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Boca le ganó a Unión por 2 a 1, aprobó el examen del equipo que jugará la finalísima y ahora tiene crédito de sobra

Es un Boca mejor. Mucho mejor, en realidad. Se anima, juega, va, busca. Es cierto que los penales sostuvieron la estructura, lo llevaron al límite de la cúspide, la que lo obsesiona. Ahora, ese e...

Es un Boca mejor. Mucho mejor, en realidad. Se anima, juega, va, busca. Es cierto que los penales sostuvieron la estructura, lo llevaron al límite de la cúspide, la que lo obsesiona. Ahora, ese espíritu es acompañado por una producción acorde a su grandeza. Boca le ganó a Unión por 2 a 1, con una muy buena producción. Debió ganar por una diferencia mayor. Ahora, desperdicia situaciones, se engolosina en su transformación, de mecánico a audaz.

Fue una prueba piloto de Jorge Almirón, el DT xeneize, al disponer de un equipo parecido al que planea para la final de la Copa Libertadores, contra Fluminense, el próximo 4 de noviembre en Río de Janeiro. Con Marcos Rojo, autor del 1-0, lesionado más tarde, y suspendido para la finalísima y sin Luis Advíncula, luego de la doble fecha de las eliminatorias sudamericanas, el gigante dispuso de su mejor versión. Al menos, en el dibujo táctico (un fresco 4-4-2, con Barco disfrazado de wing y hasta de enganche) y con los mejores intérpretes.

Hay lugar para la ilusión. No solo sueña con la postergada séptima, además avanzó en Mendoza a las semifinales de la Copa Argentina tras superar a Talleres en los decisivos 12 pasos. En las últimas semanas, Boca descubrió que puede jugar bien y ser el actor principal de los partidos, más allá de las exitosas definiciones por penales, que lo llevaron a las instancias decisivas en las dos copas, la local y la internacional. Retazos contra Palmeiras, en San Pablo y huellas más en continuado con Talleres, transformaron la ecuación de un equipo precavido a una formación arriesgada.

Así como llega más y mejor, se le presentan en su propia área, casi en la misma sintonía. Resulta un nuevo escenario, más parecido al antiguo estilo de Almirón, el que deleitó, sobre todo, en su primera etapa en Lanús.

A dos semanas de la gran final, el DT probó a una formación con el espejo de Fluminense, y con el mismo esquema que funcionó muy bien en la igualdad ante Talleres. Probablemente, este fue el último ensayo formal de los titulares para el Maracaná, ya que este martes, a las 19 ante Racing en Avellaneda y el sábado, a las 19, contra Estudiantes en la Ribera, serían con equipos alternativos.

Al mismo tiempo, el equipo xeneize está próximo a recuperar a Luca Langoni, una buena variante para los últimos metros ante la grave lesión que sufrió Exequiel Zeballos. El delantero, de 21 años, se resintió de una nueva lesión muscular el pasado 19 de agosto y volvió a disputar 45 minutos en la reserva. El ataque es el nuevo protagonista de Boca, adelantado unos 20, 30 metros en las últimas funciones.

Boca ganaba desde el arranque. Tiro libre de Barco, cabezazo de Cavani, rechazo del arquero Moyano e inmediatamente, Rojo, con otro impacto de cabeza, abrió el marcador. Iban 7 minutos. En el ida y vuelta, Chiquito salvó dos veces a Boca, en la misma jugada. Otra realidad: Boca se compromete solo con la pretendida salida prolija desde el fondo. Otro centro de Barco y un cabezazo de Cavani, que chocó con un palo. Y al rato, Romero voló para sacar un zurdazo impecable de Zenon.

Una infracción violenta de Calderón derivó en una molestia seria en el tobillo de Cavani y la inmediata expulsión del defensor de Unión. En un primer momento, pareció una decisión arriesgada del árbitro, pero el zaguero fue con los tapones excesivamente fuertes; muy violento.

Así, desde los 28 minutos, Boca actuó con un hombre más. Y ya ganaba por la mínima diferencia, una ventaja sustancial. El equipo local insistía, quería, buscaba. Estaba a tiro del segundo grito, pero evidentemente sufre de mareos, distracciones recurrentes, que lo hacen morder el pasto sin necesidad. Un toque de Luna Diale (surgió en Boca) al primer palo de Chiquito, selló el inesperado 1-1.

Lo mejor del partido

Lejos del brillo, más cerca ahora del desequilibrio, Boca fue, una y otra vez. Medina casi convierte, con un derechazo que casi se clava en un ángulo. Llamó la atención un cambio de Almirón: sacó a Cavani (mezcla exquisitez y flaquezas), ingresó Pipa Benedetto en su lugar. Hasta que una media vuelta de Merentiel, luego de un córner, estableció la lógica diferencia. Boca es una invitación a la ilusión.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/boca-le-gano-a-union-por-2-a-1-aprobo-el-examen-del-equipo-que-jugara-la-finalisima-y-ahora-tiene-nid20102023/

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