Amantes de la destrucción, del “ver qué pasa”. Las redes sociales están para todo y muchas personas, por más excéntricas que sean, encuentran “su lugar en el mundo” a través de la pantalla. Y cuando se dice que hay de todo, es porque hay de todo. Desde fanáticos de ver cómo se lava un auto después de muchos años hasta quienes se divierten viendo cómo una familia restaura un barco. Hay para todos los gustos, incluso para los entusiastas de la destrucción.

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Porque cuando algo no daña a otra persona, se puede volver atractivo aún cuando de romper algo se trata. A eso justamente se dedica Master Milo, un youtuber originario de Países Bajos. En realidad, no es uno, sino que son varios. Por lo que muestran en su perfil, es un grupo de amigos con tiempo, dinero y un extraño hobby: destruir cosas.

Han hecho test drive de tanques de guerra, construido los aparatos más extraños, desafiado la mecánica al ponerle a un auto las ruedas de un tanque y hasta recortado modelos para combinar sus piezas y crear autos de lo más extraños. Hacen de todo, se divierten y se lo comparten a sus más de 700.000 subscriptores. Todo un hallazgo... y un nicho, claro.

Esta vez no fue un prototipo ni un injerto, sino una destrucción. Para los amantes de los deportivos, incluso algo doloroso de presenciar porque estos amigos llevaron a una zona alejada a un BMW M5 para pasarle por arriba con un tanque de guerra. Sí, así sin más.

Este modelo en particular empezó a fabricarse en 1984 y tras su debut en el Salón del automóvil en Ámsterdam de ese mismo año se produjeron seis generaciones distintas y aún se vende en la actualidad. Se estima, según la versión que se quiera, que tiene un valor de entre €141.100 y €158.200. Es -o era, en este caso- un icónico sedán deportivo, de alto rendimiento.

Antes de reducirlo a su mínima expresión, le sacaron las partes que todavía servían y podrían aprovecharse en alguno de sus raros experimentos. En el video se ve cómo le sacaron el paragolpes delantero, algunas partes del tablero, de las puertas, el logo, algunos asientos, la parrilla y los cuatro neumáticos. Una vez que quedó “pelado”, llegó el momento de la prueba de fuego.

Se subieron al tanque y arrancaron. Varias veces pasaron por encima del BMW. Para adelante, para atrás. De costado, del otro. Muchas veces. Todo filmado hasta que el auto quedó reducido a escombros. Apenas algunas piezas sobrevivieron mientras que otras quedaron en pedazos. “Me siento un poco culpable ahora”, comentó uno de los protagonistas del video al verlo destruido.

El poderío del tanque no solo sirvió para romper el auto sino que incluso dejó fracturas en el pavimento, demostrando además la capacidad destructora que solo la fuerza de la carrocería tiene un vehículo como estos. Tras filmar todo en detalle y haber cumplido su sueño -o capricho, curiosidad- llamaron a una grúa que se llevó, probablemente a un desarmadero, lo poco que quedó del icónico BMW.