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El desafío de Los Pumas de cambiar tras la debacle ante All Blacks y a la espera del Mundial de Francia

MENDOZA.- En 2015, el Rugby Championship que precedió al Mundial había empezado de manera similar a éste. Una preparación corta que derivó en...

MENDOZA.- En 2015, el Rugby Championship que precedió al Mundial había empezado de manera similar a éste. Una preparación corta que derivó en una derrota 39-18 ante un equipo de All Blacks netamente superior, aquella vez como visitantes en Christchurch. Incluso los dos tries argentinos fueron similares, obra del line y el maul, rubricados por Agustín Creevy. Fue una desilusión para un equipo que venía de cerrar el 2014 con victorias ante Australia y Francia. Daniel Hourcade siguió con el plan. Mantuvo la rotación de jugadores pensando en el Mundial y, pese a que volvió a tropezar al siguiente partido (caída 34-9 ante Australia en Mendoza), tuvo su premio. Dos semanas más tarde llegó la histórica primera victoria ante Sudáfrica en Durban, un éxito que infló de confianza al equipo y abrió el camino hacia la clasificación a semifinales en Inglaterra.

La comparación no refleja con exactitud las realidades de los Pumas de ocho años atrás y ésta, pero sí sirve para cuantificar qué tan difícil es empezar la preparación rumbo al Mundial jugando contra los All Blacks, con pocos entrenamientos encima y con un plantel diezmado. El objetivo es llegar bien al 9 de septiembre, día del estreno en Francia 2023 ante Inglaterra. Aunque la caída por 41-12 del sábado fue un golpe duro, por rendimiento y resultado, no altera el foco. La misión del entrenador Michael Cheika para la gira que se avecina, que incluye un periplo de tres semanas con partidos como visitante ante Australia y Sudáfrica y un fin de semana libre en el medio, es devolverle al equipo el espíritu de lucha que lo caracteriza. Algo que había ocurrido satisfactoriamente en el inicio del ciclo pero comenzó a flaquear de manera preocupante en los últimos dos partidos de 2022 (ante Gales y Escocia) y se repitió el sábado en esta ciudad.

“No estamos preocupados. Tenemos una planificación y sabemos el trabajo que hay que hacer de cara al futuro”, dijo Cheika sin esquivarle a la autocrítica. “Todos están en conocimiento de dónde no estuvimos bien conectados, no tomamos buenas decisiones o estuvimos mal técnicamente. En este juego necesitamos estar obstinados con el objetivo al que queremos llevar adelante. Estamos construyendo. No vamos a entrar en pánico. Sabemos que tenemos que mejorar muchas cosas de todas formas, al margen de cualquiera que hubiese sido el resultado.”

Temprano en la mañana del domingo, los Pumas partieron rumbo a Australia en vuelo charter junto con los All Blacks. Tras una escala en Auckland, se trasladarían a Sydney, sede del partido del próximo sábado ante los Wallabies. Un lugar que los jugadores argentinos conocen bien y donde se sienten cómodos, donde podrán enfocarse de lleno en el rugby, sin las distracciones que puede haber tenido la turística semana en Mendoza. Ni hablar de Michael Cheika, que vuelve a sus tierras para un promocionado duelo ante Eddie Jones. Además, el encuentro se jugará en el Parramatta’s CommBank Stadium, el escenario del éxito ante los All Blacks en el Tri-Nations 2020. En total serán tres semanas de convivencia con el mismo plantel.

A la meta principal de recuperar el ímpetu y la confianza se agregan otros igualmente relevantes, como seguir ajustando el sistema de juego y delinear el plantel de los 33 que irán al Mundial.

En cuanto a lo primero, recuperar la solidez defensiva es prioritario. Es la base del éxito para este equipo y el sábado se vio desbordado a varios sectores. Segundo, debe crecer mucho en las formaciones fijas. Los regresos de Gómez Kodela y Tetaz Chaparro deberían darle más firmeza al scrum y tanto Montoya como Creevy deben mejorar la tirada del line-out.

Respecto del ataque, es imperioso resolver el déficit de la pareja de medios. El regreso de Tomás Cubelli, en tanto esté en plenitud física, representa un salto de calidad importante en la posición de medio-scrum. Respecto del apertura, Cheika y Felipe Contepomi están ante una decisión crucial después de otro partido fallido de Santiago Carreras en la conducción: seguir dándole rodaje al cordobés para que continúe su adaptación al puesto y llegar con más kilómetros encima al 9/9 o ver cuánta magia le queda en el tanque a Nicolás Sánchez y probarlo de entrada.

Seguramente el equipo seguirá rotando y Cheika probará a más jugadores con poca experiencia. Esto hace más importante la tarea de los jugadores más representativos del equipo. El sábado, Julián Montoya jugó uno de los peores partidos desde que es capitán y Matías Moroni pareció desconectado del juego. Dos emblemas que tiran del carro desde el juego y la actitud y son imprescindibles.

El regreso de Santiago Chocobares, que todavía no jugó en el ciclo Cheika, puede darle otra dimensión al juego de ataque. Entre las lecciones aprendidas del sábado está la importancia de ese primer impacto. Los embates de Jordie Barrett y Rieko Ioane fueron una pesadilla para los centros argentinos y generaron espacios por las puntas. La vuelta de Juan Imhoff también puede traccionar como una inyección anímica para el resto.

“No creemos en las excusas ni en los atajos. Hay un montón de cosas por mejorar”, aceptó Montoya. “No tuvimos la mentalidad que hay que tener desde el primer minuto. Hay que mirar para adentro, sabemos lo que tenemos que hacer. Hay que ser autocríticos y tratar de mejorar. No me da miedo decir que no estuvimos a la altura. Es un golpe de realidad donde estamos, pero sabemos dónde queremos ir y sé que vamos a estar bien.”

La mejor noticia es que el rival del sábado empezó todavía de peor manera. Australia se viene preparando hace tiempo y tenía grandes esperanzas puestas en la llegada de Eddie Jones, más allá de que todavía no cuente con el plantel completo. Pero la derrota 41-13 ante un equipo de Sudáfrica que preservó a la gran mayoría de los titulares resultó un golpe que nadie se esperaba. Alimentar ese desconcierto ante un equipo que no representa la misma amenaza física por el lado de los forwards como los otros dos integrantes del Rugby Championship, además de posible rival en un eventual cruce de cuartos de final en Francia, es una posibilidad latente. El año pasado, los Pumas dominaron ambos enfrentamientos entre sí, pese a que cayeron en el primero sobre el final.

Compatriotas cara a cara

También será otro capítulo del duelo de entrenadores australianos, dos personalidades contrapuestas. Cheika consiguió su primer éxito ante su compatriota Eddie Jones en ocho enfrentamientos en noviembre pasado, cuando la Argentina venció a Inglaterra en Twickenham. Fue la última gran actuación de los Pumas.

“Ganarle a Argentina. Es todo lo que tenemos que hacer”, resumió Jones, quien discutió con un periodista en la conferencia de prensa tras la derrota en Pretoria. “No es una excusa, pero recién empezamos a jugar juntos. Estamos empezando un proceso y lo único en lo que nos tenemos que concentrar ahora es en el partido ante Argentina”.

Australia realizó una sesión de entrenamientos el domingo en Sudáfrica y llegaba a su país el lunes, por lo que tendrá condiciones similares a los argentinos más allá de la localía.

Recuperar aquel espíritu de lucha es la misión de Cheika. Va a tener que echar mano a sus dotes de motivador.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/rugby/el-desafio-de-los-pumas-de-cambiar-tras-la-debacle-ante-los-all-blacks-para-esperar-el-mundial-con-nid09072023/

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