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Banderazo: la fiesta de los hinchas de Boca, en una tarde-noche para el recuerdo antes de la gran final

RÍO DE JANEIRO.– Al final, el hincha de Boca tuvo su fiesta en Copacabana. Y en paz. El banderazo convocado para las 16 de este viernes en el parador 5 de la emblemática playa carioca se prolon...

RÍO DE JANEIRO.– Al final, el hincha de Boca tuvo su fiesta en Copacabana. Y en paz. El banderazo convocado para las 16 de este viernes en el parador 5 de la emblemática playa carioca se prolongó hasta la tarde-noche de esta ciudad sin incidentes relevantes. Y con más presencia policial que un día anterior, cuando dos grupos de argentinos fueron agredidos por violentos de Fluminense. Que no hubiera una sola persona identificada con el verde, rojo y blanco de ‘Flu’ fue uno de los pedidos a la Policía Militar. Cumplieron.

Fue un banderazo atípico: XL por la cantidad de gente. Imposible calcular con certeza, pero van dos aproximaciones: desde el aire, la marea azul y oro se dispersaba sobre un territorio mucho más amplio que el jueves. Duplicaba o hasta triplicaba la extensión del día anterior.

Por el otro, conseguir un espacio de arena limpia se volvió un triunfo. La densidad de simpatizantes ataviados con camisetas, shorts, musculosas, con la piel tatuada de azul y amarillo, hizo que todos se apiñaran. Un dato más: según las autoridades, desde el lunes llegaron a esta ciudad unos 50 mil argentinos para ver la gran final. Lo más probable es que la mayoría haya estado en esta previa del partido. “La” previa antes de que la pelota comience a rodar.

La mayor presencia policial se notó ya desde la Avenida Atlántica, el bulevar costero que serpentea la orilla del mar. Copacabana tiene cuatro kilómetros de orilla y en cada centímetro puede verse alguna camiseta de Boca. A la luz de los incidentes del jueves, los argentinos no andan casi nunca solos por la calle. Siempre en grupo.

La fiesta de los hincha de Boca en Copacabana

El banderazo fue eso: una fiesta grupal que funcionó como catarsis colectiva. La primera avanzada de la barra de Boca, incluso, llegó a tiempo para dar el presente. Los líderes, Mauro Martín y Rafael Di Zeo, son esperados para las primeras horas del sábado, el día de la final, en un vuelo chárter.

El banderazo tuvo los típicos cánticos de cancha y... banderas sin palos de madera. Es decir, fue un banderazo atípico. La ley brasileña prohíbe las astas de madera y sólo las permite si son de plástico. Fue el único pedido de la Policía Militar, que no autorizó la concentración de argentinos, pero que de todas maneras sabía que se reunirían en la playa. No lo impidió.

Como tampoco prohibió el espectáculo de petardos, cañitas voladoras y fuegos artificiales que adornó por algunos minutos el cielo de Río de Janeiro. Para amenizar el evento hubo hasta un vendedor de asado. Y tampoco faltó el típico merchandising xeneize: gorros, llaveros, camisetas. El puesto, en plena arena blanca, tiene asistencia perfecta desde que comenzó el aluvión de argentinos hacia esta ciudad.

Con la consigna de cantar, bailar y pasarla bien, los hinchas xeneizes descargaron la ansiedad por el partido en la costa de Río de Janeiro. El ambiente, que en horas de la mañana estaba todavía enrarecido por los incidentes del jueves, se tranquilizó con el paso de las horas. El banderazo sería el termómetro del fútbol. Más violencia podría haber condicionado la agenda de hoy, la del partido; la del fútbol. Hubo paz.ß

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/banderazo-la-fiesta-de-los-hinchas-de-boca-en-una-tarde-noche-para-el-recuerdo-antes-de-la-gran-nid03112023/

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