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Eliminatorias: Bolivia no pudo ver a Lionel Messi, pero fue cautivada por la selección argentina y crítica con sus jugadores

LA PAZ, Bolivia (Enviado especial).- Esteban Ostojich hizo sonar el silbato en el estadio Hernando Siles y los roles de inmediato se invirtieron en relación a lo que había sido el inicio. Los jug...

LA PAZ, Bolivia (Enviado especial).- Esteban Ostojich hizo sonar el silbato en el estadio Hernando Siles y los roles de inmediato se invirtieron en relación a lo que había sido el inicio. Los jugadores de Bolivia fueron despedidos por una fuerte silbatina por parte de su público, un transparente rechazo a lo demostrado en la caída por 3-0, una de sus más abultadas como local ante una selección argentina que no tiene el mejor historial en La Paz. En cambio, para los visitantes bajaron aplausos desde las tribunas. Aun sin haber podido ver a Lionel Messi, el jugador por el que la gran mayoría de las 45 mil personas pagaron su entrada, los dirigidos por Lionel Scaloni dieron una auténtica exhibición en la altura que fue reconocida por los vencidos.

A pesar de que durante el partido se intentó mostrar algo más de empuje local, lo que ocurrió una vez que finalizó el encuentro demostró que el enamoramiento de los simpatizantes bolivianos para con los campeones del mundo durante todo el fin de semana sigue vigente. Varios miles de hinchas se quedaron a las puertas de la cancha, amontonándose frente a los efectivos de seguridad, para ver por última vez al rosarino y a los protagonistas de la goleada, de la manera que sea. A cada mínimo movimiento se levantaban decenas de teléfonos, subía el volumen, aparecían de nuevo los “Messi, Messi, Messi”. Incluso al Dibu Martínez, silbado durante el duelo, volvieron a dedicarle coros elogiosos.

“La calidad de fútbol que tiene la Argentina ahora creo que es de lo mejor. Los hemos visto a todos jugar una delicia de fútbol. Fue un lindo espectáculo, me gustó mucho ver a la Argentina”, reconoció Marcelo, uno de los que eligieron quedarse junto a sus dos hijas, ambas vestidas de albiceleste, a ver por última vez al equipo visitante. Llegaron desde Cochabamba con la idea de ver a su selección, pero también a los campeones del mundo, en el mismo orden. Eso sí, no esconde su decepción por no poder presenciar al número 10: “La mayoría de los bolivianos que fuimos parte de este espectáculo queríamos verlo al menos saludar en la cancha, pero parece que ni eso sucedió”.

Después de tanto amor que los paceños profesaron hacia los argentinos, en ellos también permaneció una cierta expectativa de que los gestos de amor fueran retribuidos con algún acercamiento. “¡Que venga, que venga!”, pidieron los hinchas cuando comenzaron a vislumbrar a Messi, a punto de subirse al micro que los llevaría de nuevo al hotel Camino Real. Pero los estrictos protocolos que los jugadores siguieron a rajatabla los mantuvieron alejados del público, aún en la victoria.

Esa distancia no significó que los futbolistas visitantes no fueran conscientes de aquellas muestras de cariño. En particular, el arquero Martínez se mostró muy movilizado por los reconocimientos que recibió de manera constante: “Me sorprendió que me ovacionen. Normalmente no me quieren mucho fuera de Argentina. La gente boliviana coreó mi nombre y le tengo mucho respeto a este país”, reconoció en la zona mixta. Rodrigo de Paul lo acompañó en ese agradecimiento, pero fiel a su estilo sacó pecho por los triunfos obtenidos: “El cariño que nos hemos ganado sobrepasa a nuestro país. Toda América tiene que estar contenta porque la Copa del Mundo volvió a nuestro lugar”.

Las declaraciones del jugador de Atlético de Madrid pueden tener una lectura de cierto modo arrogante, pero tienen sustento en lo que opinan los propios bolivianos: “Yo pienso que pasa por el fanatismo de la Copa del Mundo, que Argentina también representó a Sudamérica. Bolivia se siente identificado con Sudamérica también, como hermanos que somos con la Argentina”, explica Israel, otro de los fanáticos que esperaron a los argentinos con la camiseta celeste y blanca, sobre la locura que experimentó su país con la llegada de los campeones mundiales.

Los locales, repudiados

Algunos minutos después de que pasara el micro argentino, la zona aledaña al estadio se liberó considerablemente, pero unos pocos se quedaron para ver cómo salía el plantel local. Pero el recibimiento no fue en absoluto positivo. En medio de silbatinas y abucheos, se llegaron a escuchar incluso gritos de “¡Troncos!” a los dirigidos por Gustavo Costas, que en su propia conferencia de prensa dejó declaraciones brutalmente honestas: “Hay que pedirle perdón a la gente, nos tiene que dar vergüenza. No podemos perder así. De todo lo que teníamos planificado no hicimos nada. Intentamos ser un equipo que vaya a presionar, pero desde el primer minuto Argentina tuvo la pelota. Duele perder de esta manera”.

El análisis del seleccionador fue compartido por algunos de los principales medios locales, que no tuvieron piedad con las flaquezas de la Verde. “Una Bolivia sin argumentos fue prensa fácil y perdió por goleada contra la Argentina”, tituló el diario El Deber en su versión web, mientras que La Razón habló de un “baile” y una “pésima imagen” de la selección del Altiplano. La Patria, por su parte, también catalogó al equipo nacional como “débil” ante una Argentina que mostró su superioridad.

Messi no se fue con el resto de sus compañeros. Mientras los que jugaron hoy volvieron al hotel en el barrio de Calacoto, el rosarino se subió a una camioneta que lo llevará directamente al aeropuerto El Alto, para volver lo más rápido posible a Miami. La sensación que primó fue la de una misión cumplida. Los campeones del mundo demostraron nuevamente por qué consiguieron el título en Qatar, primero con la movilización que generaron fuera del campo de juego, y luego con un brutal dominio sobre el césped.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/eliminatorias-bolivia-no-pudo-ver-a-lionel-messi-pero-fue-cautivada-por-la-seleccion-argentina-y-nid13092023/

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