Tres asesinatos atormentan al pasado de Londres. Una serie de hechos violentos terminó con la vida de Eve Stratford, Lynda Farrow y Lynne Weedon en la década del ‘70. Luego de 50 años, se planea retomar los casos que se mantuvieron bajo la alfombra desde ese entonces y que por fin podría decantar en el asesino de la “conejita” de Playboy que conmocionó a la sociedad en ese momento.

Los trasfondos de Playboy no siempre son como suelen aparecer en sus revistas o diferentes medios. En reiteradas ocasiones y más cercano a nuestra época, las voces de diferentes exconejitas resonaron para llevar un mensaje acerca de que no todo lo que se aparenta es tan perfecto.

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Algunos de los episodios oscuros que marcaron el pasado de la famosa revista fueron tres asesinatos que quedaron sin resolver y nunca se halló al culpable. Si bien desde un principio costó vincular a un mismo sospechoso como responsable de tales actos, una importante emisora de televisión se puso la misión de resolver estos crímenes.

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El caso de la primera víctima impactó de lleno en la opinión de la sociedad de ese tiempo. Fue el de Eve Stratford, que con tan solo 21 años trabajaba en Playboy Club de Londres y que el 18 de marzo de 1975 fue encontrada sin vida en su casa de Leyton, tres días después de que su rostro se convirtiera en la portada de la revista Mayfair como la chica del mes.

Antes de ser brutalmente asesinada con un corte en la garganta, fue violada por su agresor, del cual nunca obtuvieron rastros.

Seis meses después ocurrió el caso de Lynne Weedon, que con 16 años sufrió continuos golpes tras ser violada en un callejón cerca de su casa en Hounslow. La encontraron con vida, la trasladaron a un hospital, pero el 3 de septiembre de 197Stratford. Según informó en 2007 la división de la Policía Metropolitana de Londres, Scotland Yard, gracias a la maquinaria de última generación se identificó rastros de ADN comunes entre las dos víctimas.

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En tanto, la situación de Lynda Farrow fue particular, ya que aún en la actualidad no se logró un lazo que la una a las otras dos mujeres asesinadas. De todos modos, corrió la misma mala suerte que Lynne y Eve. A los 29 años murió a causa de apuñalamiento en su residencia de Woodford, el 19 de enero de 1979. Esta historia resultó abrumadora para la sociedad, ya que sus dos hijas, de 11 y 8 años, fueron quienes deses cubrieron el cuerpo de su madre al ingresar a su casa al volver del colegio.

En 2009 Crimewatch de la BBC ahondó en las tres muertes, pero no tuvo éxito. Catorce años más tarde, la cadena londinense ITV reactivó la búsqueda de un culpable y su lema principal es entender por qué nunca se investigaron a fondo estos homicidios en serie.