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Inflación, dólar, devaluación y elecciones: una receta para llegar a 2024

Estamos pisando la mitad del 2023 y se acercan momentos de definiciones para el país en general y para cada productor agropecuario en particular. Estamos convencidos que parte de nuestra responsab...

Estamos pisando la mitad del 2023 y se acercan momentos de definiciones para el país en general y para cada productor agropecuario en particular. Estamos convencidos que parte de nuestra responsabilidad es parar la pelota y tomarnos un tiempo para hablarle al productor de forma simple y sencilla: el que no gestiona este año la puede pasar muy mal.

Cotidianamente somos testigos de una preocupación común entre los productores argentinos. Están enfrentando una situación en la que sus números se ven afectados de manera significativa. Venimos de campañas difíciles. Como decimos frecuentemente, hacer gestión es cuidar el futuro de las empresas.

Contexto

La campaña agrícola 22/23 fue desfavorable, con bajos rendimientos en la mayoría de las principales zonas productivas del país y precios estancados en la hacienda. Dos situaciones que se encontraron para generar gran incertidumbre en muchas empresas de cara a la próxima temporada, la 23/24.

Claves para manejar el rastrojo o la soja no cosechada y evitar problemas en la hacienda

Además de esto, hay que agregar la particularidad de que la sequía sigue siendo un jugador importante, ya que continúa haciéndose presente. Esto ha llevado a que se suspendan o reduzcan muchos planes de siembra de fina, sobre todo en la pampa húmeda.

El panorama de la fina no es alentador. Según las proyecciones que hemos conformado para nuestros clientes en las más de 150.000 has donde trabajamos, vemos rentabilidades de entre 5% y 8% para zonas como las provincias de Santa Fe y Córdoba y el norte bonaerense. Para el sur de Buenos Aires encontramos porcentajes que van del 15% al 20%.

En lo que a la gruesa respecta, vemos proyectadas rentabilidades muy similares a lo que fueron campañas de dos o tres años atrás, es decir antes de que suceda la importante suba de los precios.

Vale aclarar que en este contexto, lo que han disminuido son los valores de los insumos. Principalmente esto ha sucedido con los herbicidas (glifosato y 2,4-D) y lo mismo sucede con los fertilizantes. Esta situación ha generado que los márgenes que se proyectan sean regulares.

En ganadería se está dando un buen momento para el engorde a corral. En los meses de febrero y marzo se comenzaron a ver buenos números en el negocio luego de un mal contexto que duró alrededor de dos años.

Flujo de caja

En este marco, pensando en lo que suceda luego de las elecciones PASO, se está evaluando alimentar los flujos de ingresos a partir de las ventas de hacienda hasta por lo menos el mes de septiembre para así reservar la mayor cantidad de grano y no perderse los efectos de una eventual devaluación.

Un aspecto a definir en relación al flujo de fondos, teniendo en cuenta el cierre de la campaña 22/23 y los números que ésta deja, es ver qué parte de la inversión de la 23/24 se puede pagar anticipadamente y cuál financiar. En simples palabras, esta acción trata de ver como terminamos esta campaña desde lo financiero y, si cuento con un excedente, analizar qué parte puedo utilizar para lo que viene, por ejemplo la compra de insumos.

Esto último depende de cuánto saldo acumulado proyecte la empresa hasta el próximo ingreso “fuerte”, que se da con la próxima campaña. Pero este año el ingreso de trigo en diciembre es una incertidumbre. Anteriormente, con las empresas se evaluaba con cuanto saldo disponible llegaban a noviembre ya que en diciembre se daba un gran ingreso por venta de trigo. Ahora quizá ese ingreso no se dé y los productores deban “aguantar” unos meses más hasta que llegue el momento del girasol (marzo) y soja (mayo).

Para tener en pie la caja de la empresa hay que estar bien fino en lo que es la proyección de los gastos fijos de todos los meses. En esto hay que tener en cuenta la inflación y por ende los incrementos que se puedan dar en ellos. Actualmente visualizamos que se darán a un ritmo de entre un 6% y 8% mensualmente.

Para la financiación hay que poner sobre la mesa todas las alternativas y analizar cuál de ellas es la más conveniente según la realidad que vive la empresa. Si hablamos de créditos, las tasas son altas y muchos productores no los ven con buenos ojos.

Uno de nuestros clientes hace unos días debía pagar una cuota de una maquinaria que adquirió y su intención era negociar proponiendo pagar la mitad ahora y la restante postergarla. Desde Grupo Cencerro le transmitimos que su situación le permitía pagarla sin sufrir complicaciones más allá de los resultados de la cosecha. Esto lo hicimos porque conformamos el flujo de fondos de la empresa, lo que permitió que el productor tenga claridad y pueda tomar la decisión con tranquilidad.

Los insumos de la próxima campaña

Estos son días de cierre de planificaciones (productivas, comerciales y financieras) y toma de decisiones en concreto. Una de las más solicitadas por nuestros clientes es la forma de pago de los insumos para la próxima campaña. En este sentido, hemos hecho en conjunto un ejercicio que tiene como principal variable al tipo de cambio a mayo/junio 2024.

Pensemos en la necesidad de compra de fertilizantes por US$100.000 y dos alternativas de pago. Por un lado, pago con trigo disponible y por otro, pago con tarjeta rural a 360 días al 90% anual. Para un campo a 150/200 kms del puerto, hoy se necesitan 406 toneladas de trigo para cancelar el negocio.

Si me financio con tarjeta, la conveniencia de esta opción está dada por nuestras expectativas sobre la evolución del tipo de cambio a un año. En caso que la moneda se devalúe un 140% (y a precios futuros del Trigo 2024), esta forma de pago implica un ahorro de 10% en toneladas de trigo necesarias para cancelar la compra.

En cambio, si pensamos que la proyección actual del tipo de cambio a futuro que opera el Rofex será cierta, el ahorro en términos de mercadería es abrumador: un 30% menos de grano para cancelar la compra (285 toneladas vs 406).

La devaluación que equilibra la cuenta e iguala las dos opciones se ubica en torno al 117% anual.

En resumen, las expectativas de un empresario pueden ser muy distintas a las de su vecino. Lo que es claramente necesario es proyectar este tipo de escenarios más allá de la turbulencia generada por las condiciones del contexto en el cual se desarrolla nuestro negocio. Debemos entender el escenario que vemos como el más probable (más allá de nuestros deseos) y tomar decisiones en ese sentido cuidando el patrimonio de la empresa.

Con los números ordenados a través de la gestión los productores obtienen mayor seguridad sobre los próximos pasos de su empresa.

El autor es director general de Grupo Cencerro. La firma gestiona la parte económica-financiera de las empresas de los productores. Está presente en 14 provincias de la Argentina y ocupa más de 150.000 hectáreas. Recientemente abrió operaciones en Paraguay y Uruguay

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/inflacion-dolar-devaluacion-y-elecciones-una-receta-para-llegar-a-2024-nid22052023/

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