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Así es por dentro la fábrica de réplicas de autos históricos que dirige una argentina

En la localidad de Todd, en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, una cuna del automovilismo local, funciona Reklus Cars. Es un atelier en el que artesanalmente toman forma réplicas de autos de ot...

En la localidad de Todd, en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, una cuna del automovilismo local, funciona Reklus Cars. Es un atelier en el que artesanalmente toman forma réplicas de autos de otros tiempos, que salen con sello de exportación hacia los destinos más variados y lejanos. Son piezas exquisitas por su nivel de detalles y calidad en pos de respetar al máximo los estándares originales y exigidos por clientes de todas partes. También restauran autos originales, pero no es su principal actividad. Candelaria Tornquist es la dueña y encargada de llevar las riendas de este espacio donde se recrean modelos del pasado, tanto de competición, como para uso civil, ya sea Maserati, Alfa Romeo o BMW.

Fanática de Fangio, convive con los autos y la mecánica desde que aprendió a caminar. Su padre, Marcelo Tornquist, fue el primer piloto profesional de Turismo Carretera, con larga trayectoria en el TN (durante la que muchos consideran la mejor época de la categoría) y como navegante de Rally. Esta mujer de 52 años aprendió a manejar cuando aún era una niña. Inquieta, curiosa, rodeada de autos e inmersa en un ambiente de carreras, encontraría en el camino a su otra mitad: Gustavo Mancardo, “Pini” para todo el mundo, su esposo y cofundador de Reklus.

Candelaria define a Reklus –de la que está al frente desde 2020, luego de la trágica muerte de su marido en un accidente de tránsito- como “un taller de artesanos”, porque quienes lo integran (unas 15 personas) son verdaderos artistas con una enorme capacidad, desde el reto de desarmar un motor sin saber en qué estado lo van a encontrar, a afrontar los más variados temas a resolver con las carrocerías. “Todo es un desafío, un aprendizaje, por eso digo que es un arte”, afirma.

Cuenta que la producción fue variando y que hoy principalmente se centra en autos de calle y de competición de los años 50 y 60. Siempre hay una Maserati 450 S (o A6GCS, 300 S o 350 S) o un BMW 507 en gestación. Siempre hay una baquet, un monoposto en proceso de armado o reparación. Pero también reciben otro tipo de pedidos y no le esquivan a un proyecto que implique salirse del molde. Rara vez hay un “no” como respuesta.

“Nada es imposible y todo depende de los tiempos y del dinero del cliente. A veces nos piden modificaciones que difieren del modelo original y, aunque no estemos de acuerdo, las hacemos igual, es un gusto que debemos satisfacer”, cuenta. Se busca información en libros, fotos, todo es útil y válido. Ahora, por ejemplo, están trabajando en un Minerva de 1928, que requiere un trabajo específico de carpintería que obliga a derivarlo a un especialista. “Contamos con colaboradores de excelencia, ya sea talleres, cabinas de pintura, tapiceros o carpinteros, como en este caso. Ellos también son verdaderos artistas”, sostiene. Tableros de instrumentos, volantes, detalles de terminaciones, tapizados y llantas, son algunos de los ítems que tercerizan.

A diferencia de otros centros de producción similares, la mayoría de los autos que salen de esta empresa son recreaciones dotadas de motores originales -salvo alguna rara excepción- de ser posible del mismo modelo, sino, un bloque de esa marca y cilindrada. La mecánica es el punto de partida, luego vienen chasis y carrocería, para la cual se usa exclusivamente aluminio. Por estos días, una de las máquinas que está tomando forma es una Maserati como la que usó Fangio en las 12 Horas de Sebring de 1957. “Es algo nuevo para los chicos, porque la carrocería es totalmente distinta, más allá de que usa el mismo chasis y mecánica”.

La fábrica trabaja por encargo y el proceso apunta a cumplir en tiempo y forma con esos compromisos. “Es complicado producir autos sin tener pedidos”, sostiene, “aunque sí es cierto que cuando nos ingresa una petición, en lugar de hacer un chasis y una carrocería, hacemos tres y tres, para aprovechar el proceso y quedarnos con un stock de base, al menos de los autos que más salen”.

La producción anual de Reklus oscila entre seis y 10 ejemplares al año. El 98% de su producción se exporta, principalmente a Europa y EE.UU.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/autos/asi-es-por-dentro-la-fabrica-de-replicas-de-autos-historicos-que-dirige-una-argentina-nid19072023/

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