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El yuan pierde valor, pero gana terreno a nivel global

China le debe mucho a la inversión extranjera. Mucho antes de que Foxconn empezara a fabricar los iPhones para Apple, los empresarios de Hong Kong ya habían cruzado en puntitas de pie la frontera...

China le debe mucho a la inversión extranjera. Mucho antes de que Foxconn empezara a fabricar los iPhones para Apple, los empresarios de Hong Kong ya habían cruzado en puntitas de pie la frontera para instalarse en la provincia de Cantón en busca de mano de obra barata. Y según el libro Toy Town, de Sarah Monks, ya en 1982 la fabricante de juguetes Jetta abrió una planta de pintado por pulverización cerca de las plantaciones de lichis de Dongguan: el agua para la ducha se calentaba en una lata, y la fábrica era una casilla de chapa. Según el libro de Monks, en otra empresa los trabajadores decidieron que la nariz del Ratón Mickey tenía que ser roja, y no negra.

Para fines del año pasado, el stock acumulado de inversión extranjera directa en China sumaba casi los 3,5 billones de dólares. Pero en el tercer trimestre de este año pasó algo notable: por primera vez desde 1998, cuando arrancaron los datos trimestrales, el flujo de inversión extranjera directa dio negativo, o sea que los inversores internacionales retiraron más dinero del que llevaron, a través de una mezcla de repatriación de utilidades, repagos de créditos internos de las empresas y venta de activos.

Esa reversión de la tendencia tal vez refleje la desilusión de los extranjeros con las perspectivas económicas y las políticas de China. Aunque este año el país muy probablemente alcance su meta oficial de crecimiento del 5%, la economía china podría achicarse en términos de su valor en dólares, según el pronóstico más reciente del FMI. El gobierno chino terminó irritando a muchos inversores con su desmesurada respuesta a la pandemia, su presión regulatoria sobre las empresas tecnológicas y sus investigaciones a firmas de diligencia debida, como Bain, Capvision y Mintz.

Y el recrudecimiento de las rivalidades geopolíticas tampoco ayuda para nada. Para los inversores extranjeros es cada vez más difícil encontrar oportunidades de inversión en China que sean políticamente digeribles al mismo tiempo en sus países de origen y en sus países de destino. Según una encuesta entre sus miembros publicada en marzo por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China, el 24% de los consultados estaba considerando relocalizar su producción fuera de China o ya habían empezado a hacerlo, frente a solo el 14% de un año antes.

Pero el abrupto cambio de tendencia de este tercer trimestre tal vez también responda a un frío cálculo técnico: como en Estados Unidos las tasas de interés siguen altas y en China están bajando, las multinacionales se ven incentivadas a sacar del país el efectivo sobrante y dar marcha atrás con cualquier préstamo a sus subsidiarias que pueda ser reemplazado por financiamiento chino. “Ahora a muchas empresas les sale más barato endeudarse en China, y casi todas pueden obtener más rédito de sus reservas financieras si las sacan del país”, señala Julian Evans-Pritchard, de la consultora Capital Economics.

Ese combo de brecha en las tasas de interés y abismo geopolítico ha perjudicado, por lo tanto, a cierto tipo de globalización, pero podría estar impulsando otro: la adopción global de la moneda china, el yuan o “billete rojo”, como lo llaman algunos.

En su informe del mes pasado, el banco central de China señaló que el costo de endeudarse en yuanes cayó en relación con otras grandes economías. Como resultado, durante los primeros ocho meses del año, las empresas extranjeras han emitido “bonos Panda” denominados en yuanes por valor de 106.000 millones de yuanes —15.000 millones de dólares—, un aumento del 58% en comparación con el mismo período de 2022. De hecho, en septiembre, el yuan superó al euro y se convirtió en la segunda moneda más popular para la financiación del comercio: un 6% de los préstamos globales son en yuanes, según la empresa de transferencia de pagos Swift.

Un nuevo y meticuloso informe sobre los préstamos de China en el extranjero elaborado por AidData, de la Universidad William and Mary, también revela que los bancos y prestamistas chinos controlados por el Estado han dado un “giro estratégico” para dejar de prestarle en dólares a los países de ingresos bajos y medios: entre 2013 y 2021, la proporción de nuevos préstamos en yuanes se disparó del 6% al 50%.

Muchos de estos préstamos fueron otorgados por el banco central de China a países con problemas de elevado endeudamiento. Esos países pudieron utilizar los yuanes para pagarles a sus acreedores chinos y al FMI, preservando sus escasas reservas en dólares para otras necesidades. Los autores del informe de AidData se preguntan si el gobierno de China en realidad no encontró la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro: reducir la morosidad y al mismo tiempo fomentar la adopción internacional del yuan.

Al final del camino, lo más probable es que los países que reciben yuanes los terminen utilizando para pagos internacionales, según el trabajo de Saleem Bahaj, del University College de Londres, y Ricardo Reis, de la London School of Economics. Ya hay cuarenta países que tienen acuerdos “swap” de intercambio de monedas con el banco central de China, que los obliga a cambiar temporalmente yuanes por una cantidad equivalente de la moneda de la otra parte. Según las conclusiones del informe, la firma de un acuerdo de swap de monedas aumenta la participación del yuan en los pagos internacionales de un país en 1,3 puntos porcentuales.

Las sanciones que le impusieron Estados Unidos y Europa a Rusia por también contribuyen a la difusión global del yuan. De hecho, más de la mitad de las transacciones de China Continental con el resto del mundo se liquidan ahora en su propia moneda, señala Evans-Pritchard. En la pionera provincia de Cantón, esa proporción es aún mayor: más del 54% en los primeros tres trimestres de este año. Los trabajadores de Cantón nunca lograron que Mickey adoptara la nariz roja, pero la provincia al menos ha convencido a algunos extranjeros de adoptar el billete rojo.

(Traducción de Jaime Arrambide)

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/comercio-exterior/el-yuan-pierde-valor-pero-gana-terreno-a-nivel-global-nid14122023/

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