Cae otra pieza clave del kirchnerismo y Bullrich busca un nuevo aire
El resultado en Chaco deja como huella ...
El resultado en Chaco deja como huella un cachetazo histórico para el peronismo, que conoció reveses a lo largo de este 2023, pero que no resignaba un territorio en el norte del país desde 2015, cuando perdió Jujuy. El impacto es aún mayor si se tiene en cuenta que Jorge Capitanich controló durante los últimos 16 años este territorio. El resultado es también un golpe para Unión por la Patria a escala nacional, que se ilusionaba con recuperarse del sacudón en la dinámica del poder que significó el caso Cecilia y ofrendarle una sonrisa a Sergio Massa.
Al mismo tiempo, y aunque Leandro Zdero no mostró un alineamiento claro en la interna de Juntos por el Cambio, el batacazo que sonó desde el sofocante domingo chaqueño favoreció a Patricia Bullrich, la candidata presidencial opositora, que busca reposicionarse en el ajedrez electoral que trastocó la victoria de Javier Milei el 13 de agosto.
El gobernador chaqueño fue un fiel alfil de Cristina Kirchner, a punto tal de llegar a la Jefatura de Gabinete nacional. En tiempos de Alberto Fernández en la presidencia, sus años como gobernador en Chaco lo posicionaron de modo inevitable como referente de los gobernadores, compartiendo con Gildo Insfrán y Gerardo Zamora el papel de caudillos peronistas con mayor permanencia en el cargo de gobernador.
Massa no tenía previsto viajar, indicaban en la semana desde su entorno. Pero la derrota contundente de Capitanich lo sorprendió y abre una interrogante sobre el impacto electoral de la seguidilla de anuncios –en pleno auge– que viene realizando el ministro-candidato.
En cambio, quizás con alguna información que le adelantaba la chance cierta de festejar, Bullrich tenía confirmado el viaje, al menos, desde el jueves, cuando en el cierre de campaña Zdero se mostró con el gobernador correntino, Gustavo Valdés, el mandatario radical con el que está alineado a nivel regional. También compartió esa foto con Maximiliano Pullaro, gobernador electo de Santa Fe, que en la puja interna de la alianza opositora estaba alineado con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Mucho antes de que Capitanich reconociera la derrota, Bullrich ya había desembarcado en Chaco y a las 22 festejaba en el escenario junto a Zdero. Como lo hizo con Pullaro una semana antes y como espera repetir junto a Alfredo Cornejo, el próximo domingo, en Mendoza. Pero fue por más: prometió nuevas alegrías en Entre Ríos y en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. “Para gobernar toda la Argentina”, arengó.
Capitanich apostaba todo a una recuperación de su derrota en las primarias del 18 de junio. Esos comicios se desarrollaron cuando habían pasado solo 16 días de la desaparición de Cecilia Strzyzowski. En ese turno electoral, y a pesar de la derrota ante Juntos por el Cambio, el gobernador había logrado ser el candidato más votado en el conteo individual. Ya había logrado una remontada en 2021, cuando sumó 10 puntos entre las PASO y las generales, para derrotar a Juntos por el Cambio.
A las 21.30 de ayer, Capitanich reconoció la derrota y le prometió a Zdero una “transición ordenada”, porque la provincia, remarcó, “no es un feudo”. Negar ese mote quizás sea el único servicio que le preste la derrota de ayer. También dijo que fue atacado y apeló a una frase de inspiración religiosa para señalar que perdonaba a quienes le dedicaron “improperios”.
Es una incógnita si el impulso a Bullrich de este resultado excederá lo meramente anímico y se trasladará a las urnas en las elecciones nacionales del 22 de octubre, cuando en la oferta electoral estén Massa y Milei. Es la misma incógnita que vale para la victoria santafesina de Juntos por el Cambio.
En paralelo, las elecciones en Chaco dejaron una vez más en evidencia la orfandad de los candidatos provinciales que se presentan como alineados con Milei. Los dos postulantes “libertarios” que compitieron ayer no llegaban ni al 5% de los votos, sumados. Como en la mayoría de las elecciones provinciales, Milei los desconoció. Hizo saber que no apoyaba a ningún candidato en la elección chaqueña.
El intrépido “piromaníaco” y el “loco” de la motosierra
En los cálculos y las encuestas que circularon durante la semana pasada, el escenario que se bosquejaba era de segunda vuelta, con una diferencia muy ajustada. La realidad volvió a mostrar la falibilidad de esos pronósticos.
Con Bullrich a su izquierda, Zdero festejó ayer una victoria que, por su trascendencia regional y por el rival vencido, marca un mojón para las apuestas de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en sus agradecimientos no solo nombró a Bullrich, sino también a Valdés, el mandamás correntino a quien muchos señalan como su referencia política más fuerte en el tablero opositor. Y su futuro sostén si los festejos de Juntos por el Cambio no se repiten el 22 de octubre.