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Definitivamente, es peligroso tercerizar el pensamiento

La aparición de herramientas basadas en inteligencia artificial generativa (IAG) como ChatGPT está transformado numerosos sectores, y la educación superior no es una excepción. A medida que est...

La aparición de herramientas basadas en inteligencia artificial generativa (IAG) como ChatGPT está transformado numerosos sectores, y la educación superior no es una excepción. A medida que estos algoritmos continúen alterando los modelos de aprendizaje tradicionales, muchos se preguntan cómo será la nueva forma de aprender, y cómo deberían los centros de estudio adaptarse a la nueva realidad.

Por lo pronto, se menciona que las universidades podrían aprovechar la IA para cambiar la experiencia educativa de varias maneras; por ejemplo, con un aprendizaje personalizado. Al utilizar algoritmos de IA, es posible analizar los datos de los estudiantes para desarrollar planes de estudio que se adapten a los estilos, preferencias y ritmo de aprendizaje individuales. Se supone que esto podría mejorar la participación de los estudiantes y fomentar una comprensión más profunda.

Por otra parte, con herramientas de evaluación impulsadas por IA los estudiantes podrían recibir información inmediata sobre su desempeño, lo que les permitiría identificar las áreas que necesitan mejorar y ajustar sus estrategias de aprendizaje en consecuencia. Los educadores, por su parte, pueden usar información generada por IA para refinar sus métodos de enseñanza, identificar a los estudiantes con dificultades y brindar apoyo específico cuando sea necesario.

LA NACION conversó sobre estos temas y acerca del futuro del empleo con Jeff Maggioncalda, CEO de Coursera, durante su visita en Buenos Aires. Con 124 millones de estudiantes registrados, Coursera es una de las plataformas de aprendizaje en línea más grandes del mundo, que trabaja de forma colaborativa con numerosas universidades de todo el mundo, incluyendo la Argentina.

–Los estudiantes de todos los niveles educativos ya están usando ChatGPT para realizar sus tareas escolares y, si bien existen herramientas que detectan el plagio, realmente a los profesores se les está dificultando reconocer si un texto ha sido creado por una herramienta de IA o por un humano. ¿Qué opina sobre esta nueva realidad?

–Si bien hay técnicas para determinar quién redactó un texto, todas son falibles. Sin embargo, hay ideas prometedoras parar superar esta situación con el objetivo de poder evaluar a los alumnos. Por ejemplo, cuando un estudiante rinde un examen de matemática, se le pide no solo la respuesta sino cómo ha sido su razonamiento para llegar al resultado. Entonces, aunque cometa un error de cálculo, el maestro puede evaluar al alumno. Esto sucederá con otros exámenes basados en la escritura, para que el docente pueda conocer cómo ha sido el razonamiento del estudiante. En tal sentido, ya hay universidades que están aplicando este sistema, y que incluso solicitan al estudiante que muestre cómo y para qué utilizó ChatGPT. Por supuesto, también hay otros centros de estudios que toman exámenes en entornos sin internet para prohibir el uso de este tipo de herramientas de IA. Y también se están diseñando nuevos tipos de exámenes para que no sea posible resolverlos con la ayuda de estas soluciones de IA.

“En la Antigua Grecia, cuando Sócrates presentaba una idea, luego preguntaba a sus discípulos: “¿Qué piensas tú sobre lo que acabo de decir?” Y esto es algo que podemos retomar en la actualidad, de forma tal que el alumno debe interactuar con el docente en tiempo real, a través de un diálogo. En este caso, imagino que podría haber una herramienta IA que pueda evaluar con ese método de Sócrates, y sobre la base de las respuestas del estudiante, presente otras preguntas para evaluar el aprendizaje.

“Realmente estamos en fases muy tempranas respecto al uso del IA en la educación, pero estamos evolucionando rápido.

–¿Por dónde comenzar el cambio?

–Esto va a sonar un poco sesgado, pero los estudiantes abrazan y adoptan la tecnología muy rápidamente. Entonces la universidad debe hacer lo mismo, tanto para la difusión de los contenidos como para el diseño y creación de las lecciones.

–Hay quienes dicen que los docentes podrían ser reemplazados por avatares, ¿qué opina al respecto?

–Eso ya es una realidad. Nosotros lo llamamos “Coursera Coach”. Se trata de un chat basado en IA, que funciona de forma transversal en todos los cursos, y ha sido diseñado por expertos para que interactúe en tiempo real con los alumnos de tal forma que los acompaña en las lecciones de forma personalizada. Está claro que técnicamente es posible reemplazar al docente humano por un avatar que imparta las lecciones, pero lo cierto es que a los estudiantes les gusta que las clases sean impartidas por humanos, no por avatares. De cara al futuro, creo que los profesores van a seguir haciendo investigaciones y avanzando en ampliar la frontera del conocimiento. Pero en el aula habrá una modalidad híbrida: el docente preparará la lección y esta será impartida por el avatar del propio docente, es decir que tendrá su cara y voz. Algo similar a lo que ocurre con los videojuegos de fútbol, que cuenta con jugadores virtuales que emulan a los reales como Messi, entre tantos otros. Así las cosas, los docentes humanos aparecerán en determinadas instancias de las clases para interactuar con los estudiantes que, a su vez, contarán con la ayuda de un tutor de AI.

–¿Cómo imagina usted la experiencia universitaria del futuro?

–Va a ser una experiencia híbrida, con seres humanos docentes hablando en vivo. En simultáneo, habrá un experto que saldrá grabado o con su avatar contando la lección. Pero en el nivel de la interacción, la experiencia será virtual o presencial y en vivo. Además, seguirá creciendo el aprendizaje en línea, y los docentes tendrán sus propios avatares.

–¿Qué cree que sucederá con el empleo ante el avance de la IA?

–No sé la respuesta, aunque parece ser claro que la IA no es buena en entender el contexto. Por ejemplo, para saber quién es tu cliente, quiénes son tus competidores, cuáles son las necesidades de los clientes, cuál es la cultura de la empresa, cómo se influencia a las personas, y cómo se toman las decisiones, entre otros. En este sentido, lo mismo le pasa a alguien que recién ingresa a una compañía porque no tiene el contexto. En este caso, los colaboradores senior tienen ventajas. Pero también es cierto que las tareas de los juniors son más fáciles de reemplazar por la IA, y esto es algo que va a suceder rápidamente.

“Por todo lo dicho, los profesionales independientes podrían ser los más impactados porque tampoco tienen el contexto.

–A partir del uso masivo de estas herramientas de IA en los empleo, ¿cuáles serían las destrezas que serán más valoradas por las organizaciones al momento de seleccionar nuevos empleados?

–Según la consultora McKinsey, las habilidades blandas tomarán relevancia. Es el caso de aquellas capacidades como negociación, empatía, resolución de problema, creatividad, autoconfianza y trabajar con la incertidumbre, entre otras.

–Con el surgimiento de Google dejamos de tener la necesidad de memorizar recetas de cocinas, direcciones y hasta números de teléfono. ¿Qué efecto tendrá en nosotros el uso cotidiano de herramientas como ChatGPT?

–Cuando estaba en séptimo grado usaba máquina de escribir, y cuando me equivocada debía hacer todo el texto de nuevo. La llegada del Word, de Office, cambió todo, y la tarea de redacción se volvió mucho más iterativa, con la posibilidad de pensar y repensar para modificar lo escrito. Con esto quiero decir que el procesador de texto no solo cambió la forma de escribir sino también la de pensar. Google hizo que las bibliotecas se vuelvan más accesibles. Ahora, con IA estamos en una nueva ola que impacta en nuestro razonamiento. Si la usamos como herramienta de pensamiento para desarrollar una idea y se la expresamos al ChatGPT para discutirla con ella, la vamos a potenciar. En resumen, podemos usar al ChatGPT como socio del pensamiento, que puede refinar la expresión de nuestras ideas.

–El problema es que, por ejemplo, el Banco Mundial y UNICEF estiman que cuatro de cada cinco alumnos de sexto grado en América latina y el Caribe no alcanzan el nivel mínimo de comprensión lectora.

–Cierto, y en este caso la mala noticia es que, si el procesador de texto hizo que el proceso de escritura fuese iterativo, ChatGPT también puede tercerizar ese proceso de pensamiento. La pereza y entorpecimiento al momento de pensar será un efecto de la IA. Es decir que estamos ante el riesgo de corromper la capacidad de analizar y pensar, y así es como será sencillo para la gente consumir noticias falsas e información errónea. Definitivamente, es peligroso tercerizar el pensamiento.

–En un país como la Argentina, donde los índices de problemas para interpretar texto son elevados, ¿cómo podemos evitar la tercerización del pensamiento?

–Las instituciones tienen la responsabilidad de capacitar a la gente para que tenga pensamiento crítico y pueda resolver problemas.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/definitivamente-es-peligroso-tercerizar-el-pensamiento-nid23052023/

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