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Cambio en el top tres de millonarios en el mundo

El CEO de LVMH -Louis Vuitton Moët Hennessy-, Bernard Arnault, dejó de ser el segundo hombre más rico del mundo, después de que la empresa dedicada a bienes de lujo presentara un informe de ven...

El CEO de LVMH -Louis Vuitton Moët Hennessy-, Bernard Arnault, dejó de ser el segundo hombre más rico del mundo, después de que la empresa dedicada a bienes de lujo presentara un informe de ventas, el miércoles pasado, que no cumplió con las expectativas del mercado. Desde ese día, el francés de 74 años perdió US$6.800 millones.

Así, en el primer puesto sigue ubicado Elon Musk, de 52 años, dueño de Tesla, SpaceX y la red social X, con una fortuna calculada en US$231.800 millones por el “Bloomberg Billionaires Index”. Lo sigue ahora Jeff Bezos, el estadounidense de 59 años, con una fortuna de US$153.600 millones. Y el tercer lugar es para Arnault, con US$153.500 millones.

En abril de este año, el francés había desplazado a Musk como el hombre más rico del mundo. Su fortuna en ese momento ascendía a US$213.700 millones.

Arnault admitió, en una entrevista, su elección por el rubro de lujo. Las marcas de alta gama tienen atemporalidad y modernidad, dos características que parecieran contradictorias, pero ahí está su éxito: “Son como el fuego y el agua. ¿Podés decir que dentro de veinte años la gente seguirá usando el iPhone? Tal vez no. Pero seguirá bebiendo Dom Pérignon”, manifestó.

A partir de este pensamiento logró construir un conglomerado de marcas que incluye a 70 empresas. Maneja a Louis Vuitton, Christian Dior, Tiffany & Co, Loewe, Fendy Beauty, TAG Heuer, Bvlgari, Dom Pérignon, Céline, Givenchy, Loro Piana, Sephora, Moët Hennessy, Emilio Pucci, Fendi, DKNY, entre otras.

Cómo Arnault se había convertido en la persona más rica del mundo

Su adoctrinamiento en el capitalismo llegó en Nueva York a principios de la década del 80, adonde llegó huyendo del socialismo francés. Poco se sabe sobre su tiempo allí, pero cuando regresó a Francia en 1984, se apresuró a desplegar las tácticas salvajes que estaban surgiendo en Wall Street.

Lo primero que hizo fue apostar a las compras apalancadas. Vio a una marca como Christian Dior, destartalada y enterrada dentro de un conglomerado textil en apuros. Pulió a Dior y la revivió. Luego, apelando a tácticas hostiles, apuntó a Moët Hennessy-Louis Vuitton a fines de los 80 y finalmente se alzó con la marca.

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-hombre-mas-rico-del-mundo-les-hace-un-casting-a-sus-cinco-hijos-para-dirigir-su-imperio-del-lujo-nid21042023/

No siempre tuvo éxito. Gucci, la casa de moda italiana, continúa eludiéndolo. Pero su método de operación es en general exitoso: hacer un uso astuto del balance general para comprar casas de moda mohosas y convertirlas en megamarcas. Y el mejor ejemplo es LVMH, que alcanzó un valor de US$372.000 millones.

Arnault es más que un buen negociador. Es un maestro de la exageración, reclutando diseñadores llamativos, muchos de fuera de Francia, para sacudir al establishment de la moda.

Su accionar impactante no se limita solo a la pasarela. Brinda publicidad para accesorios de moda de alto margen, como perfumes y bolsos, que son el pan más convencional de LVMH. Además, impone una eficiencia similar a la de una máquina en sus negocios, modernizando los procesos de producción, vendiendo principalmente a través de las propias tiendas de la marca en lugar de licencias, y contratando a los mejores en el negocio.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/cambio-en-el-top-tres-de-millonarios-en-el-mundo-nid17102023/

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