Lilia Lemoine ayer fue una de las invitadas vip al búnker de Javier Milei. Tuvo acceso al piso 21 del Hotel Libertador donde estaba el líder libertario junto a un puñado selecto de dirigentes y cuadros técnicos. Otros referentes, en cambio, solo tenían una invitación (una pulsera) que les permitía estar en el primer piso. Sin embargo, el nombre de la diputada electa estaba en boca de muchos integrantes de La Libertad Avanza que por lo bajo le endilgaban haber perjudicado al espacio, que ayer quedó estancado en menos de 30 puntos y relegado a un distante segundo lugar. Ella, en principio, no subió al escenario.

Iñaki Gutiérrez, el joven que maneja la cuenta de Tik Tok de Milei y uno de los referentes juveniles, criticó a viva voz el proyecto de ley que anticipó Lemoine para permitir la “renuncia a la paternidad”. “La declaración de Lilia lo único que hizo fue dañar”, dijo según un tuit del sitio Corta. Ella le respondió a Gutiérrez en la red social X (ex Twitter): “Largue las drogas, señora”. También cruzó públicamente a otros libertarios.

Claro, no fue la alianza con Barrionuevo, ni cortar relaciones com el vaticano ... o hablar de vender niños y órganos.

La culpa es mía.

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Más allá del cruce en redes, entre los referentes libertarios se palpaba enojo con la diputada electa, si bien reconocían que fueron varios los errores no forzados de la campaña a las generales. “En los grupos de WhatsApp a Lilia la están matando”, comentó un importante referente libertario que también estaba en el piso 21. Aseguró que el propio Milei despotricó en privado por el episodio del proyecto de “renuncia a la paternidad”, pese a que no le soltó la mano y la mantuvo cerca suyo mientras esperaba los resultados.

“¡Lilia es candidata a diputada y no sabía cómo votar!”, comentó decepcionado un candidato legislativo de La Libertad Avanza en el primer piso del Hotel Libertador. Lo dijo en alusión al episodio de Lemoine en su mesa de votación, cuando salió del cuarto oscuro con boletas de Milei visibles en su mano. Ella dijo que exhibió las boletas de su espacio porque estaban “impugnadas” porque tenían inscripciones sobre el papel.

Tal era el enojo en un sector de los libertarios que algunos hicieron circular una versión sentimental y dijeron que Lemoine hizo los movimientos de los últimos días por “despecho” por el actual romance de Milei con la actriz Fátima Florez. Lemoine actualizó anoche sus redes sociales y en su perfil sumó: “Diputada nacional por la provincia de Buenos Aires”.

El episodio de Lemoine estuvo lejos de ser el único reconocido como el único traspié de las últimas semanas. “(Sergio) Massa hizo una muy buena campaña y nosotros cometimos muchos errores”, se lamentaba un dirigente libertario de la primera línea. En el Hotel Libertador ayer apuntaban al economista Alberto Benegas Lynch (hijo), que dijo que habría que romper relaciones con el Vaticano. A él Milei le dio el micrófono para abrir su acto de cierre en el Movistar Arena. Los libertarios reconocen que se equivocaron al tocar la fibra sensible de dos porciones muy importantes del electorado: las mujeres y los católicos.

El que primero confrontó con el Papa, sin embargo, no fue Benegas Lynch (el “prócer” de Milei) sino el propio candidato presidencial. En definitiva, fue el líder libertario el que les dio libertad de acción a sus referentes y candidatos para que se movieran en los medios y en cambio optó por no dejar que subieran el perfil muchos de sus “cuadros técnicos”. Supuestamente, no quiso “quemar” ante la opinión pública a sus potenciales ministros. Ahora que dejaron de ser los favoritos para ganar la elección, no son pocos los libertarios que piden un “cambio de voceros” para que salgan a la cancha las figuras más preparadas del espacio.

La decisión, sin embargo, aún no se tomó. Desde este lunes, los diez dirigentes más importantes del espacio agendaban reuniones para trazar la hoja de ruta al ballottage. “Lo que tenemos que ver es cómo seguir con la línea que marcó Javier en su discurso. La clave es el abrazo a Pro”, dijo un dirigente libertario de primera línea a LA NACION.

La tercera figura en el banquillo de los libertarios, anoche, era Luis Barrionuevo. Una versión que circuló con fuerza en el búnker es que el mandamás de los gastronómicos había prometido cubrir con sus afiliados los baches que tenían los libertarios en la fiscalización. Pero llegado el “día D”, no les dio el soporte que esperaban. “Barrionuevo nos iba a dar gran cosa. No iba a cambiar la ecuación. Nos manchamos sin sentido”, opinó un diputado electo de la provincia. Lamentaba que, además de no mover el amperímetro de los votos, el gremialista dañó el núcleo de la propuesta contra la “casta”.

Sobre todos los cuestionamientos, sobrevuela una gran autocrítica en La Libertad Avanza, que fue la de mostrarse en ganadores antes de tiempo. Una figura importantísima del espacio anoche pasadas las 21 seguía deslizando en el búnker que era posible ganar en primera vuelta. El tono que usó Milei en su discurso, sin embargo, exhibió el cambio en la estrategia. Un líder libertario lo planteó así: “La parte más importante de lo que dijo fue cuando habló de tabula rasa y de barajar y dar de nuevo”.