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Gasoducto Néstor Kirchner: los detalles de la obra y sus efectos

La construcción del gasoducto Néstor Kirchner, junto con la ampliación del oleoducto que también conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, marcan que la Argentina está transitando un año bisagra ...

La construcción del gasoducto Néstor Kirchner, junto con la ampliación del oleoducto que también conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, marcan que la Argentina está transitando un año bisagra en el sector energético. Este punto de inflexión podría alcanzar también a la macroeconomía, por el impacto que tiene la industria en la generación de dólares y de ingresos fiscales. Sin embargo, ese potencial dependerá de la estabilidad que puedan generar los gobiernos. Mientras tanto, pese a las restricciones cambiarias y de importación, a la inflación y a los múltiples tipos de cambio, el sector energético celebra la inauguración del nuevo gasoducto.

El ducto tiene una extensión de 573 kilómetros, que comienza en la localidad neuquina de Tratayén hasta Salliqueló, en Buenos Aires. Su construcción demandó una inversión de US$2700 millones, que fue financiado con fondos públicos, entre lo que se incluye lo recaudado por el impuesto a las Grandes Fortunas.

En el sector privado creen que el gasoducto podría haber sido financiado por las propias petroleras, que tienen pesos ociosos debido a la imposibilidad de dolarizar carteras o de girar dividendos. Además, las empresas son las principales beneficiadas con el nuevo gasoducto, ya que en el último tiempo debieron cerrar pozos porque no tenían forma de transportar el gas. A diferencia del petróleo, es muy caro convertir el gas a estado líquido para trasladarlo en camiones.

La ampliación del oleoducto, que permitirá duplicar la capacidad de transporte de petróleo con destino de exportación, por ejemplo, es financiado en su totalidad por el sector privado.

Para el segundo tramo del gasoducto, que extenderá el caño a la ciudad de San Jerónimo, en Santa Fe, el Gobierno buscará que la obra se haga con financiamiento privado y con créditos de organismos multilaterales, aunque cada vez el mundo está más reticente a financiar proyectos que fomenten el consumo de hidrocarburos. El ministro de Economía, Sergio Massa, prometió llamar a licitación este tramo en el 20 de junio, pero todavía no ocurrió.

La siguiente obra pendiente es hacer la reversión del gasoducto norte, para cambiarle la dirección al ducto por donde se importaba gas de Bolivia y reemplazarlo con producción de Vaca Muerta. La empresa transportista TGN finalizó la semana pasada la reversión del trayecto que va desde San Jerónimo al centro de la provincia de Córdoba.

El gasoducto Néstor Kirchner atraviesa cuatro provincias (Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires) y transportará en una primera etapa 11 millones de metros cúbicos por día (m3/d) de gas. Esa será la cantidad que se podrá sustituir en importaciones a partir de ahora, lo que permitirá ahorrar alrededor de US$1000 millones este año.

A partir de 2023, se instalarán también unas máquinas compresoras, que permitirán que el mismo ducto transporte el doble de gas, 22 millones de m3/d.

Para construir el gasoducto en menos de 11 meses, cuando el plan original era un plazo de dos años, varios factores jugaron a favor, según explicaron los responsables de las empresas Techint y Sacde, que formaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE) y fueron adjudicatarias de tres de los cuatro tramos del ducto.

En primer lugar, no ocurrió ninguno de los problemas externos que podrían haber demorado la construcción, como tener obstáculos al momento de la traza del ducto. Si bien en un principio generó preocupación el rol que iban a tener las comunidades originarias en la ocupación de la tierra, las empresas señalan que el gobierno de Neuquén se movió rápido al comienzo del proyecto y contuvo las demandas.

Tampoco hubo mayores problemas con los más de 150.000 propietarios de hectáreas por donde pasa el gasoducto. Tan solo hubo un obstáculo, pero rápidamente intervino la Justicia para que se pueda ingresar al terreno. Fue cuando al menos cinco dueños de tierras que explotan el turismo de caza de jabalíes, ciervos y búfalos dijeron que no se podía ingresar a sus propiedades durante febrero y mayo, cuando es la temporada alta. “Se judicializó el caso e ingresamos con la Gendarmería”, dijeron en la UTE.

La sequía, a diferencia de lo que ocurrió a nivel país, en este caso jugó a favor del avance del gasoducto, ya que permitió trabajar prácticamente sin lluvias desde el inicio de la construcción.

Alrededor de 3000 trabajadores formaron parte de la obra, donde cumplieron con un turno laboral promedio de 11 horas, desde las 7 de la mañana hasta las 18, los siete días de la semana. Luego de 25 días, tenían cinco de descanso. También hubo turnos de noche para hacer trabajos especiales de excavación y pruebas hidráulicas. Como parte de la plantilla de trabajadores, también hubo paleontólogos, antropólogos y arqueólogos, que tenían la función de liberar la traza.

También llegaron al país 45 trabajadores turcos especializados en la tecnología de soldadura automática. En el campamento donde se instalaron los contenedores, viviendas para 700 personas, flameaban las banderas de las distintas nacionalidades que trabajan en la construcción del gasoducto. Además de las de Turquía y Argentina, se pueden ver las de Venezuela, Chile, Paraguay, Bolivia, España, Uruguay, Brasil, Colombia y Perú.

El último gasoducto que se había construido en el país de esta magnitud habido sido en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando se hizo e Neuba II, que conecta también Neuquén con Buenos Aires. Por lo tanto, las empresas a cargo de este nuevo ducto dijeron que les costó conseguir gente capacitada para la obra. Sin embargo, para las constructoras ya están capacitando a sus trabajadores porque proyectan que en los próximos años se necesitarán construir 16.000 kilómetros de ductos.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/gasoducto-nestor-kirchner-detalles-de-la-obra-y-efectos-nid10072023/

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