Cómo vive la familia de Ángeles Rawson el 10° aniversario del femicidio que conmovió al país
A diez años del femicidio de Ángeles Rawson, ...
A diez años del femicidio de Ángeles Rawson, la joven asesinada tras un ataque sexual en el edificio de Palermo donde vivía, sus familiares relataron, en un programa especial de LN+, cómo sobrellevaron la pérdida de la joven de 16 años, abusada y asesinada por Jorge Mangeri. Recordaron cómo fue la tragedia, pero también hicieron hincapié en los momentos alegres que tuvieron con la joven. “Estoy triste de que ya no esté pero estoy feliz de que haya estado”, afirmó su hermano.
En un programa de “Los especiales de LN+”, conducido por Eleonora Cole, la madre, el padre y Juan Cruz, hermano de la adolescente, hicieron un repaso del momento en que se enteraron de la peor noticia de sus vidas. “Los diez años no solo me marcan a mí, sino a todos los que vivieron ese momento”, afirmó su mamá, Jimena Aduriz.
“Ella tenía carácter, era el alma de la casa. Era buenaza, era excelente alumna, muy responsable”, expresó la madre, emocionada. Su exesposo se expresó en el mismo tono y definió a Ángeles como “un sol, con una sonrisa tan dulce, inocente y siempre bien para los demás”.
Para su hermano Juan Cruz, Ángeles era “Mumi”, tal como la apodaban sus seres más cercanos. “Fue una persona que tenía un carácter de mierda pero era muy dulce”, indicó. “Cuando hay que recordar a alguien que no está suele ser martirizante, pero cuanto más la recuerdo, más divertido es. Tengo un recuerdo alegre y feliz de ella. Me interesa mucho más que se recuerde eso que toda la parte trágica”, expresó.
La última imagen de Ángeles con vida quedó registrada en las cámaras de seguridad de la entrada de su casa, ubicada sobre la calle Ravignani. Aquel 10 de junio alrededor de las 9.50, la adolescente ingresó al edificio después de una clase de Educación Física y fue allí donde encontró su destino final. Según se supo durante el juicio, que se llevó adelante dos años más tarde y por el cual el acusado fue condenado a prisión perpetua, en ese momento se encontró con Mangeri, que vio frustrado su intentó de abusar sexualmente de ella por la resistencia que opuso. Sin embargo, fue más allá y la mató: de acuerdo a la junta médica, la causa de la muerte fue estrangulamiento y asfixia.
El cadáver de la joven fue encontrado al día siguiente en la Ceamse de José León Suárez. Estaba en bolsas de residuo que el portero depositó en un contenedor de residuos. Si bien al principio las sospechas estaban dirigidas a un personaje desconocido, e incluso las miradas recayeron sobre el padrastro de Ángeles - Sergio Opatowski- cuatro días después Mangeri declaró ante la fiscalía y confesó: “Soy el responsable de lo de Ravignani 2360″.
“Vino mi abogado, que había estado en contacto con la fiscal y me lo dijo. Ahí se me vino el mundo abajo”, rememoró Franklin Rawson, el padre de la niña, sobre aquella fatídica jornada.
La mujer siempre tuvo presente la valentía de la adolescente. “El último acto fue defender su honor”, dijo Jimena Aduriz. Su hija tenía rastros de su agresor debajo de las uñas, una muestra de que intentó con todas sus fuerzas defenderse del violento ataque que terminó con su vida.
“Ayuda que haya habido justicia, pero no es que quedaste mano a mano, no se recupera nunca, pero que haya justicia es una herramienta que te ayuda a seguir adelante. Si no tenés justicia, es como que te dejaran tirado en la calle”, analizó Franklin y admitió que la única manera de tolerar el dolor “es aprendiendo a convivir con él y llevarlo a cuesta”.
El padre de Ángeles también se manifestó sobre Jorge Mangeri. “A veces me acuerdo de él”, reconoció, aunque admitió que no se trata de un pensamiento positivo. “Trato de no tenerlo en mi pensamiento”. También señaló que no tiene interés en ir a verlo a la cárcel.
“Eso hace que uno recuerde la vida de Ángeles y no el dolor de no tenerla, pero uno nunca vuelve a ser el mismo, hay algo que no tiene solución, no tiene vuelta atrás y hay que convivir con eso”, reafirmó.
Juan Cruz coincidió en que “nunca se la deja de extrañar”. “La compañía la siento por defecto. Cuando uno tiene que hacer un duelo por alguien que pierde, no te hacés la idea, es más una cuestión de acostumbrarse”. “Estoy triste de que ya no esté pero estoy feliz de que haya estado”, describió.
Jimena, desde el cementerio donde descansan los restos de Ángeles, expresó su tristeza y consideró que “un hijo muerto no es una foto vieja”. “Al menos tengo un lugar a donde traerle una flor”.