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Bienestar: el desafío diario de conectar con el lado bueno de la vida

La gente está cansada, estresada, agobiada. La frase se repiten incansablemente en distintos segmentos de la sociedad. El cimbronazo que generó la pandemia y los hechos que son noticias y que pre...

La gente está cansada, estresada, agobiada. La frase se repiten incansablemente en distintos segmentos de la sociedad. El cimbronazo que generó la pandemia y los hechos que son noticias y que preocupan –y ocupan– en el mundo, hicieron que las personas se volvieran, según los expertos, más conscientes “de la finitud de su vida”.

Eso se traduce en un fuerte cambio de hábitos, aparejado a una preocupación más activa por todo lo referido a la salud. Las personas quieren sentirse bien, entender qué es lo que ocurre y actuar en consecuencia. Y las empresas, dedicadas o no a actividades vinculadas, ya convirtieron a estos temas en partes de la columna vertebral de sus agendas.

Leila Cura es gerente de Salud y Bienestar en Pan American Energy y fue una de las invitadas al capítulo tres del summit de Bienestar y Salud, organizado por LA NACION, que llevó por lema “La oportunidad para conectar con el lado bueno de la vida”. Fue una de las panelistas que arrojaron luz sobre los avances e innovaciones que el mundo corporativo impulsa, con este tema como foco.

PAE es una empresa de energía y su actividad económica no se vincula con la salud. Sin embargo, desde hace once años tiene un área dedicada al bienestar general. “Proveemos las herramientas para que la gente cree su propio bienestar. A través del arte, la música y el deporte hacemos que nuestros colaboradores (empleados) se vinculen de manera distinta a lo que hacen en el trabajo. La gente tiene el derecho y el deber de buscar su bienestar”, explicó Cura, quien dijo que cada vez se acerca más gente a las actividades propuestas.

“Los cambios culturales en las empresas llevan tiempo, pero la pandemia aceleró las cosas. El principal driver de retención de una persona no es hoy el salario, sino si va contenta a trabajar”, aportó Diego Buranello, director de Asuntos Corporativos de Danone, al participar de un panel moderado por Carla Quiroga, periodista de LA NACION. Su abordaje es desde otro punto de vista, enfocado en las personas que no forman parte de organizaciones con este tipo de programas. Algo que se mencionó a lo largo del encuentro fue que la búsqueda del bienestar es responsabilidad de las personas, independientemente de si sus lugares de trabajo o contextos brindan esa posibilidad.

Y es que eso está presente y se nota en el día a día. Buranello aportó un dato que demuestra un cambio de tendencia: hay un aumento de lectura del etiquetado en los paquetes de alimentos. ¿Qué significa esto? Que a la gente le importa comer bien y estar saludable. “Cuando hablamos de ‘llevar salud’, es entender las necesidades que nos están reclamando todos los días. Los consumidores buscan mejor calidad, sabor y placer al ingerir un producto”, cerró el ejecutivo.

1. La nueva longevidad y la inversión en salud

Desde los años 60 y hasta estos tiempos, la expectativa de vida se elevó 11 años. Hacia adelante, la cifra tiende a crecer cinco o seis años más. Según datos del Banco Mundial de la Salud, se habla de una expectativa de vida promedio de 75 años. Lograr esos números y prever un futuro mejor, independientemente de los contextos estresantes de estos días, se logra gracias a la innovación e inversión en el sistema de salud.

“Las condiciones en la Argentina son muy buenas para desarrollar investigación clínica. Tenés una buena calidad de profesionales y un sistema de salud que maneja bien los protocolos. En potencialidad, nuestra país está muy por arriba de los demás de la región y tiene estándares comparable con los europeos”, comentó Gastón Domingues Caetano, presidente de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme) y gerente general de GSK Argentina.

“El desafío que tenemos que darnos como sociedad es buscar que la innovación sea igualitaria, equitativamente accesible para todos, transparente; tenemos que dar una discusión de cómo hacerla sustentable al nivel del sistema de salud. El 90% de la investigación clínica se hace hoy en el ámbito privado; hace poco se sancionó una ley en la provincia de Buenos Aires para regular la investigación en el ámbito público”, añadió el ejecutivo. Esas iniciativas, analizó, podrían lograr más sustentabilidad en los hospitales públicos, y fomentarían la inversión privada en el ámbito público en todo el país.

2. Cambios en el mundo pospandemia

“Somos más reactivos que proactivos en nuestra salud y la pandemia vino a cambiar eso. De hecho, vimos un incremento del 30% en el mercado de medicamentos de venta libre. Eso nos dice cómo las personas buscan alternativas diferentes para cuidar su salud”, analizó Marcela López, directora comercial Division Consumer Health en Bayer. Hay un cambio en la forma de entender esos temas y una demanda de mayor información, un punto al que López se refirió con especial énfasis.

“Juega un papel fundamental el poder basar en ciencia la información que llega a los consumidores, para que cuando haya automedicación exista un entendimiento, educación frente a los síntomas, elección de la opción correcta y conciencia de consultar a un médico si los síntomas persisten”, explicó.

Para 2030 se prevé una marcada disminución del personal de salud, motivo por el cual la tarea que desarrolla Ruth Kaplan, decana de Ciencias de la Salud en Universidad Siglo 21, es más que importante. Quienes escogen una carrera vinculada a la salud y el bienestar, tienen vocación de servicio, pero “es importante inculcarles que no tenemos que centrarnos en la enfermedad sino en el procesos y la visión del paciente”, comentó la titular del decanato.

Acorde a un estudio hecho por All.Can Argentina, una iniciativa que agrupa a organizaciones que trabajan juntas para hacer más eficiente la atención del cáncer, reveló que el punto más criticado por los pacientes oncológicos es “la comunicación dentro del sistema”, que es “defectuosa”.

Ignacio Zervino, del comité ejecutivo del mencionado proyecto, explicó que se busca el concepto de ventanilla única. “Que la cuestión administrativa se resuelva del escritorio hacia adentro y que no se le cargue al paciente y a su familia, ya afectados por el diagnóstico”, comentó.

“El problema está en la implementación. Uno habla con cada parte y entiende la problemática, pero lo que falta es amalgamarlo, hacer un rompecabezas con esas piezas y ser exitosos con la implementación”, completó. “Se dice que un 20% del gasto de salud es ineficiente y se podría reasignar para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, cerró.

Cristian García Sarubbi, director de Comunicación y Desarrollo Humano de OSDE, cerró el panel del cual participó con una explicación y una reflexión: “Yo considero que la pandemia produjo un montón de innovaciones tecnológicas súper interesantes. Empezó un desafío muy importante y la sociedad está receptiva a recibir comunicación con valor agregado, pero no hay que perder la socialización. van de la mano de la necesidad de un diálogo estrecho que nos permita ser más humanos. La clave es el acompañamiento emocional en los primeros meses de diagnóstico”, concluyó.

3. El objetivo de vivir más de 100 años

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 78% de los países adoptó políticas y programas específicos para promover el bienestar de sus ciudadanos y, sumado a eso, se registró un aumento de 15% del gasto promedio en salud, según datos del Banco Mundial. Pero, por más que se mueva la macroeconomía de una nación en pos de sus habitantes, es el individuo en sí mismo el que tiene que adoptar un estilo de vida más saludable, si pretende alcanzar el centenario de vida.

“Se demostró científicamente que con más caminatas y ejercicio aumenta el volumen cerebral. Sin actividad física, el tiempo no tiene misericordia con el cerebro Por ejemplo, tan solo hacer ejercicio aeróbico disminuye la mortalidad un 25%, y si a eso le sumamos ejercicios de fuerza, hasta un 40%”, ilustró Conrado Estol, fundador de Breyna Medicina del Corazón y Cerebro.

Así como esa proactividad ayuda, alejarse de malos hábitos es también importante. Fumar o dormir mal, por ejemplo, son factores que “pueden empeorar el deseo de ser longevo”.

En la línea del cuidado y la longevidad se movió también Sebastián Campanario, periodista especializado en la economía no tradicional. Campanario habló de un concepto a tener en cuenta: las islas de estabilidad. En pocas palabras, son actividades de disfrute como, por ejemplo, la lectura o el armado de un rompecabezas, que sirven para “ponerle un freno” a un cerebro hiperestimulado. De esta manera, se logra reducir los niveles de estrés y preservar la salud mental.

4. Avances de la tecnología en la lucha contra el estrés

Cuando el concepto de Inteligencia Artificial se extendió en el mundo, las personas entraron en un nuevo momento de crisis. Si una máquina puede reemplazar al ser humano en algunas tareas, ¿cuánto va a demorar en reemplazarlo del todo? Esa sensación de obsolescencia genera preocupación y estrés. Pero hay que mantener la calma.

Rebeca Hwang, argentina que trabaja en Silicon Valley, aportó un concepto clave para aliviar la preocupación. “Las máquinas pueden tener una dualidad: ayudar a mejorar nuestra productividad y darnos tiempo para hacer otras actividades que nos hagan sentir mejor”

Y es ahí donde el ser humano puede acumular victorias en la lucha contra el estrés. Si se empieza de a poco, se puede incorporar hábitos como el Quick Coherence Technique, un método con foco en la respiración, para “armonizar la frecuencia del corazón en apenas 60 segundos”, como contó Pilar Pose, coach y guía de meditación. O. bien buscar en la risa, según aportó la psicóloga Andrea Negri, “una mirada optimista, un cambio de perspectiva y el vivir mejor”, apalancándose en técnicas provenientes de la risoterapia para lograrlo.

También hay lugar para incursionar en el tapping, una experiencia de yoga que Natalia Franzoni, su creadora, define como aquella capaz de “cambiar molestias, sanar dolores y conectarse con tu magia y capacidad de agradecer la vida”.

La clave, más allá del tiempo, será también ganar la pulseada tecnológica. No solo porque la adicción a los dispositivos nos aleja del bienestar, sino porque una dependencia extrema juega en contra al momento de educar a las generaciones futuras. Según Sofía Chas, autora de libros infantiles, hay que “encontrar espacio para jugar, porque el juego es sanador siempre”.

Pero nada de esto es suficiente si no se le da lugar a la alimentación y al buen dormir. Todo se trata de cambios paulatinos porque, como dijo Karina Gao, “los hábitos se construyen de a poco y eso también se aplica a, por ejemplo, cambiar nuestra alimentación”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/bienestar-el-desafio-diario-de-conectar-con-el-lado-bueno-de-la-vida-nid29102023/

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