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Cómo tener los vegetales a mano sin ir a la verdulería

A medida que las temperaturas se vuelven más agradables, se nos despierta el deseo de consumir alimentos refrescantes y fácilmente digeribles. La mejor respuesta a esta demanda son, sin duda, las...

A medida que las temperaturas se vuelven más agradables, se nos despierta el deseo de consumir alimentos refrescantes y fácilmente digeribles. La mejor respuesta a esta demanda son, sin duda, las ensaladas.

Las ensaladas pueden considerarse un plato perfecto, de bajo poder calórico. Nos aportan sales minerales, fibra, proteínas y vitaminas.

Además, las ensaladas tienen un poder depurador y estimulante, favorecen la respiración celular y fortalecen las defensas del organismo. Todas estas virtudes se incrementarán si las preparamos con nuestras verduras recién cosechadas: El sabor, el aroma, la textura, el color, la vitalidad y sus virtudes estarán en el punto óptimo.

¿Qué nos gusta comer? ¿Cuánto comemos? Éstas son las preguntas que deberíamos hacernos para cultivar lo necesario y no tener faltantes ni excedentes.

La manera más rápida de comenzar a cosechar nuestra propia ensalada es comprar los plantines de las hortalizas en un vivero. En cambio, si estas tareas se comienzan a realizar a principios de la primavera, podemos optar por sembrar nosotros mismos nuestras verduras preferidas, ya que siempre es mayor la oferta de variedad de semillas que la oferta de variedad de plantines.

¿Cómo empezar?

Si no disponés de mucho espacio, podés armar tu huerta para ensaladas en un balcón, ventana o terraza. Vas a necesitar una maceta de unos 3m de largo por 1m de ancho. Será suficiente con que la maceta esté a media sombra o reciba sólo el sol de la mañana.

Debés asegurarte de que la maceta tenga perforaciones en la base que permitan la eliminación de excedentes de agua.

El jardín comestible: La nueva tendencia mundial para lograr un diseño productivo

Primero vas a colocar 3cm de leca. Después prepará una mezcla de 50% de compost maduro y 20% de turba o resaca de río, 20% de tierra negra y 10% de perlita agrícola. También podés incorporar un puñado de harina de hueso a unos 15 o 20 cm de profundidad.

Vas a llenar la maceta hasta un centímetro antes del borde. Con el sustrato suelto, es el momento ideal para sembrar o trasplantar plantines. Una vez terminada esa tarea, vas a cubrir con una capa de cobertura y regar.

En tu maceta vas a poder producir las hojas que serán la base de tus ensaladas. Lechugas como “maravilla de las cuatro estaciones”, “mantecosa de verano”, “hoja de roble” y “gallega” se desarrollan sin problemas.

También podés cultivar otras especies para completar tus ensaladas: cebolla de verdeo, rúcula, radicheta, tomatitos cherries compactos, ajíes ornamentales y rabanitos.

Las aromáticas como el eneldo, ciboulette, albahaca, perejil y cilantro también se desarrollan bien en macetas.

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En las macetas destinadas a hojas, el suelo debe estar húmedo (no inundado) y con cobertura

Una ensalada caprese en la ventana

¡Sí, tu propia ensalada caprese puede crecer en una mini huerta en tu ventana!

¿Cómo? En una jardinera de 0,60 de largo por 0,20 de ancho podés cultivar tres plantas de cherries compactos y dos de albahaca. El queso muzzarella complatará esta deliciosa ensalada.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/podes-tener-tu-propia-huerta-para-ensaladas-en-el-balcon-nid22092023/

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