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Independiente no encontró el gol cuando lo merecía y se aferró al 0-0 con Argentinos para seguir sumando

No ganó, pero Independiente prolongó su buena racha. Sigue sin perder desde la llegada de Carlos Tevez al banco. Ese dato, y un primer tiempo en el que desperdició muchas ocasiones para converti...

No ganó, pero Independiente prolongó su buena racha. Sigue sin perder desde la llegada de Carlos Tevez al banco. Ese dato, y un primer tiempo en el que desperdició muchas ocasiones para convertir, fueron lo mejor del 0 a 0 que se llevó de La Paternal para mantener aire respecto al fondo de la tabla. Argentinos Juniors levantó en la segunda mitad, evitó sustos pero no tuvo pimienta en ataque y el empata no admite demasiadas discusiones.

Cuando las disposiciones tácticas son casi espejadas, los partidos tienden a convertirse en  salones de baile con parejas distribuidas por toda la cancha. Con tres centrales por lado, laterales con libertad para transformarse en volantes externos o punteros cuando sus equipos tenían la pelota y un delantero tirado atrás -Federico González Metilli en el Bicho, Matías Giménez en la visita-, las diferencias fueron apenas sutiles.

Lo mejor del partido

Una estuvo en la posición del restante hombre de ataque de cada uno. Mientras Luciano Gondou era un 9 más clásico, encajado entre los defensores rivales, Alexis Canelo partía de afuera hacia adentro sin darle una referencia a los zagueros locales. La otra tuvo una incidencia más concreta en la generación de llegadas al arco de enfrente durante buena parte del primer tiempo. Desde el arranque, Independiente adelantó la línea de presión hasta los dominios de Alexis Martín Arias. Para dificultarle y obstruirle la salida siempre ordenada y pegada al césped que pretende Argentinos, pero también con la idea de que fuese su principal arma ofensiva.

El planteo le salió muy bien a Tevez -quienes lo conocen afirman que este sistema de juego lo heredó de Antonio Conte durante su etapa en la Juventus-, salvo por el detalle de la definición. Durante 40 minutos, el Rojo sumó ocasiones más o menos claras, en su amplia mayoría como producto de quites en el campo rival, pero las falló todas.

Robó Braian Martínez a los 22 sobre la izquierda y la posterior pared entre Federico Mancuello y Giménez terminó con un remate al travesaño del volante que regresó de México. Apuró y recuperó Canelo a los 24, metió el centro justo Mancuello, Giménez no supo aprovechar su soledad para elegir mejor el destino de su cabezazo y atajó Arias. Desbordó por izquierda Damián Pérez a los 32, despejó el centro Arias, Canelo llegó al fondo por derecha, dio el pase atrás y Mancuello disparó ancho. Volvió a recuperar Martínez a los 33, probó desde lejos y se le fue apenas alto. Y tras otra anticipación en mitad de cancha, Pérez puso mano a mano a Mancuello con el arquero a los 41, el zurdo quiso picársela por encima a Arias y le regaló la pelota.

De Argentinos, mientras tanto, no había noticias. Tapado Federico Redondo en la salida, perdido entre una maraña de camisetas ajenas González Metilli y encerrado Gondou por los defensores rivales, el Bicho coleccionó tantos errores en los pases y pérdidas de balón en el inicio de las jugadas que acabó por exasperar a todos, Pablo Guede y los hinchas incluidos.

Recién a los 42, Franco Moyano recibió un mal despeje de Felipe Aguilar y probó las manos de Rodrigo Rey con un remate lejano. La acción, sin embargo, abrió un hasta ahí inesperado reguero de posibilidades para el Bicho. Gondou repitió la maniobra a los 43 y Alan Rodríguez mordió el disparo cuando Javier Cabrera lo había dejado solo con el centro atrás en el descuento. Respondió bien el arquero del Rojo en ambas, pero el cierre de la etapa anticipó que la segunda mitad tendría un desarrollo distinto.

Es difícil conocer qué fue lo que dijo Guede en el vestuario, pero el efecto de su ajuste de tuercas fue evidente a partir del saque del medio. Se paró mejor en mitad de cancha Argentinos, Moyano y Redondo se amigaron con la pelota, Santiago Montiel dijo presente en el partido y la presión de Independiente bajó varios puntos en su eficacia en la misma medida que se convertía en herramienta válida para el Bicho.

Las consecuencias fueron buenas para el local, que pasó a dominar y dejó de padecer a la hora de manejar el balón, pero negativas para el partido, que fue cayendo lentamente en un pozo de juego del cual ya no volvería a salir. A los de La Paternal le costó más de media hora añadirle algo de profundidad a su control, por falencias propias y por la solidez de Joaquín Laso y compañía en el fondo visitante. A Independiente, sin velocidad suficiente para correr de contra y sin fluidez para sumar pases por el centro, le fue quedando cada vez más lejos el área de Arias.

Hubo que aguardar hasta los 25 para que un cabezazo débil de Gondou que detuvo sin dificultades Rey sacudiera la monotonía. Y a los 32 para que se despertase el Rojo, con una maniobra de Giménez que comenzó a puro amague y pisada y se definió con un disparo a las nubes. Pero fueron dos oasis en el desierto.

Nadie acertó del todo, nadie falló demasiado. Se fue insatisfecho Argentinos, que suma su tercer encuentro al hilo sin triunfos. Y si bien es cierto que el empate le permite a Tevez mantener su invicto personal y a Independiente sostener la ventaja sobre los que ocupan los lugares que condenan al descenso, las ocasiones perdidas en la primera mitad también le amargaron el sabor de la noche al Rojo. Fue 0 a 0, un resultado lógico cuando ninguno es capaz de romper el espejo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/independiente-no-encontro-el-gol-cuando-lo-merecia-y-se-aferro-al-0-0-con-argentinos-para-seguir-nid07102023/

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