El conductor televisivo y productor de música tropical Ricardo Daniel Carias, más conocido como Daniel “La Tota” Santillán, fue condenado hoy a 5 años y medio de prisión acusado por ejercer violencia de género contra su expareja Sol Fiasche, madre de sus dos hijas, por hechos que ocurrieron hace casi una década. No obstante, el animador no irá preso hasta que la sentencia quede firme.

Antes de ingresar al Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 7 y de escuchar la sentencia del juez Alejandro Noceti Achával, Santillán habló con los medios y dijo, junto a su abogado Juan Pablo Merlo, que era inocente. “Quiero muchísimo a la mamá de las nenas. Extraño mucho a mis hijas. No las veo desde el 2019, solo las veo por Zoom. Ya sé lo que le voy a decir al juez”, aseguró el conductor ante varios medios.

El fiscal Oscar Ciruzzi había solicitado la semana pasada cuatro años y seis meses de prisión. En tanto, la querella de Sol Fiasche había exigido hasta 18 años de prisión y el abogado del conductor había pedido que se lo absuelva de la acusación de violencia de género y amenazas contra el padre de su expareja y una mujer que trabajaba como empleada doméstica.

En su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°7 el miércoles pasado, el fiscal Ciruzzi había considerado a la Tota autor de los delitos de “amenazas agravadas por el uso de armas, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cónyuge y lesiones leves agravadas por haberse cometido en el marco de la pareja y por mediar violencia de género”. También lo señaló como responsable por un episodio de lesiones leves y otro de amenazas.

Según informó el Ministerio Público en su portal institucional fiscales.gob.ar, el titular de la Fiscalía de Juicio Nº7 lo imputó por la sustracción de un teléfono celular propiedad de su excontador y por un intento de extorsión en su contra. Además, indicó que debía ser condenado por amenazas coactivas reiteradas donde la víctima fue una empleada de su pareja y por haber amenazado también a su exsuegro durante la separación.

Asimismo el fiscal Ciruzzi destacó un hecho sucedido en 2013, cuando el acusado vivía con su pareja y sus dos hijas en un inmueble de la calle Roosevelt, en el barrio de Belgrano. Explicó que allí, tras una discusión, el hombre insultó a Fiasche, la arrojó sobre una cama y la amenazó con una tijera con que le iba a sacar los ojos.

Describió que la mujer logró levantarse, pero que, cuando quiso salir de la habitación, la empujó y provocó que cayera al piso, donde comenzó a patearla. Añadió que, tras esto, volvió a violentarla con un cinturón en la mano y la retuvo en el lugar durante un tiempo prolongado. Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió una lesión en el tobillo.

En otro tramo de su alegato, el fiscal precisó que durante el verano de ese mismo año, cuando el acusado y su pareja estaban en Mar del Plata, en un auto, la Tota aceleró intempestivamente mientras le decía a la mujer: “Te voy a matar en el acantilado y nadie te va a encontrar”. Cuando ella intentó abrir la puerta del auto para escapar, Santillán detuvo la marcha.

Otro episodio violento que fue relatado en el juicio fue el ocurrido en Santiago del Estero, en agosto de 2014, cuando Santillán tomó a su pareja del cuello y comenzó a ahorcarla. Allí se indicó que la damnificada intentó pedir ayuda, pero que el acusado la encerró en el baño y la zamarreó, mientras le impedía gritar colocándole un puño en su boca.

En el juicio también declaró la psicóloga que atendió a Fiasche y se sumó un informe de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el que se concluyó que tanto la mujer como sus hijas atravesaban una “situación de alto riesgo”. A eso le sumaron las medidas cautelares pedidas y las constancias médicas donde se constataron heridas en el tobillo, en el rostro y en el tabique nasal.

En cuanto a las amenazas, el fiscal la semana pasada había detallado que Santillán había colocado un cartel en el parabrisas del auto de su exsuegro que decía: “Atendeme porque si no, no solo te voy a arruinar la vida, sino que te voy a matar”.

Para defenderse de lo dicho, el conductor luego dijo en declaraciones a medios televisivos que el exsuegro tenía “secuestradas a sus hijas” y no le permitía verlas.