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Descubrieron en las costas de Río Negro huellas de un ave fósil gigante única en el mundo

Las huellas de un ave fósil gigante, única en el mundo y que vivió hace 8 millones de años, fueron halladas en la costa atlántica de Río Negro. El descubrimiento, el primer registro de un tip...

Las huellas de un ave fósil gigante, única en el mundo y que vivió hace 8 millones de años, fueron halladas en la costa atlántica de Río Negro. El descubrimiento, el primer registro de un tipo de ave de gran tamaño llamada “del terror”, fue realizado por guardas ambientales y exponen lo que fue una escena diaria de la fauna en el Mioceno Tardío.

El descubrimiento fue anunciado este fin de semana en la prestigiosa revista internacional de ciencia Nature. Allí se detalló que cuando los guardas realizaban tareas de rutina en las Áreas Naturales Protegidas Punta Bermeja, Caleta de los Loros y Pozo Salado, registraron huellas de casi 40 centímetros de largo del ave “Rionegrina pozosaladensis”, un ejemplar de ave gigante que pesaba unos 55 kilogramos, aproximadamente.

Hace 8 millones de años, de acuerdo a los estudios geológicos de especialistas de la Universidad Nacional de La Pampa y el INCITAP (instituto de CONICET, La Pampa), esa zona fue un ambiente desértico con dunas y numerosos lagos extensos que funcionaban como oasis. En esos espejos de agua era donde abrevaban las diferentes especies de la fauna de ese momento.

Es por eso que en el barro de la costa, donde antes se encontraba uno de los lagos, quedaron hasta hoy registradas huellas de casi 40 centímetros de largo de un animal bípedo que muestran un apoyo en dos dedos del pie, el dedo medio y el lateral (muy parecido a los actuales avestruces africanos).

👣 Se descubrieron huellas de "Rionegrina pozosaladensis”, un ave gigante que vivió hace 8 millones de años en la costa atlántica de Río Negro y no se conocen en ninguna otra parte del mundo. pic.twitter.com/7S2DJnn0JB

— Gobierno de Río Negro (@rionegrogob) October 3, 2023

El guarda ambiental Andrés Ulloa fue quien detectó las pisadas cuando hacía tareas de campo. En este contexto, sus compañeros Juan Siguero, Jonatan Ferrara y un vecino de la zona, Sergio Méndez, brindaron su apoyo, según se informó desde el sitio oficial de la Secretaría de Turismo de Río Negro.

Tras analizar las huellas, se pudo confirmar que datan de hace 8 millones de años, es decir que pertenecen al Mioceno Tardío, época en la que los dinosaurios ya estaban extinguidos. Para determinar su peso, un mínimo de 55 kilogramos, se hizo una comparación con huellas de aves actuales.

Este tipo de huellas fósiles no se conocen en ninguna parte del mundo y sólo tienen algún grado de comparación con aquellas de dinosaurios carnívoros del Cretácico Temprano (entre 145 y 100 millones de años de antigüedad), que pertenecen al grupo de los deinonicosaurios y usaban una de las garras del pie para dominar a sus presas.

Tras el hallazgo, los científicos que trabajaron en el análisis de las huellas y en la reconstrucción de cómo sería el ejemplar publicaron el trabajo bajo el nombre “Las primeras huellas de un ave del terror revelan una postura funcionalmente didáctila”. Los autores de son Ricardo Melchor, Silverio Feola, María Cristina Cardonatto, Nahuel Espinoza, Manuel Rojas-Manriquez y Lorena Herazo.

Sobre el “Rionegrina Pozosaladensis”

La investigación que resultó del hallazgo de las huellas determinó que la “Rionegrina Pozosaladensis” apoyaba mayormente dos dedos, y eso la separa de las huellas de ñandúes actuales y fósiles (que apoyan tres dedos). Las chuñas actuales apoyan mayormente dos dedos, pero no se conocen como fósiles de un tamaño mayor a las actuales, ya que tienen unos 2 o 3 kilos de peso.

Las únicas aves corredoras de gran tamaño son el grupo extinguido de las “aves del terror” o fororracos, cuyo registro es bastante extenso en la Argentina. Aunque los huesos de las patas de los fororracos se preservan raramente, una comparación con los restos conocidos sugiere que las huellas halladas en la costa son de un ave del terror aún no registrada.

Estas características del pie indican marcadas adaptaciones para la carrera, es decir que era un ave corredora. Esto se complementa con una gran garra en el dedo interno, que llevaba elevada y sólo tocaba la tierra la punta de la misma. La garra habría servido para inmovilizar a las presas, entre las que se incluyen otras aves y mamíferos pequeños antecesores de los actuales carpinchos.

Producto del hallazgo de esas huellas, se puede también describir una escena de esos tiempos del Mioceno Tardío: las huellas de “Rionegrina” muestran que el ave se alejaba lentamente de un lago, donde también había pisadas de otras aves pequeñas semejantes a chorlos, perezosos terrestres y antecesores del ñandú patagónico o choique. El ave probablemente había tomado agua en el lago o se encontraría en busca de una presa.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/descubrieron-en-las-costas-de-rio-negro-huellas-de-un-ave-fosil-gigante-unica-en-el-mundo-nid03102023/

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