mente sumar?

-Tengo la mejor relación con Guillermo. Me encanta. Fue el mejor equipo de Boca de los últimos tiempos. Pero él tiene un contrato con la selección de Paraguay hoy; lo mismo Palermo con Platense. A ellos, y a Gustavo (Barros Schelotto) también, los que quiero y valoro muchísimo.

-La remodelación de la Bombonera o la nueva Bombonera siempre estuvo hace años en la agenda de Boca. ¿Pero cree que el nuevo Monumental sumó presión, exige para que, de una vez por todas, quienes comandan al club le den acción a los proyectos?

-Hay dos o tres cosas que influyen. Una, por supuesto, es mirar siempre y buscar estar a la vanguardia. Y Boca, en ese tema, perdió la vanguardia desgraciadamente. Boca es el más grande, aunque no les guste a los hinchas de River, pero tiene que ser el más grande en todo. Y hoy respecto de la infraestructura y el estadio hemos perdido el liderazgo. Y con otro factor: esta gestión hizo, en este período, 107.000 socios adherentes nuevos. ¡107.000! Sin haber dado una solución del estadio. Entonces, crecieron los activos, en más de 12.000; crecieron los adherentes y encima tenemos el mismo estadio, con problemas de infraestructura, razón por la cual nos clausuraron. Eso muestra una impericia en la gestión, una mala gestión. Porque si en paralelo a hacer 107.000 socios adherentes nuevos (se les cobra la mitad de la cuota) y no tenés sponsor, eso cae en el precio de la cuota social o en los incrementos locos que les aplicaron a los abonados. Si en 2020 hubieran comenzado con el proyecto para ampliar la Bombonera, que era el objetivo que tenían con el ‘proyecto 360′, pero no… No hicieron nada. Ese combo es explosivo. Y pasa lo que pasa hoy con los filtros, con las quejas de los socios activos que no pueden ingresar. Por eso lo del estadio es un tema central y del cual nosotros tenemos una solución. Es un tema central para Boca y así debe ser entendido por el socio.

-Desde hace muchos años que se habla de proyectos para reformar la Bombonera y ninguno se pudo concretar. ¿Por qué los hinchas de Boca esta vez van a creer que este proyecto del nuevo estadio es posible?

-Nosotros estamos muy obligados a que esa decisión sea verdadera, definitiva y cumplible. Yo me cansé de ver maquetas lindas también. La diferencia es que nosotros, en estos meses, y si estuviéramos ya gestionando el club, y tuviéramos las facultades de la institución, veríamos ya todo para las presentaciones. Ya está todo el proyecto armado, las presentaciones que corresponden en los distintos organismos de la Ciudad de Buenos Aires. Y por supuesto la presentación en la Legislatura para obtener la rezonificación y el uso de dos calles que están allí. Es paso a paso esto.

-Eso que dice de la rezonificación. En septiembre de 2014 ingresó a la Legislatura porteña un proyecto de ley presentado por Oscar Moscariello, vicepresidente de Angelici, pero no pudo avanzar con la idea. ¿Usted confía en que tendrá la aprobación?

-Pero nosotros tenemos toda la artillería preparada para que desde el día 1 nos enfoquemos en esto. Todo lo que dependa, que podamos hacer, desde afuera de Boca (por que hoy no tenemos la responsabilidad) se avanza. Armando el proyecto, diseñando, comparando con estadios del mundo, con las mejores soluciones que hay. Estamos haciendo todo para que el primer día de la gestión podamos presentar todas las aprobaciones que correspondan para lograr que en los cuatro años de gestión tengamos el estadio funcionando.

-¿No teme quedar atrapado en trámites burocráticos?

-No, no. Yo estoy convencido. Tenemos un equipo de primer nivel. Somos gente de gestión y haremos lo que sea necesario en tema de trámites, insistencia, perseverancia para lograr las aprobaciones necesarias. El mundo Boca nos va a ayudar. No vamos a tener ningún problema serio que nos frene la construcción del proyecto.

-¿Cuáles son los tiempos que calculan para el proyecto?

-Vamos a tener unos 8 meses de gestión de aprobaciones administrativas en la Ciudad y en la Legislatura, eso también significa explicar, convencer. Pero cada vez que tengamos una reunión le vamos a dar al socio la información online, para mostrarle la evolución de esto. Y tras las aprobaciones, en cuanto podamos poner la piedra fundacional, ahí empezaremos. Y la construcción puede durar entre dos años y medio y tres años. Por eso yo calculo que en cuatro años vamos a tener el tema solucionado. Y no va a ser una maqueta más.

-El socio adherente es de la gestión de Angelici. ¿Se generó un efecto bumerán?

-Pero nació con un criterio… Además, ahí está la responsabilidad del dirigente. No podés hacer 107.000 adherentes en estos tres años cuando en paralelo no le das una solución para ellos, ya que en el 95% de los casos quieren ir a la cancha. Porque así nació el adherente, por la voluntad de ir a la cancha. Pero en aquel momento se dijo: “Pará, socios activos tenemos esta capacidad. Te hago adherente, pero te aviso: sos adherente, no podés entrar a la cancha. Pero en 5 años vas a poder entrar a la cancha”. Ahora, hacer de un saque 107.000 adherentes es una irresponsabilidad.

-¿Cómo es el proyecto para la nueva Bombonera?

-El nuevo estadio va a estar en Casa Amarilla, al lado de la Bombonera y tendrá una capacidad para 105.000 personas. Y una de las virtudes, además de la mayor capacidad, es que estará conectada con una arteria (puente) con la actual Bombonera. La Bombonera tiene un lugar protagónico, pero apuntamos a tener un nuevo estadio. La solución es integral, estará en Casa Amarilla, a 220 metros del estadio actual. Van a estar conectados por distintos. Y los días de partidos, que se va a jugar en el nuevo estadio, pondremos pantallas en la Bombonera para que la gente lo viva como un fan Fest, con pantallas y tecnología de primer nivel. Y si hoy las pantallas tienen una definición de muy buena calidad, dentro de cuatro años vas a poder ver el partido con una realidad absoluta. Además, la actual Bombonera se usaría para que juegue la reserva, el fútbol femenino y divisiones inferiores.

-¿Cuál sería la inversión en dólares para el nuevo estadio que se hará al lado de la Bombonera y de dónde saldría el dinero?

-Aún con las dificultades que existen en la Argentina para estimar el costo de proyectos de este tipo, se estima una inversión del orden de los 390 millones de dólares. Se prevé financiar el nuevo estadio con el incremental generado por los nuevos palcos, abonos, plateas y estacionamientos, prevendiendo los mismos por aproximadamente 5 a 6 años. Además, se consideran también ingresos anticipados del futuro “naming” del nuevo estadio, más otros ingresos asociados a aspectos comerciales.

-¿Qué dice el hincha según sus encuestas? ¿Aceptaría mudarse de la Bombonera?

-Esto está evolucionando y todo el mundo se queja. Es un temón y hoy está en un nivel prioritario. Voy a la cancha y cuando no te para un hincha, te para el otro. Me dicen: ‘Esto no va más’. El otro día, en el partido con Racing, me decían: ‘Soy activo pero al filtro no llego más. Porque tengo 12 partidos en lugar de 14 o 16. Vengo porque me prestó una platea un amigo, sino no puedo’. Y ni hablar los socios, que cada vez llegan más temprano para poder entrar.

Si yo soy el presidente desde diciembre voy a tener una comunicación constante con el socio, con todo el mundo Boca. Porque hay que explicar las cosas, hacia dónde vamos; qué estamos haciendo. Lo que sucede es que la gente, al ver todo esto, lo de River, la cancha vieja y con las limitaciones que tiene, etc, etc, nos genera una enorme restricción. Y el eje se está corriendo a decir: a Boca le falta otra solución. Siempre respetando el sentimiento por la Bombonera. Además, con este proyecto, se seguiría jugando en la actual Bombonera hasta que esté terminado el otro estadio.

-¿Cree que los resultados deportivos van a terminar decidiendo la elección? ¿O la política del estadio puede ser tan decisiva como la pelota entrando o pegando en el palo?

-Por algunas encuestas que veo, cada vez más el hincha y socio de Boca apunta a la gestión. Cuando te habla de lo del sponsor, te habla de la gestión; cuando te habla del equipo y la falta de competencia, te habla de gestión; cuando te habla del filtro, te habla de la gestión; cuando te habla del estadio, te habla de la gestión. Cada vez más valora la gestión. Y nosotros venimos para darle a Boca la mejor gestión. Y creemos que, en la agenda, tanto el tema fútbol como el estadio están en los primeros lugares.

-¿Qué autocrítica hace de la gestión de Macri, de la que fue parte, o alguna decisión que cambiaría si fuera posible? Que sienta: “Esto lo hubiéramos resuelto de otra manera”.

-Bueno, mirando para atrás uno siempre hay cosas que pudo haber hecho mejor. Pero la gestión que yo viví con Macri, este tema no era crítico. Miro para atrás porque aparecieron en algún momento alternativas de propuestas para el estadio, pero la situación no era crítica, porque en ese momento teníamos 50.000 socios. Sí se ponía más complicado algunos días del Boca-River, que incluso todavía se jugaban con la hinchada visitante, pero no era un tema que estuviera en la agenda de todos los días. Con Angelici estuve apenas los primeros meses en la comisión directiva, pero me pareció una muy buena gestión. Muy buena gestión en infraestructura, con el tema del predio de Ezeiza, muy buena gestión en el fútbol juvenil, y fue una muy buena gestión en términos patrimoniales para Boca, en términos económicos… De hecho, toda la caja que esta gente usó desde el inicio de la gestión fue superavitaria gracias a la gestión de Angelici. Tuvo la mala suerte de que perdimos con River la final de Madrid…

-Pero no bien asumió, Ameal habló de “problemas económicos”.

-Es muy sencillo: se puede decir cualquier cosa. Ahora, vamos a los hechos conducentes. ¿Hay alguna acusación? Si vos llegás y te falta plata, lo primero que hacés es una acusación bien concreta. ¿Está esa denuncia hecha? No. Fue una mentira política comunicacional. El verso fue “uy, desapareció plata”. Si hubiera habido algo, lo mínimo, imagínense el revuelo que hubieran hecho…

-¿Y la política de compras y ventas? ¿Siente que hoy Boca tiene un plantel con jerarquía?

-Creo que acá también hay una mala gestión para dirigir, para manejar una estrategia, y para planificar en un club como Boca. Se hablan un montón de cosas, pero a mí no me gustan hacer denuncias en el aire.

-¿Cree que habrá una sola lista opositora? ¿Tuvo trato con otros candidatos?

-Creo que habrá una sola lista opositora, estamos trabajando en eso, paso a paso entiendo que vamos camino a eso, a unir. Soy optimista.

-¿Conoce a Mauro Martín y Rafael Di Zeo? Se los ve con mucha exposición últimamente.

-Sí. Volvieron hace poco, los conozco de aquella época como los conocen todos los hinchas de Boca que van a la cancha.

-¿El tema barras no tiene solución en el fútbol argentino?

-De lo que sé hoy y de lo que yo viví en aquella época, Boca no tuvo ningún problema respecto de esto. ¿Cuál es la línea de esto? La ley. Punto. Hoy entiendo que no hay ningún problema de barras en Boca.

-¿Qué opina sobre las privatizaciones o las sociedades anónimas en el fútbol?

-Hicimos y yo participé. La gestión más exitosa en la historia de Boca, ¿bajo qué formato jurídico se hizo? Una asociación civil sin fines de lucro. No una sociedad anónima. Este no es el momento de abordar esto por distintos motivos de la Argentina. Se verá en algún momento, pero no es el momento. Se puede gestionar muy bien con gente honesta, transparente y comprometida en el marco de este esquema jurídico.

-¿Cree que los Mellizos Barros Schelotto merecen una revancha, una segunda etapa dirigiendo a Boca?

-Creo que Guillermo y Gustavo merecen estar en una gestión de calidad en Boca, con mucho protagonismo internacional también. Por ahí se puede dar esa oportunidad…

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/andres-ibarra-candidato-a-presidente-de-boca-su-apuesta-por-la-gestion-las-criticas-a-riquelme-y-los-nid19052023/

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