Angel: el inesperado rol de Dolly Parton, un despido que ocasionó polémica y la mala estrategia de Joss Whedon
Buffy, la cazavampiros era un éxito imparable. Bajo l...
Buffy, la cazavampiros era un éxito imparable. Bajo la coordinación de Joss Whedon, el gran creador de esa mítica heroína, la historia de romance, vampiros y pasillos de colegio era un cóctel perfecto que congregaba a millones de televidentes todas las semanas. Y Whedon sabía que el denominado Buffyverse era susceptible de ser ampliado a través de un spin off conducido por Angel, el vampiro redimido interpretado por David Boreanaz.
Durante la tercera temporada de Buffy, la cazavampiros, Ángel y la cazadora aceptaban definitivamente la imposibilidad intrínseca de su vínculo romántico. Ese vampiro era el personaje de mayor popularidad dentro de la serie y por ese motivo, era el obvio protagonista de un spin off que trasladara la acción hacia una gran ciudad, de demonios corrompidos y víctimas que necesitaran de un defensor que los protegiera. El coproductor David Greenwalt, cocreador de Ángel junto a Whedon, dijo al respecto: “Angel creció a partir de Buffy, la cazavampiros. Él era un personaje más grande que todo, igual que Buffy también lo era, como una especie de superhéroe”.
Cuando Boreanaz recibió la llamada de Whedon no sabía qué pensar. El actor intuía que su camino como coprotagonista de Buffy tenía los días contados, pero jamás imaginó que estaría al frente de su propia historia. “Me avisaron que Joss quería charlar conmigo”, explicó el actor en una nota y agregó: “Me dijo que no me asustara, que quería verme en su oficina. Recuerdo que la noche anterior a esa reunión, pasé una gran angustia”. Pero su sorpresa fue mayor cuando el guionista y productor le confirmó que estaba en marcha un spin off de su personaje y le anticipó que en caso de ser un fracaso, Ángel volvería a Buffy, la cazavampiros. Pero eso no fue necesario.
Un piloto de seis minutosA pesar del éxito que tenían entre manos, Whedon y Greenwalt debieron rendir examen y demostrar las posibilidades de su nuevo proyecto, convencer a la cadena y algo no menor, encontrar a los inversionistas. Y de una forma totalmente insólita, la cantante Dolly Parton jugó un papel clave en el nacimiento de ese título. Ella se convirtió en productora ejecutiva de Ángel, a través de su compañía de producción, dirigida por Sandy Gallin, una mujer muy atenta a financiar proyectos potencialmente rentables. Gallin no dudó en apostar por Ángel y eso hizo que de manera totalmente sorpresiva, Dolly Parton tuviera un papel crucial en el nacimiento de la ficción centrada en el buen vampiro.
Whedon y Greenwalt filmaron un cortometraje de seis minutos, con el fin de mostrar el tono y la estética de Angel. Para Whedon, lo más importante era establecer el estilo del show: “Queríamos un clima mucho más oscuro. La acción iba a transcurrir en Los Ángeles porque allí iban a aparecer un montón de demonios y había una gran riqueza de historias para contar. Queríamos que los protagonistas tuvieran un enfoque en su lucha contra el mal, muy distinto al de Buffy. Porque mientras la cazadora era una marginada en busca de salvar el mundo, Ángel lo que buscaba era su redención. Ese era el eje que iba a hacer de este show, algo muy diferente”.
El piloto de seis minutos fue aprobado, pero no antes sin una advertencia. Los ejecutivos del canal Warner le exigieron a los creadores que suavizaran el tono de la historia, ya que lo mostrado era excesivamente sombrío. Whedon y Greenwalt aceptaron el pedido y comenzaron a escribir la primera temporada. Con los lineamientos claros, ambos sabían que la presencia de otros personajes de la serie madre era casi obligada y de este modo entraron en escena Cordelia (Charisma Carpenter) y Wesley (Alexis Denisof) como dos protagonistas heredados de Buffy, la cazavampiros. En la vereda opuesta, el primer personaje original era Doyle (Glenn Quinn), un carismático hombre mitad demonio, capaz de recibir la premonición de un peligro inminente. Y con ese disparador inicial, Ángel llegó a la pantalla chica en octubre de 1999 consagrándose casi de inmediato como un show de enorme popularidad.
En busca de la independenciaA lo largo de la primera temporada, Whedon y Greenwalt procuraron que Ángel tuviera un perfil propio, que la serie enriqueciera la experiencia del televidente que buscaba sumergirse aún más en el Buffyverse, y que el nuevo proyecto fuera un spin off con razón de ser y no una fotocopia de la ficción madre. Ambos lograron ese objetivo. Alcanzaba ver un solo capítulo de Ángel para comprobar que era un relato muy distinto, con una óptica más seca y con un grupo central que no compartía esa amistad que tanto caracterizaba a los protagonistas de Buffy. Angel podía resultar menos amable, pero cuando el espectador establecía un vínculo afectivo con esos personajes, la fidelidad era enorme.
Si bien la trama se ubicaba en un lugar muy distinto, los cruces entre ambos títulos era inevitable. De esta forma, de tanto en tanto se establecía algún tipo de aventura compartida entre Buffy y Ángel, con ambos protagonistas saltando de una serie a la otra (en ese sentido, la saga compuesta por “Pangs” y “I Will Remember You” se convirtió en un verdadero clásico). Y aunque Whedon sabía que no era necesario ese recurso, no dejaba de ser un gesto de cariño para los fans, que encontraban irresistibles esos cross overs.
Un final prematuroDurante la filmación de la cuarta temporada, la actriz Charisma Carpenter anunció su embarazo y eso llevó a Whedon a darle un puno final a su personaje de Cordelia. Esta decisión derivó en un enfrentamiento entre la actriz y el director, y aunque inicialmente ella guardó silencio al respecto, varios años después acusó públicamente a Whedon de despedirla debido a su embarazo. Para reemplazar a Cordelia, la serie recibió a Spike (James Masters), otro vampiro terriblemente popular que provenía del mundo de Buffy. La presencia de Spike elevó el rating de Angel y colocó a esta ficción como la segunda opción más vista entre el público de 18 a 34 años (una posición que debía asegurarle un futuro mucho más próspero y no una cancelación). Angel se confirmaba como un tanque televisivo y todo indicaba que había serie para rato. Por este motivo, el anuncio de su cancelación tomó por sorpresa a todo el elenco y el shock mayor fue descubrir que Whedon fue el involuntario artífice de ese abrupto final.
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El talentoso director fue el verdugo de su propia creación al utilizar una estrategia de renovación que le salió de forma totalmente fallida. Durante la quinta temporada, Whedon comenzó a presionar para obtener la renovación de un sexto año, en un momento que aún no correspondía tener esa conversación. Confiado en los buenos números de rating, él sentía que podía darse el lujo de presionar a los ejecutivos de Warner, un error que le costó muy caro. En una impredecible vuelta de tuerca, los productores consideraron que los gastos de Angel eran excesivos y que sin importar su rating, el canal no iba a seguir adelante con esta ficción. El jefe de guionistas de Angel, David Fury, no dudó en culpar a Whedon por una cancelación que resultaba inexplicable, teniendo en cuenta la popularidad del show.
El último episodio de Angel fue transmitido en mayo de 2004 y poco tiempo después, Whedon expresó que esa despedida fue “descorazonadora”. Como era de esperar, los fans comenzaron a juntar firmas, enviaron centenas de cartas a las oficinas de Warner y hasta pagaron espacios de publicidad con el fin de movilizar una campaña para pedir el regreso de su ficción favorita. Pero eso no sucedió. Para colmo, la temprana muerte del actor que había interpretado a Dolye, debido una sobredosis de heroína, tiñó aún más de tragedia la historia de una serie que caló muy profundo en el público televisivo de comienzos de 2000 y que tuvo un amargo e inesperado final.