En esta época del año, las flores se encuentran en su máximo esplendor. Las florerías están llenas de distintas variantes y es muy común obsequiar algún ramo para situaciones especiales. Sin embargo, muchas personas desconocen cómo mantenerlas sanas y frescas. Una flor que se encuentre en buen estado y es cuidada adecuadamente puede durar de tres a cinco semanas, dependiendo de la especie.

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Para esto será necesario cambiar su agua, cuidar de los cambios de temperatura y las bacterias. Si bien existen productos que ayudan a mantenerlas vivas por más tiempo, esta tarea puede replicarse fácilmente a través de simples pasos. A continuación, cinco claves para cuidar las flores y evitar que se marchiten.

Cambiar el agua regularmente

Si bien muchos expertos aconsejan realizar esta tarea cada tres días, será importante observar el líquido del jarrón diariamente y anticiparse si se encuentra turbia o con impurezas. Esto se debe a que el agua cumple un rol fundamental en la vida de las flores, ya que las nutren y las mantienen frescas. Si esta cuenta con suciedad o una temperatura inadecuada, podría empeorar la condición del ramo.

Se recomienda mantener una temperatura fresca o fría y agregar una cucharada de vinagre de alcohol para evitar que se formen bacterias y microorganismos. Asimismo, al momento de efectuar el cambio, el líquido no deberá tener contacto con los pétalos de las flores, ya que podrían hacer que se marchiten rápidamente.

Eliminar las hojas del tallo

Antes de introducir el arreglo floral en un jarrón será necesario cortar las hojas de los tallos porque solo este deberá encontrarse bajo el agua. El contacto del follaje con el líquido podría hacer que se pudran rápidamente, por lo que podría empeorar la condición del agua y afectar a la frescura de las flores. Esto deberá realizarse cuidadosamente y con alguna pinza o tijera para evitar dañar la rama.

Encontrar la ubicación ideal para las flores

Es importante que el ramo de flores se encuentre en un lugar fresco y libre de los rayos directos del sol. Asimismo, se aconseja ubicar lejos de grandes fuentes de calor o frío como estufas, hornos, aires acondicionados, entre otros. Los cambios bruscos de temperatura podrían afectar a la condición de las flores y acortar su vida útil.

Retirar las impurezas

Antes de colocar el arreglo floral en un jarrón limpio, se deberá revisar cada una de sus flores para evitar problemas. Si existen hojas o pétalos podridos, secos o marchitos será oportuno eliminarlos, ya que podrían afectar al estado general del ramo y facilitar su deterioro. Lo mismo ocurre con los tallos o ramas de decoración: si alguno posee un olor fuerte o se encuentra blando, se deberá extraer inmediatamente. Este procedimiento puede repetirse cada tres días, con el fin de mantenerlo fresco y en buen estado.

Cortar los tallos

Se aconseja cortar los tallos en diagonal, con dirección de 45 grados. De esta manera, las flores podrán absorber el agua adecuadamente y se mantienen frescas y sanas. Se deberá repetir este mecanismo cada vez que se cambie el agua del jarrón para eliminar la parte que más oscura o blanda se encuentre. Algunas personas optan también por retirar los talles y limpiarlos con un trapo húmedo para sacar la secreción que liberan.