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Biden viaja a Israel y Jordania y se mete de lleno en el conflicto de Medio Oriente en la misión más difícil de su presidencia

WASHINGTON.- En medio de uno de los conflictos más graves en Medio Oriente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizará un viaje relámpago a Israel y Jordania que durará apenas menos ...

WASHINGTON.- En medio de uno de los conflictos más graves en Medio Oriente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizará un viaje relámpago a Israel y Jordania que durará apenas menos de 24 horas, pero será la gira más riesgosa y difícil de toda su presidencia, una visita que puede acarrear enormes implicancias para la estabilidad de la región, el mundo, y también para su propio futuro político.

Biden viajará primero a Israel para brindar una contundente señal de respaldo al principal aliado de Estados Unidos en la región luego del brutal ataque de Hamas el pasado 7 de octubre, que abrió una nueva guerra entre el estado judío y la organización terrorista palestina, que amenaza con transformarse ahora en un conflicto regional. Biden irá luego a Ammán, Jordania, donde se reunirá con los líderes de Jordania y Egipto para buscar soluciones a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza y remarcar otro mensaje de la Casa Blanca ante el conflicto: Hamás no defiende los derechos de los palestinos.

Ante la amenaza de una latente invasión de Israel a la Franja de Gaza, principal bastión de Hamas, y hogar de más de dos millones de civiles palestinos que quedaron encerrados bajo bombardeos israelíes sin luz, agua o medicamentos, y las crecientes preocupaciones a una escalada del conflicto, Biden buscará un doble objetivo que exigirá un complejo y delicado equilibrio del músculo diplomático norteamericano: desalentar nuevos ataques a Israel, ya sean de Hamas, Hezbollah o de otra nación, y tratar de contener la contraofensiva israelí buscando a la vez una salida a la devastadora crisis humanitaria en Gaza.

Los desafíos hercúleos de la visita de Biden quedaron brutalmente expuestos apenas horas antes de su llegada con el bombardeo a un hospital en Gaza, que dejó un trágico saldo de al menos 500 víctimas, según las autoridades palestinas. Hamas culpó a Israel por el bombardeo. Pero las Fuerzas de Defensa de Israel difundieron imágenes apuntando a un misil “fallido” de Hamas que impactó al hospital. Por el bombardeo, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, canceló una reunión prevista con Biden en Ammán, según informó la agencia AP.

Biden llegará a Medio Oriente con ese telón de fondo, luego de diez días sangrientos que dejaron más de 1400 muertos y casi 200 rehenes por el ataque de Hamas a Israel, y más de 2800 muertos y 10.000 heridos en Gaza, según las autoridades palestinas, por la represalia de Israel con bombardeos. Estas cifras no incluyen las víctimas por el bombardeo al hospital. La Franja quedó además hundida en una crisis sin precedentes por el “asedio total” dispuesto por Israel, que cortó el suministro de luz, agua y medicamentos. Ambos lados han sido acusados de cometer crímenes de guerra.

Además de mostrar una vez más el inquebrantable respaldo de Estados Unidos a Israel y a su derecho a responder al ataque a Hamas, la Casa Blanca apunta también a avanzar en la liberación de los rehenes en manos de Hamas y a terminar de tejer un plan para garantizar el despliegue de asistencia humanitaria a los palestinos, y la imperiosa necesidad de darle refugio o una salida segura de Gaza a la población civil.

“Obviamente no queremos ver sufrimiento civil adicional”, había dicho el lunes por la noche en una llamada con periodistas el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

La Casa Blanca dijo que Biden visitará Israel para demostrar “su firme respaldo a Israel” ante el ataque de Hamas, y luego viajará a Ammán, Jordania, donde se reunirá con el rey Abdullah y el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi para reiterar que “Hamas no defiende el derecho del pueblo palestino a la dignidad y la autodeterminación” y discutir “las necesidades humanitarias de los civiles en Gaza”. El rey Abdullah ya rechazó la posibilidad de recibir refugiados palestinos en Jordania o en Egipto, al señalar que se trata de una “línea roja”, una postura que presenta un desafío adicional a la búsqueda de soluciones.

Biden trabajará con Israel y el resto de los socios de Estados Unidos en la región en un plan para crear “zonas seguras” para los civiles y garantizar que la ayuda humanitaria pueda ingresar en la Franja.

A la vez, el gobierno de Biden ha enviado armamento a Israel, ha aumentado la presencia de aviones caza y ha despachado dos grupos de ataque de los portaaviones Gerald R. Ford –uno de los más modernos de la flota norteamericana– y Dwight D. Eisenhower, en una “demostración de fuerza” pocas veces vista en el Mediterráneo con un claro objetivo: desalentar cualquier ataque adicional de Hamas, Hezbollah, la milicia libanesa, o incluso de Irán, que respalda a ambos grupos armados.

Aunque es común que los presidentes norteamericanos viajen a zonas de guerra, el viaje de Biden tiene algunos ingredientes atípicos. A diferencia de su visita a Ucrania, que se mantuvo en secreto hasta su llegada Kiev –Biden viajó en tren desde Polonia sin que el mundo se enterara–, este viaje fue anunciado por el secretario de Estado, Antony Blinken, desde Jerusalén. Blinken lleva una semana saltando de capital en capital en Medio Oriente intentando evitar una escalada del conflicto. Biden ensayará además un equilibrio diplomático al involucrarse no solo en la defensa de Israel, sino también de la seguridad y los reclamos de los palestinos. El resultado del viaje puede dejar una marca imborrable en su legado político, y además en su naciente campaña presidencial. Mientras los republicanos están decididamente alineados con Israel, la coalición demócrata intenta balancear ese apoyo con su respaldo a la causa palestina.

De hecho, la Casa Blanca retocó antes del viaje su discurso sobre el conflicto en Medio Oriente para elevar la presión sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu y moderar la contraofensiva israelí, fuertemente críticada por las víctimas civiles y el impacto que ha tenido sobre los palestinos. Israel ha sido acusada de imponer un “castigo colectivo”, un crimen de guerra. El propio Biden dijo que sería un “gran error” que Israel vuelva a ocupar la Franja de Gaza, y que existen “estándares” que siguen las democracias. Ese mensaje, de momento, no ha frenado la ofensiva israelí.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/biden-viaja-a-israel-y-jordania-y-se-mete-de-lleno-en-el-conflicto-de-medio-oriente-en-la-mision-mas-nid17102023/

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