“No hay mejor compañía para un establo que una plantación de manzanos”, dice el emprendedor inmobiliario Jody Aufrichtig acerca de la casa de fin de semana que construyó para su familia en el valle de Elgin, centro de viñedos y de la producción de manzanas de Sudáfrica. Si el edén –con su seña de identidad fundamental– ya estaba dado, Aufrichtig se concentró en encontrar el mejor rincón para construir el suyo: una lomada protegida del viento cerca del agua llena de vida, donde nadar, pescar y hacer avistaje de aves junto con su mujer y sus tres hijos.

“La casa está orientada al Oeste, así que tenemos el lujo de contemplar cada día el lago encendido cuando el sol se pone detrás de los montes”.

Esta estructura de acero revestida en chapa acanalada cubre capas de confort moderno (incluyendo aislación térmica y sistemas de energía solar) para dejar una mínima huella ecológica en su paraíso.

Más interesante que una de techo plano, esta pérgola sigue el dibujo de la casa y disuelve gradualmente su perfil industrial.

El fuego es otro elemento esencial, en los atardeceres rojos o en el que se enciende en la paila de hierro sobre el deck. “Todas las noches hacemos algo a la parrilla, en la de gas o en la de leña. Para mí, va más allá de lo que se come: la cuestión es estar parados alrededor de las brasas”. Placeres sencillos desde la base.

La construcción longitudinal tiene esta única puerta, corrediza y transparente, que pone de manifiesto el uso estricto del color: el pino al natural combinado con negro, lo que pone la galería al mismo nivel que el interior. Además, está la textura y los patrones. Si adentro se lucen los nudos del pino, afuera, el recorte de las varillas tiene un ritmo similar, aunque recto.

Hicimos los sofás de ambos lugares a medida. La mayoría de los muebles son bajos y se apoyan sobre patas, para poder apreciar la continuidad del piso, algo que maximiza la percepción del espacio.

Arq. Greg Scott, cargo del proyecto

“El encargado del revestimiento interior de pino también hizo todos los muebles que diseñé. Así se mantuvo el espíritu de cabaña que buscábamos. Además, si hay algo que no me gusta es la mezcla de maderas de todo tipo”, dice el arquitecto.

“El espejo que toma la pared (cortado en punta y todo) absorbe la vista y la reparte. Además de agrandar el living, te permite estar en contacto con el verde aun si le estás dando la espalda”.