Ángel Di María revolucionó, nuevamente, el fútbol de Portugal. Tras su paso por la Juventus de Italia y post Mundial, donde se coronó con la selección argentina en Qatar, el rosarino retornó al Benfica, el club que le abrió las puertas en 2008 luego de su irrupción en el fútbol argentino con la camiseta de Rosario Central.

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A sus 35 años, el volante, que también puede hacer las veces de delantero, retornó a las Águilas con el objetivo de seguir sumando minutos, acrecentar su cuenta personal de goles y así también contribuir con un título para el equipo luso. Con una estirpe ganadora, Di María levantó un nuevo trofeo, el número 34 en su carrera: la Supercopa de Portugal.

Cómo no podía ser de otra manera, el Fideo, como lo apodan, se lució en un encuentro definitorio y además, en un clásico, como lo es el Porto. A un solo encuentro, la final quedó en manos del Benfica y Di María puso su sello en la red con una definición cruzada, uno de sus clásicos para ser la pesadilla de las defensas rivales.

Tras su festejo, con el corazón al público, el argentino le dedicó su tanto a Jorgelina Cardoso, su esposa, quien estaba en la platea del estadio Municipal de Aveiro.

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Posterior a la celebración del Benfica, quien también tiene en sus filas a Nicolás Otamendi, compañero de Di María en la selección argentina, Jorgelina usó su Instagram para mostrar la intimidad de los festejos y dejó una perlita que sucedió en la previa a la final: una conversación, vía WhatsApp, con el futbolista, quien le aseguró que iba a cortar la racha negativa con el Porto, club al que no le había convertido nunca un gol.

“Vamos amor, vos podés. Picadito o cómo te salga, pero tira alguna mágica”, le indicó Jorgelina a Di María en la captura de pantalla que se visualizó en la storie de Instagram. Luego de esa arenga, el rosarino contestó con tres corazones y recibió un desafío del otro lado: “Rómpeme esa racha”, sumó su esposa, con un emoji sonriendo.

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La charla continuó y Di María, con sobradas muestras de confianza debido a la resiliencia que acompañó toda su carrera deportiva, dio el visto bueno: “Rompimos tantas ya... vamos por una más”, sintetizó para seguir el juego virtual con Jorgelina, a quien le avisó luego que llegó a la cancha: “Las amo muchísimo”, remató, en referencia a ella y sus hijas Mía y Pia.

Acto seguido, el rosarino mostró una vez más sus credenciales en el campo de juego y estuvo a la altura de las circunstancias en un partido donde la fricción se hizo protagonista. En medio de un clima adverso para el Benfica, Di María emergió como el salvador de una jornada que no pintaba favorable para su equipo y con un remate cruzado no solo le dio una alegría a sus compañeros, sino también a su familia.