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El ajuste llegó a la comida: se desplomó el consumo de carnes, lácteos, panificados y almacén.

Los supermercados neuquinos soportaron caídas en las ventas de todos los rubros de sus carteras. Es fuerte el impacto en alimentos.

El ajuste del gasto público que promociona el gobierno nacional tiene su correlato en el consumo diario de la población. La demanda de productos de uso cotidiano se contrajo fuerte tras el salto inflacionario de diciembre del año pasado y nunca se recompuso. Al contrario, la crisis se expandió hasta impactar al consumo de productos de primera necesidad.

El impacto del ajuste llegó hasta a la comida, como quedó evidenciado en las estadísticas de las ventas de los supermercados de abril, cuando el desempeño general presentó una contracción del 15% respecto al del mismo mes del año anterior.

La merma más profunda se verificó en los artículos electrónicos y para el hogar, que venían con esa tendencia desde el principio de la crisis, a diferencia del consumo de carnes, que había resistido en niveles similares a los del año pasado hasta desplomarse en abril un nueve por ciento interanual, dos puntos menos que los lácteos, los panificados y los productos de almacén.

A esta altura de la crisis es evidente el ajuste en el consumo de comida, que el último recurso de la población cuando se obligada a ajustarse el cinturón para afrontar la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos.

Fuente: Lm Nqn

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