En Nyack, Nueva York, hay una mansión que tuvo varios dueños en su historia y algunos de ellos aseguran que está embrujada. Sin embargo, más allá de esas creencias y de las leyendas populares, las propias autoridades ya le dieron esta distinción, en una noticia que recorrió el mundo en la década de 1990. Si bien hay personas que ya durmieron ahí y afirman que no les pasó nada paranormal, fue motivo de conversación en los últimos años.

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Una mujer llamada Helen Ackley, quien vivió ahí desde 1960 hasta 1989, le vendió la vivienda al corredor de Wall Street Jeffrey Stambovsky. Lamentablemente, el ejecutivo no pudo permanecer allí por mucho tiempo, ante los supuestos eventos paranormales que le sucedían de forma constante. Así que demandó a Ackley por no haberle comentado nada al respecto. Luego de un extenso juicio, en 1991 la Corte Suprema del estado declaró legalmente como “embrujada” esta mansión y solicitó que se le hiciera un reembolso a Stambovsky. El argumento fue que la propietaria debió haberle advertido sobre ese detalle.

Ackley admitió públicamente en varias ocasiones que había fantasmas que, ella creía, eran de la Guerra Revolucionaria, según información de The New York Post. A menudo desarmaban las camas, daban portazos y paseaban por los pasillos de la casa mientras hacían ruido, afirmaba en sus relatos. Aun así, el actor Adam Brooks compró la mansión y vivió ahí por aproximadamente 20 años. En ese período, nunca detectó la presencia de entes sobrenaturales.

Después la adquirió el rapero Matisyahu, quien también aseguró que nada de lo que se decía en los medios de comunicación era real, una versión en la que coincidieron otras personas. “Es una historia de fondo divertida para esta hermosa casa, pero ninguno de los tres propietarios anteriores en los últimos años ha visto fantasmas”, dijo para el medio citado Nancy Blaker Weber, una agente inmobiliaria que estuvo a cargo de la venta.

Por otro lado, una dueña más, la cantautora Ingrid Michaelson, agregó que la casa no es para nada espeluznante. Ella vivió allí de 2012 a 2015 y en ningún momento le sucedió algo fuera de lo común: “Me encantaba vivir en One LaVeta. Es un hogar mágico. Es una casa memorable, donde la gente se reúne, te atrae y te reconforta. Y la vista es inmejorable”.

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La propiedad data de 1890 y se ubica en el número 1 de La Veta Place, frente al río Hudson. Es de tres pisos y de aproximadamente 427 metros cuadrados en espacio habitable. Uno de sus aspectos más envidiables es la increíble vista que tiene del río desde casi todas sus ventanas.

La casa tiene un total de 15 habitaciones, entre dormitorios principales y cuartos de invitados; cuatro baños y medio disponibles en toda la casa; una cocina renovada, electrodomésticos de última generación y un enorme jardín. Respecto a los acabados y el diseño de interiores, es de estilo contemporáneo, con pisos de madera, puertas arqueadas y vitrales detallados por todos lados. Hay también un garaje para tres vehículos, así como una bañadera con hidromasaje de agua salada en el suelo con vista al Hudson.