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Juan Martín de Pueyrredón y la invasión portuguesa a la Banda Oriental

La memoria sobre Juan Martín de Pueyrredón suele recibir miradas que distorsionan la historia. Historia no es lo mismo que memoria. En esta nota nos referiremos a falsedades que se escriben sobre...

La memoria sobre Juan Martín de Pueyrredón suele recibir miradas que distorsionan la historia. Historia no es lo mismo que memoria. En esta nota nos referiremos a falsedades que se escriben sobre la invasión portuguesa a la Banda Oriental.

Se afirma: “Artigas necesitaba el apoyo de Buenos Aires para rechazar la invasión luso brasileña a su Banda Oriental ominosamente apoyada por el Directorio de Pueyrredón”.

Poco apego a la investigación vemos en los que escriben esas falacias. Se enrolan en una visión facciosa de la historia, tendencia en boga desde los treinta hasta los ochenta. En esta década, una nueva generación de notables historiadores han contribuido a esclarecer con objetividad, rigor, y perspectivas amplias, distintos acontecimientos de la historia nacional.

El Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, ante el avance de las tropas del general Lecor, motivadas por las quejas de los hacendados de Río Grande por las incursiones de jefes artiguistas en su territorio, envió al coronel De Vedia para recordarle al jefe militar portugués los términos del acuerdo de 1812, acuerdo que logró el retiro de los portugueses que invadieron la Banda Oriental, por pedido del virrey De Elío.

Lecor contestó que no había violado el acuerdo, porque la provincia Oriental ya no respondía al gobierno de Buenos Aires. Pueyrredón informó al Cabildo de Montevideo que no era neutral en el conflicto, y aprovechando la respuesta del general portugués, le planteó al gobernador delegado en Montevideo, Miguel Barreiro, que reconocieran la autoridad del Congreso y del Directorio, respondiendo así al pedido de auxilios del gobierno de Montevideo. El 8 de diciembre se firmó el Acta de incorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas, sin consecuencias, pues, apenas enterado Artigas se dirigió a Montevideo e hizo quemar el documento en la plaza pública, malogrando la unidad rioplatense y poniendo en riesgo el proceso independentista.

Pueyrredón solicitó a San Martín el desplazamiento de dos mil hombres del ejército de los Andes a la Banda Oriental. El general San Martín le observó que esa operación postergaba el proyecto de cruzar la cordillera para liberar a Chile del dominio español, con el riesgo que desde Chile se desplazaran esas fuerzas hacia Cuyo. Pueyrredón entendió los argumentos del jefe del Ejército de los Andes.

El gobierno de Pueyrredón tenía que obtener recursos para abastecer tres ejércitos: el de los Andes para pasar a la ofensiva en Chile; el ejército auxiliar del Perú, que había sido puesto a la defensiva en Tucumán, y afrontar además los conflictos que planteaba Artigas en el Litoral. Un nuevo frente de guerra excedía los recursos financieros del gobierno y también los humanos en un territorio de 500 mil habitantes. Incluso el ejército Auxiliar del Perú al mando de Belgrano tuvo que destacar fracciones ante sublevaciones en la Rioja, Santiago del Estero y los intentos de Artigas de anarquizar Córdoba, provincia clave para mantener la línea de abastecimiento desde Buenos Aires con las provincias del Norte y con Cuyo.

Como si esto no fuera suficiente, Pueyrredón conocía los preparativos de Fernando VII para organizar un ejército y una flota que se dirigiera a Buenos Aires. En busca de equipos y financiamiento, el rey de España buscaba el apoyo de la Santa Alianza y el del Portugal para tener un punto de apoyo en el Río de la Plata. Dos hijas del rey de Portugal se casaron con Fernando y su hermano don Carlos. Por eso es destacable la labor diplomática ante la Corte de Río de Janeiro llevada a cabo por Manuel García, quien logró evitar una alianza entre los dos reinos peninsulares, lo que habría facilitado el desembarco y el ataque a Buenos Aires.

La política de Pueyrredón en los conflictos con Artigas fue apoyada por el general San Martín, que se ocupaba de los últimos preparativos para cruzar los Andes y temía que los conflictos planteados por el caudillo oriental frustrara el plan continental acordado con Belgrano, Pueyrredón y Güemes.

En carta al general Guido del 22 de diciembre de 1816, escribe San Martín: “Veo que tenemos que emprender una nueva guerra con los portugueses, veo también que es cuasi necesaria, pero usted que está en la fuente de los recursos, qué fuerza tenemos para hacerla y qué medios (sin desatender los demás) y qué tiempo la podremos sostener”. Escribe otra cara el 31 de diciembre: “Yo opino que los portugueses avanzan con pie de plomo esperando a su escuadra para bloquear a Montevideo por mar y tierra y en mi opinión se lo meriendan; a la verdad no es la mejor vecindad - pero hablándole a usted con franqueza -la prefiero a la de Artigas; aquéllos no introducirán el desorden y anarquía, y éste, si la cosa no se corta, lo verificará en nuestra campaña, como estoy bien informado”.

Más adelante, al referirse a la sublevación de Santiago del Estero y al conflicto suscitado por el diputado Moldes, afirma el Libertador: “Ya sabrá usted lo de Salta y Santiago del Estero, y dígame usted si con semejante gente podemos constituirnos en Nación, en Nación sí, pero de salteadores ...”

Entre los vencedores de Cepeda estaba Miguel Carrera, apoyado por Ramírez; el plan del general chileno era ir a Chile para asesinar a San Martín y O Higgins, como parte de ese plan logró sublevar a una fracción del ejército de los Andes acantonada en San Juan. Semanas después, Facundo Quiroga los vence y envía a los cabecillas a San Martín al Perú. Al capitán Mendizábal lo hace fusilar, al coronel Francisco Aldao le perdona la vida ante los ruegos de su hermano, el fraile Aldao.

Cuando se tienen responsabilidades de gobierno hay que elegir prioridades. Para el gobierno de Pueyrredón era esencial apoyar el plan continental de San Martín y la meta de legar a Lima. Discutir el sistema de gobierno, cuando la situación internacional y militar era peligrosa para el afianzamiento del proceso independentista, era una irresponsabilidad en la que cayeron muchos que carecían del conocimiento del mundo que tenían San Martín, Belgrano y Pueyrredón.

Presidente de la Academia Argentina de la Historia, miembro de la Comisión Directiva del Instituto Argentino de Historia Militar

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/juan-martin-de-pueyrredon-y-la-invasion-portuguesa-a-la-banda-oriental-nid28072023/

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