Generales Escuchar artículo

Entrá al fascinante mundo de los helechos nativos y transformá tu jardín en una selva

En primer lugar, el verdor radiante de sus hojas, que recrea y refresca la vista, nos invita a aventurarnos con ellos en el mundo del que proceden, hace más de trescientos millones de años. Quiz...

En primer lugar, el verdor radiante de sus hojas, que recrea y refresca la vista, nos invita a aventurarnos con ellos en el mundo del que proceden, hace más de trescientos millones de años. Quizá sea esto lo que les proporcione a los helechos su máximo atractivo. Al ser plantas que pertenecen a linajes muy antiguos, no tienen flores ni frutos. La mayoría de los que predominaban en períodos antiguos se extinguieron, pero algunos sobrevivieron.

Al aparecer los bosques y selvas formados por las plantas con flores –posteriores a la extinción de los dinosaurios–, generaron una serie de microambientes y condiciones de luz y humedad que permitieron a los helechos evolucionar como las plantas que conocemos en la actualidad, tan diversas en sus formas, hábitats, modos de reproducirse y tamaños. Hay helechos terrestres, acuáticos e incluso los que viven sobre las rocas, denominados epipétricos (de “epi”, “sobre”; y “petra”, “piedra”). Existen especies de tan solo unos milímetros y otros tan grandes como árboles, capaces de alcanzar entre 10 y 25 metros de altura.

Casi siempre perennes, de tamaños y formas muy diversas, el color de sus hojas cautiva con matices que van desde un verde intenso y brillante, pasando por los broncíneos, hasta un oscuro azulado, e incluso hay helechos que producen iridiscencia. Al igual que las plantas con flores, tienen raíces, tallos y hojas.

Sin embargo, no tienen flores, y por ende tampoco frutos ni semillas; en su lugar, suelen reproducirse sexualmente por esporas diminutas o, muchas veces, pueden reproducirse vegetativamente. Los helechos cuentan con más de 12.000 especies, la mayoría de ellas sorprendentes por la belleza de sus hojas, llamadas frondes.

Los helechos nativos

Si bien la mayor diversidad se encuentra en ambientes húmedos tropicales, en nuestro país existe una riqueza considerable. Se han reportado más de 380 especies de helechos, aunque no están distribuidas homogéneamente en el territorio argentino, sino que predominan en cuatro áreas denominadas “centros de diversidad”.

El más diverso es el Centro Subtropical del Noroeste (que abarca las selvas húmedas y semihúmedas de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca), donde se han registrado más de 190 especies. Le sigue el Subtropical del Noreste, que incluye la selva misionera y en el cual habitan 180 especies. Luego le sigue el Centro Templado del Sur (bosques andino patagónicos), para el cual se han citado 97 especies.

Finalmente, el cuarto es el Centro Sierras Pampeanas, que abarca los sistemas serranos de Córdoba y San Luis, en el centro de la Argentina, donde crecen más de 87 especies.

En todos estos centros de diversidad se desarrollan especies nativas de helechos que suelen ser desconocidas para el público en general y que merecen ser cultivadas en los jardines, tanto por su rusticidad, como por su belleza, además de valorizar las especies nativas.

Helecho de Lillo (Diplazium lilloi)

Este hermoso helecho, cuyo nombre es en honor al naturalista tucumano Miguel Lillo, posee frondes de más de tres metros de largo. Es nativo de las selvas del noroeste de Argentina, muy abundante en los lugares sombríos de la selva a la orilla de cursos de agua. Su rusticidad lo hace apto para los canteros a media sombra, con suelo suelto, rico en humus y húmedo.

Helecho mono (Phlebodium areolatum) y Culandrillo nativo (Adiantum raddianum)

El helecho mono es una especie de helecho epífito (que crece sobre otras plantas),nativo de las selvas del noroeste y noreste del país, posee una belleza singular por sus frondes jóvenes de color azulado, cuando adultas verdes grisáceas y rizomas largamente rastreros, cubiertos de escamas castañas.

Jardines compartidos, la nueva fórmula de vivir entre el verde

En el caso del helecho culandrillo nativo es de muy fácil cultivo, ideal para macetas, jardines de interior o incluso en jardines de rocas, siempre que esté en lugares protegidos de los vientos y del sol directo.

Requiere suelos poco profundos, con abundante materia orgánica, resiste la falta de agua por períodos cortos y las heladas matan a las frondes, pero los rizomas –que siguen vivos– rebrotarán en la primavera siguiente.

A la mayoría de las especies del género Adiantum se las conoce como culandrillos o culantrillos, muy características por sus frondes, en general con la lámina dividida en pequeños segmentos redondeados y soros reniformes (en forma de riñón).

Helecho perejil (Mucura globulifera)

Esta especie se caracteriza por su rizoma con pelos rojizos. Sus frondes son muy abundantes, lo que la hace ideal para los canteros, incluso a pleno sol, aunque requiere sustratos sueltos, con buen drenaje. Sus frondes no resisten las heladas, pero sí sus rizomas, que rebrotan en la primavera siguiente.

Doradilla (Anemia australis)

Esta es una de las especies de helecho más abundantes en las Sierras Pampeanas del centro, muy fácil de reconocer porque la porción fértil de la hoja forma espigas amarillentas o doradas cuando maduran, de allí su nombre vulgar. Es relativamente pequeña, alcanza hasta los 40 cm de altura, se adapta a muy variadas condiciones de humedad y temperaturas, resiste períodos prolongados de sequía. Todo esto la hace ideal para macetas y jardines de rocalla.

Helecho cuero (Rumohra adiantiformis) y Helecho gigante de Yungas (Megalastrum fugaceum)

El helecho cuero habita en la región andino patagónica de nuestro país y también en África continental, Madagascar, Nueva Zelanda y Australia. Se cultiva principalmente para follaje de corte por dos factores:

aspecto físico, porque mantiene su calidad y frescura durante un largo período de tiempo;fácil transporte.

Se lo cultiva en jardines, a media sombra y con sustratos arenosos, ricos en materia orgánica, profundos y con buen drenaje. Es de destacar que una especie muy cercana, Rumohra ponceana, es endémica (es decir, tiene una distribución restringida a un área muy pequeña) de los sistemas serranos del sur de Buenos Aires. Sus poblaciones están en peligro debido a que se arrancan las plantas para confeccionar los arreglos florales. En el INTA se está trabajando con su cultivo para domesticarlo.

En el caso del helecho gigante de yungas, su rizoma forma un tronco de casi 30 cm de diámetro, cubierto por grandes escamas de color castaño. Todas estas características la hacen muy atractiva para el cultivo, aunque es dificultoso, porque prefiere suelos arcillosos, encharcados, con una alta humedad ambiental. No suele resistir heladas.

Los helechos nos invitan a aventurarnos con ellos en el mundo prehumano del que proceden, poderosos viajeros del tiempo que son, llegando hasta ahora tan frescos y aguerridos como cuando aparecieron hace más de trescientos millones de años

Helecho palmita (Doryopteris pentagona)

Planta del sotobosque de ambientes selváticos que se caracteriza por frondes con lámina pedata y pentagonal, con nervaduras generalmente oscurecidas y los soros continuos a lo largo del margen en la cara inferior de la fronde, sobre una nervadura próxima al margen.

Helecho de Brasil (Neoblechnum brasiliense)

Esta especie de helecho crece en las selvas del noreste del país y se destaca por el color rojizo de las frondes jóvenes, mientras que las adultas son de color verde brillante, creciendo en el ápice del rizoma, que forma un tronco compacto y corto.

Es muy apto para el cultivo en maceta, o jardines de interior e incluso bordes de estanques. Requiere una alta humedad, ya que en su ambiente natural crece en el sotobosque en lugares híper húmedos, semiencharcados y a orillas de arroyos.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/entra-al-fascinante-mundo-de-los-helechos-nativos-y-transforma-tu-jardin-en-una-selva-nid09062023/

Comentarios
Volver arriba