Godoy Cruz vs. Independiente, por la Liga Profesional: el Rojo no pudo contra un ex en el arco del Tomba, perdió 2-1 y quedó a un punto del último puesto de la tabla
En el séptimo minuto de descuento, Diego Rodríguez, el Ruso, que fue el arquero titular de Independiente durante el torneo que desembocó en el descenso del Rojo hace diez años, tuvo la vista y ...
En el séptimo minuto de descuento, Diego Rodríguez, el Ruso, que fue el arquero titular de Independiente durante el torneo que desembocó en el descenso del Rojo hace diez años, tuvo la vista y los reflejos necesarios para lanzarse hacia su izquierda y tapar el último remate de Kevin López. Era el empate, pero su estirada lo evitó y decretó el 2-1 final que Godoy Cruz, su actual equipo, merecía. Pero sobre todo, determinó el tercer partido al hilo sin triunfos de su antiguo club, y peor que eso, lo dejó a apenas un punto de la cola de la tabla, ese lugar que cuando termine el año decidirá una plaza para caer a la Primera Nacional.
El enésimo tropiezo de Independiente en el torneo resiste explicaciones diversas que van desde el inicio al cierre del encuentro. Porque el Rojo arrancó caminando por la cornisa durante el primer cuarto de hora, a medias debido al ímpetu con el que arremetió el local en y a las enormes ventajas que recibía por parte del simulacro de defensa que se le presentaba enfrente; y terminó sin ideas ni fútbol para ir a buscar con decisión una igualdad que en algún momento pareció tener al alcance de las manos.
En aquel primer tercio de la porción inicial las razones del andar de Independiente por el borde del precipicio había que buscarlas tanto en la buena presión que ejercía Godoy Cruz en el medio como en las deficiencias en todos los apartados que guardasen relación con las tareas de recuperar la pelota y proteger el arco propio.
Iban apenas 5 minutos cuando un córner desde la izquierda recordó que para el equipo de Ricardo Zielinski los centros aéreos son algo así como misiles teledirigidos. En ese caso cabeceó libre Pier Barrios, dio rebote hacia el centro Rodrigo Rey y una carambola Tomás Conechny-Rey-Martín Cauteruccio derivó en el 1 a 0. 120 segundos después, Tadeo Allende le ganó por primera vez en la tarde la espalda a Ayrton Costa y quedó mano a mano con el arquero, que le tapó el remate con la cara. Se repitió la fórmula a los 12, y esa vez Allende definió desviado.
Lo mejor del partidoEl retroceso del zurdo Martín Sarrafiore ser el punto de partida en la distribución del juego le dio un rato de paz a un equipo que ya por entonces parecía contagiado por el “síndrome Mendoza” que aqueja a Independiente desde tiempos inmemoriales. Solo basta recordar que estuvo 50 años sin ganar en esa plaza (desde 1969 a 2019), cualquiera fuese el rival, el torneo o la categoría.
En ese breve lapso de 15 minutos, Independiente incluso pudo llegar al empate, cuando a los 28 Matías Giménez lo dejó solo a Nicolás Vallejo en la puerta del área chica y Rodríguez rechazó con el pie la tímida definición del chaqueño. Pero el local acabaría rápido con ese momento de cierta estabilidad del Rojo. A los 30, otra vez recibió en soledad Allende, descubrió a Salomón Rodríguez igual de desamparado en la izquierda, Rey rechazó como pudo el cabezazo y Conechny de palomita puso el 2-0.
Zielinski tiene muy contadas monedas sentadas junto a él como para cambiar la imagen o la dinámica de los suyos con un pase de magia. Pero lo intentó tras el descanso. Ya se había ido lesionado Sergio Ortiz y para ocupar su puesto ordenó el debut de David Martínez (cumplirá 19 años dentro de diez días), para así soltar a Kevin López y asociarlo con Sarrafiore. La apuesta incluyó la incorporación de Juan Cazares y, sorprendentemente, el retiro de Braian Martínez y Vallejo, los dos que se movían por las bandas.
De entrada, el experimento pareció funcionarle. Se desacomodó Godoy Cruz, que hasta entonces se había manejado con soltura en defensa, comenzó a juntar pases el Rojo, y en una de esas acciones Luciano Gómez despachó el centro desde la derecha y Costa, el otro lateral, conectó de sobrepique en la izquierda para descontar.
Iban 12 minutos y el impulso le duraría otros diez, en los que Sarrafiore rondó la igualdad un par de veces. Entonces Daniel Oldrá, el técnico del Tomba, que también “sabe por viejo”, mandó a la cancha a Cristian Núñez y Juan Andrada, le ahogó el toque por el centro al rival y desnudó todas las carencias de Independiente para construir fútbol.
Es verdad, tuvo el Rojo algunas acciones aisladas en las que rondó el empate, pero nunca dio sensación de poderío ni de ideas firmes para someter al local. Y por si fuera poco, el Ruso Rodríguez, su arquero en el torneo que lo condenó al descenso -también durante el año en la B Nacional- le tapó el tiro del final y lo dejó a un punto de la cola de la tabla, ese lugar que parece lejano y hoy todavía no asusta aunque decida una plaza hacia el abismo. Pero cuidado, solo parece...