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En el bosque, vio una figura extraña y, cuando se acercó, descubrió algo inesperado: “Supe que iban a necesitar ayudan especial”

Estaba de excursión con su perro en el bosque cuando vio algo extraño moviéndose delante de ellos. “Tomamos la curva, hicimos un alto para observar con detalle lo que teníamos frente a nosotr...

Estaba de excursión con su perro en el bosque cuando vio algo extraño moviéndose delante de ellos. “Tomamos la curva, hicimos un alto para observar con detalle lo que teníamos frente a nosotros y nos topamos con una figura negra de gran tamaño que se escabullía por la ladera de un acantilado”.

La mujer decidió que seguiría el rastro. A los pocos segundos pudo distinguir qué era lo que había llamado su atención: se trataba de un perro. Pero lo más llamativo fue que, cuando detuvo el paso, se encontró cara a cara con tres perros desnutridos y echados a su suerte. Sin lugar a dudas, el Bosque Nacional Los Ángeles, en California, no era un lugar para que esos animales vivieran seguros. Supo de inmediato que tenía que ayudarlos. Pero los perros estaban atemorizados. Entonces, todos los días durante varias semanas, Verónica Shea subió la montaña para alimentarlos y, de a poco, ganarse su confianza.

Con el correr de los días los perros comenzaron a acostumbrarse a la presencia de la joven mujer. Incluso se animaron a comer de su mano. Pero Shea no tenía idea de cómo sacarlos de la montaña. Si atrapaba a un perro, ¿huirían los demás? Sabía que no podía hacerlo sola.

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“No los podíamos tocar”

Cuando pidió ayuda, todo un equipo de rescatistas se acercó. Juntos, subieron el equipo a la montaña y armaron una jaula improvisada. El plan era atraer a los perros con cuidado al interior de la jaula y llevarlos montaña abajo.

Ya en suelo firme, se pudo saber que los tres perros -a los que bautizaron George, Grace y Steve- aparentemente formaban parte de la una misma camada de cachorros. Eran tres mastines italianos y, aunque estaban ahora a salvo pero todavía les quedaba un largo camino por recorrer.

En principio el objetivo fue rehabilitarlos, lograr que ganaran peso, desparasitarlos, vacunarlos y darlos en adopción. Sin embargo, los perros estaban aterrorizados. “No los podíamos tocar ni mucho menos tratar de pasearlos con collar y correa. Claramente en ese estado no eran animales que pudieran encontrar un hogar”.

“Íbamos a necesitar un hogar especial para ellos”

Se decidió entonces que lo mejor sería solicitar la ayuda de un profesional en el área. Para ello se contactó a Cheri Wulff Lucas, una conocida conductista y entrenadora de perros en California. Los perros respondieron bien al entrenamientos y las propuestas de juego que propuso la experta. Pero todavía estaban en estado de alerta y se sobresaltaban con cualquier ruido o movimiento brusco. Eso complicaba aún más las cosas para dar con la familia indicada.

“Entendí que íbamos a necesitar un hogar muy especial para ellos porque no son el tipo de perros que van al parque y se vinculan sin problemas con otros de su especie o con humanos. Incluso pasearlos por las calles de la ciudad sería mucho estímulo para sus cerebros. Y si se asustan, con un peso de unos 57 kg cada uno, serían animales muy difíciles de contener”, explicó Cheri Wulff Lucas.

Por lo pronto la entrenadora sabía que los perros estaban a salvo en su propiedad. “Estoy en medio de la nada. No hay tráfico por aquí. Ni siquiera se puede ver otra casa desde aquí. Entonces, si salieran, simplemente regresarían aquí conmigo”.

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“Saben cómo hacer que el grupo se vincule de forma equilibrada”

Si bien Lucas nunca planeó quedarse con los perros, eso es exactamente lo que terminó haciendo. Esta resultó ser la mejor decisión para todos. Así, George, Grace y Steve continuaron viviendo en un ambiente seguro y de apoyo. Y Lucas descubrió que los perros podrían ayudarla en su trabajo como entrenadora.

“Si tengo que trabajar con perros que necesitan socializar para ser más amigables y menos reactivos con otros perros, mi manada es de gran ayuda en esa tarea. Y los tres Mastines son clave en ese sentido. Saben cómo acercarse a un nuevo perro y olfatearlo sin invadirlo y también son excelentes a la hora de hacer que el grupo se vincule de forma equilibrada. Son simplemente impecables. Y eso no es algo que yo les enseñé”.

El trío fue particularmente útil cuando Lucas comenzó a trabajar con otro perro llamado Andi, que fue rescatado de un caso de una persona que acumulaba animales. “Había vivido en un corral durante siete años sin contacto humano ni correa y estaba aterrorizada. Pero los mastines la hicieron sentir cómoda desde el primer momento. Fue realmente dulce ver cómo trabajaron en equipo. La ayudaron de una manera que yo nunca podría haber logrado como ser humano”.

Lucas terminó adoptando a también a Andi también. George, Grace y Steve hace más de tres años que forman parte de la manada de Lucas y ahora son perros completamente diferentes. “Son increíblemente juguetones. George es un adicto al sillón, le encanta andar por la casa y socializar con los otros perros. A Steve es a quien le gusta jugar interminables juegos de persecución en el jardín. Grace sigue siendo un poco tímida, pero comparte una relación muy estrecha con Steve. Pero lo más importante es que ahora todos son parte de mi familia”.

Fuente: The Dodo

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Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-el-bosque-vio-una-figura-extrana-y-cuando-se-acerco-descubrio-algo-inesperado-supe-que-iban-a-nid12112023/

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