Banfield juega bajo presión. Pelea por evitar el descenso, tiene a un DT experimentado y con oficio como Julio César Falcioni. Le cuesta muchísimo hacer goles. Todos los que pelearon por no bajar de categoría reconocen que es una situación estresante, que deben jugar partidos mentales además de los que ofrecen la profesión. En medio de esta situación, apareció el desparpajo de Gerónimo Rivera, un juvenil zurdo que no para de gambetear, que se da el gusto de tirar lujos en el clásico ante Lanús y que recibe patadas. El Taladro ganaba 1-0, tenía dos jugadores más y el córner en tiempo de descuento había que jugarlo corto para que “termine el partido”. Esa fue la orden de los más experimentados.

“Se la tiramos a Gero porque sabíamos que algo iba a inventar”, reconocería luego Milton Giménez, el centrodelantero, que además agregaría: “Yo le dije que sí, que algo invente. Que si venían a atacarlo yo lo defendía. Salvo que venga Lema (mide 1m90), yo lo defendía, jajaja”. ¿Qué significa que “invente algo”? Sobre el final, en un córner a favor, recibió el toque corto de Ignacio Rodríguez, la controló con los dos talones y tiró una pirueta buscando pasar la pelota por encima de su cabeza. Eso generó la infracción de Aguirre, que cobró el árbitro Nicolás Ramírez. Y, claro, la explosión de todo el estadio, que transformó el “Riveeeeeeeeeeeera, Riveeeeeeeeeeera” en un grito de guerra. Gerónimo Rivera diría en declaraciones al programa Líbero, por TyC Sports: “Sí, me gusta gambetear. Y sé que eso puede implicar recibir alguna patada, pero bueno. Me gusta atacar, gambetear y hacer goles”. Los propios compañeros, como Aaron Quiros, lo elogian: “En las prácticas lo sufrimos, pero siempre es bueno tenerlo a favor”.

Contra Lanús ingresó a los 21 minutos del segundo tiempo en lugar de Martín Cañete. Gambeteó, generó la expulsión del lateral derecho Juan Cáceres en veinte minutos: el exRacing vio dos amarillas por dos infracciones sobre Rivera. El mediocampista habilidoso ya se había destacado la fecha anterior ante River, también en el estadio Florencio Sola: en los 27 minutos que jugó ante el Millonario, Rivera había sido el jugador con más gambetas completadas (4) y duelos individuales ganados (5). Y eso que Demichelis cuenta con Barco, Nacho Fernández, Lanzini, Solari…

“Cada vez que entra mientras el partido se está jugando, hace un quilombo bárbaro. Cuando ingresa como la otra vez a los 45 minutos, pasa más inadvertido. Hay que llevarlo de a poco. Hay momentos y momentos para darle minutos. Si contra River lo hubiéramos metido antes, por la fricción del partido y del encuentro, por ahí hubiéramos tenido que sacarlo antes. Lo vamos protegiendo y lo vamos utilizando en los momentos oportunos”, explicó Falcioni luego del empate de Banfield ante River 1-1.

Rivera tiene 20 años (nació el 18 de agosto de 2003) y sorprendió porque cruzó de vereda en el Sur. Estaba en Lanús, pero… “Yo jugaba en Lanús, pero pude darme cuenta y pasarme a la vereda correcta. Me decían que no podía jugar al fútbol porque era muy chiquito, pero bueno… acá está el resultado”, recuerda ahora Rivera en declaraciones a ESPN, que firmó un contrato con Banfield hasta diciembre de 2027 con una cláusula de rescisión de 20.000.000 de dólares. Su debut fue en la derrota ante Racing por 2-0, por la Liga Profesional que consagró como campeón a River, tras tener un salto veloz de la cuarta división a la reserva. Y de ahí captar la atención de Falcioni, un entrenador serio pero que siempre tuvo debilidad por las gambetas de los enganches o delanteros. Braian Sarmiento, con sus ocurrencias dentro y fuera de la cancha, lo hacía reír, por ejemplo.

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El 3 de mayo de 2023, escribió en su cuenta de Instagram: “Dicen que de cada diez que lo intentan, solo uno lo logra, yo seré ese uno, aunque me toque fallar 9 veces.⚽✌🏽 Feliz de poder firmar mi primer contrato como jugador profesional, agradezco al club @cab_oficial por la oportunidad. Quiero agradecer a mi familia, a mis amigos y representantes que me apoyaron siempre. Sin ellos nada de esto hubiera sido posible”.

En realidad, la primera “explosión” de Gerónimo Rivera fue por la 3° fecha de la Copa de la Liga 2023, cuando marcó un golazo ante Instituto, en Córdoba, en tiempo de descuento. Esa gran jugada, iniciada por un saque de arco de Cambeses que llegó hasta la mitad de la cancha, le dio el triunfo a Banfield por 1-0, fue algo de oxígeno en una frenética lucha por el descenso. Ese día recibió el balón largo y empezó a gambetear: recorrió más de 50 metros con la pelota, dejó rivales en el camino hasta que quedó solo ante el arco y definió con clase.

También jugó en la victoria del Taladro sobre Deportivo Merlo por 3-0, por la Copa Argentina: “Julio (Falcioni) me pide que juegue abierto, que gambetee, lo que sé hacer. Que apueste por le dribbling, que disfrute”. Ese día empezó jugando por la derecha, como falso wing a perfil invertido, para cerrarse y quedar a tiro del remate. Casi hace un gol a lo Messi, pero su disparo se fue apenas desviado.

Todavía tiene que desarrollar más el físico para la alta competencia, pero ya muestra sus condiciones para amagar, frenar y volver a despegar. Tira caños, desequilibra para adelante y también la esconde y sale para un lado o para el otro. Sorprende hasta a sus propios compañeros. Rivera es argentino pero tiene raíces chilenas por parte de su abuela paterna, por lo que podría jugar para el seleccionado trasandino. Pero él es demasiado joven para pensar en eso ya. Por lo pronto, suma minutos con el equipo de Banfield y se divierte. En un fútbol argentino tan volcánico, resultadista y exigente, no es poco.

Como dijo Falcioni, tendrán que “protegerlo” en su desarrollo y aprendizaje. Pero bienvenidos los jugadores como Gerónimo Rivera, que le aportar una bocanada de aire renovador a un fútbol argentino campeón del mundo que no para de generar nuevas promesas.