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Boca vs. Fluminense: los diamantes de Boca Predio, ante su primera prueba de fuego internacional

Ellos son la joven guardia de Boca. Representan el sueño cumplido de miles de hinchas xeneizes, que reclamaron durante años un proyecto integral de juveniles. La pandemia del coronavirus aceleró...

Ellos son la joven guardia de Boca. Representan el sueño cumplido de miles de hinchas xeneizes, que reclamaron durante años un proyecto integral de juveniles. La pandemia del coronavirus aceleró tiempos y algunos diamantes en bruto de La Masía de Ezeiza debieron pulirse en tiempo récord. Cuatro de ellos, formados allí en Boca Predio a escasos metros del centro de entrenamientos de la selección, tendrán minutos en la final del Maracaná. Tres, titulares absolutos: Equi Fernández, Cristian Medina y Valentín Barco. Y un cuarto, Nicolás Valentini, disputa mano a mano el puesto de segundo central con el paraguayo Bruno Valdez.

La mitad de la cancha es la sala de máquinas. Y allí se complementan a la perfección Fernández y Medina. El primero hace de limpiaparabrisas: le junta toda la basura a su compañero para que la pelota le llegue redonda siempre. Cuando el Negro Medina se manda al ataque, Equi le cuida las espaldas. Se conocen de memoria desde las inferiores y juegan sin necesidad de relojear dónde está el otro. En ese conocimiento se basa el juego de Boca: si Fernández es más músculo que cerebro, Medina es todo lo contrario. Ex delantero, reconvertido a 10 y más tarde a extremo, encontró su posición en el mundo Boca con Miguel Ángel Russo como entrenador, durante la temporada 2021. Luego, perdió terreno y volvió a ser considerado en la era de Jorge Almirón.

Así juega Cristian Medina

Medina habrá perdido a su lugarteniente más preciado, Alan Varela (vendido a Porto, de Portugal, en el último mercado de pases), pero fue el futbolista más regular de Boca en el semestre. La batalla del Maracaná puede ser su partido consagratorio. “Llegar a Primera, ganar un título y luego la Libertadores”, dijo hace años, cuando el plantel principal parecía un objetivo inalcanzable. Pero Medina llegó. Y ahí está, como director de orquesta de Boca. “Ganar la Copa es lo que soñamos todos los Bosteros, hay que trabajar duro y hay que seguir adelante”, se entusiasmó Medina hace unos meses en una entrevista con el canal de Boca. Está a 90 minutos de conseguirlo.

“El técnico me dijo que tengo que llegar. que los volantes tienen que hacer goles. A mi juego le agregué más verticalidad”, agregó el joven mediocampista que llegó a Boca hace más de una década y tras destacarse en una prueba a la que asistieron cerca de 2000 aspirantes. Su equipo se llamaba “El Rayo de Malaver”, y el chico nacido en Moreno deslumbró a los captadores de Boca con su velocidad. El resto es historia. Pasado, presente y, sobre todo, futuro.

Medina, que alguna vez se entusiasmó con jugar en la Premier League, también contó que recibió ayuda psicológica para no bajonearse por no ser considerado. “Hubo un momento en el que me tocaba jugar cinco minutos o directamente no jugar. Me entrenaba, que es la única manera de mostrarle al entrenador y al cuerpo técnico que estás bien. Me apoyaban los psicólogos del club y los referentes. Por suerte las cosas se fueron dando”. Levantar la Copa Libertadores en el Maracaná será, entonces, un premio a la resiliencia.

Valentín Barco, el talento irreverente

Valentín “Colo” Barco es la joya de Boca. Seguido de cerca por los ojeadores de los principales equipos del mundo, tiene apenas 19 años y juega con la templanza de un veterano. Se animó a ¡pararse! sobre la pelota en las narices de los jugadores de Palmeiras, durante el partido de vuelta de las semifinales de la Libertadores. Ese trofeo que él también puede acariciar el sábado en el mítico Maracaná.

Barco es la gambeta, la explosión en el uno contra uno, el centro preciso a la cabeza de alguno de los dos tanques, y el reclamo permanente de la pelota. Por más que el balón queme, o que el partido gane temperatura, el lateral izquierdo ahora reconvertido en extremo nunca se esconde. Ni siquiera cuando tiene que declarar. “Pensamos desde que arrancó la Copa que tenemos que salir campeones. Sabemos la ilusión que tiene toda la gente de Boca, esa ilusión es nuestra también. Sería hermoso quedar en la historia de este club, estamos cerca”, afirmó en el predio de Ezeiza donde se entrena el equipo xeneize.

El Colo Barco y sus lujos

En la misma nota contó cuál es su posición preferida dentro de la cancha. Pero, esta vez, tiró la pelota afuera y no se decidió ni por la de volante o extremo ni por la de lateral izquierdo: “Me siento cómodo de las dos maneras. Donde el técnico disponga yo voy a jugar. Capaz que todos piensan que tengo mejores cualidades ofensivas, pero de tres me gusta mucho también, tengo la cancha de frente. Por ahí de volante capaz que puedo generar más daño y llegó más al arco rival. Son dos posiciones que me gustan y que desde chico estoy acostumbrado”. Almirón, que buscó verticalidad liberando a Medina de sus obligaciones defensivas, pensó algo similar con Barco: adelantarlo en la cancha para que no tenga que marcar al rival de ocasión que ande por su zona. Sus rendimientos, casi siempre desequilibrantes, terminaron dándole la razón.

Al igual que Medina, Barco también era número 10 (y soñaba con usar ese número) durante su época de jugador de futsal con la camiseta de Sportivo Riestra. A los 9 años llegó a Boca y sus entrenadores lo corrieron a la banda para jugar de volante por ese sector. Más tarde, terminó siendo lateral con llegada, el puesto en el que llegó a la primera división. Ya como un destacado de las divisiones menores, en 2018 Barco habló con el medio partidario Boca Pasión Total. Las pecas estallaban en su cara adolescente. Y sus ojos saltaron cuando le preguntaron por un referente en el puesto de número 3. “¿A quiénes mirás?”, le consultaron. “Me gustan Fabra y Marcelo”, respondió. Al primero lo tiene de compañero. Al segundo se dará el lujo de enfrentarlo el sábado. Con una Libertadores en juego.

Ese motor llamado Equi Fernández

A diferencia de Medina y Barco, Ezequiel “Equi” Fernández debió buscarse la vida en otro lugar para ser considerado en Boca. Retroceder un paso para adelantar dos. En febrero de 2022 fue cedido a préstamo a Tigre con el objetivo de sumar minutos, como ya había ocurrido con otros jugadores de la cantera xeneize como Mateo Retegui y Agustín Obando, entre otros. En Victoria, “Equi” la rompió y se destacó. Tanto, que volvió al predio de Ezeiza renovado. Había terminado su formación futbolística y estaba dispuesto a mostrar su talento con la camiseta azul y oro.

Admirador de Sergio Busquets, Fernández es el prototipo del volante mixto con más marca que gol, y que no tiene ningún tipo de problema con ningún perfil. Patea igual de bien con la pierna derecha que con la izquierda. Y puede sacarse un rival de encima para un lado o para el otro. “Boca está acostumbrado a jugar finales, vamos a tratar de ganarla y la vamos a ganar porque somos Boca”, aseguró Equi, de apenas 21 años, cuando la clasificación al partido del Maracaná todavía estaba caliente, tras eliminar el Palmeiras.

Tanto Barco como Fernández y Medina sienten que el del sábado es “el” partido de sus vidas. El encuentro con el que sueñan desde que comenzaron a entrenarse con la camiseta xeneize. Saben como nadie lo que significaría un triunfo para sus carreras: primero, quedar en la historia. Segundo, un espaldarazo para sus carreras. Allá van los tres. Decididos a hacer realidad sus sueños. Y los de los hinchas de Boca.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-vs-fluminense-los-diamantes-de-boca-predio-ante-su-primera-prueba-de-fuego-internacional-nid01112023/

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