El icónico Hotel Carlton, ubicado en el boulevard de La Croisette en Cannes, fue desde siempre un punto de referencia para políticos, miembros de la realeza y celebridades que buscan ver y ser vistos durante el Festival de Cine. Las estrellas lucharon durante mucho tiempo por asegurarse una suite en este prestigioso hotel, aunque a partir de este mes tendrá capacidad para más huéspedes.

El Carlton fue sometido durante el último tiempo a una importante renovación después de 110 años desde su apertura en 1913. Bajo la dirección de los arquitectos Tristan Auer y Richard Lavelle, el hotel duplicó su tamaño y experimentó una transformación impresionante que llevó siete años de trabajo.

Las 332 habitaciones y suites del Carlton fueron completamente rediseñadas, con sus ventanales convertidos en acogedores rincones con una chaise longue estratégicamente ubicada para admirar la hermosa bahía de Cannes desde todos los ángulos.

El hotel también expandió su estructura original de estilo belle époque con la construcción de dos nuevas alas, las cuales albergan 37 residencias de lujo que próximamente estarán disponibles para estadías prolongadas. Entre ellas destaca un penthouse de impresionantes 1000 metros cuadrados.

Lavelle se encargó de preservar la emblemática fachada, con sus dos cúpulas distintivas, así como el famoso restaurante Riviera, donde las celebridades se congregan diariamente. Además, se realizaron interesantes adiciones a las instalaciones del hotel como un Bar °58, un elegante salón de té y un nuevo restaurante turco. Incluso se incluyo un ring de boxeo de tamaño completo.

Sin embargo, lo más destacado de esta renovación es la creación de un espectacular jardín paisajístico de 20.000 metros cuadrados que reemplazó al antiguo estacionamiento detrás del hotel. Sin embargo, la joya de la corona es la piscina infinita que se encuentra dentro del jardín, la más grande de Cannes, ubicada en una plataforma elevada que ofrece una vista panorámica de toda la escena.

A pesar de la modernización, el Carlton logró preservar su patrimonio original. Auer actualizó los interiores del hotel sin perder la esencia del lugar donde Cary Grant y Grace Kelly pasearon en la película La Main au Collet (Para atrapar a un ladrón), dirigida por Alfred Hitchcock en 1955. El diseñador optó por una paleta de tonos suaves que se complementan con muebles personalizados de formas orgánicas, que se integran perfectamente con el espacio y el mar en cada una de las 72 habitaciones que ofrecen vistas al azul Mediterráneo.