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La Asociación de las Américas, el exclusivo club regional que dejó afuera a la Argentina

Infraestructura sostenible, semiconductores, energía limpia y suministros médicos. Con el fin de lograr estos objetivos concretos se dio inicio en noviembre a la primera reunión de la Asociaci...

Infraestructura sostenible, semiconductores, energía limpia y suministros médicos. Con el fin de lograr estos objetivos concretos se dio inicio en noviembre a la primera reunión de la Asociación de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), una alianza entre 12 países de la región fomentada por Estados Unidos, cuyos integrantes son Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. Para este fin, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió “miles de millones de dólares”.

Como se ve, no todos los países están dentro del club de los elegidos para la inversión. En 2022 ya hubo una pista de que la Argentina se estaba quedando afuera. Biden, anunció esta asociación, también llamada “Asociación de las Américas”, en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California. Es un acuerdo para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía de este lado del hemisferio occidental, que representa el 31,9 % del PBI mundial.

El comercio bilateral de bienes y servicios entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe fue de casi US$1,5 billones en 2022. En los últimos tres años, Estados Unidos fue la mayor fuente de entrada de inversión extranjera directa en la región, representando casi el 40% de los flujos totales de inversión, según el BID. El comercio de América Latina y el Caribe con China alcanzó altos niveles en 2022, exportando unos US$184.000 millones en bienes a China e importando unos US$265.000 millones, según un análisis del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston.

Para la Argentina, Estados Unidos es un socio comercial muy importante, detrás de Brasil, y China. En 2022, las exportaciones a Estados Unidos totalizaron US$6675 millones y las importaciones alcanzaron US$10.330 millones. El déficit comercial fue de US$3655 millones (mientras que el déficit con China fue de US$9494 millones en el mismo período).

Cadenas de suministro

Tal como explica la OEA, la alianza es un marco de cooperación regional para fomentar la competitividad, la resiliencia, la prosperidad compartida y la inversión inclusiva y sostenible.

Las cadenas de suministro internacionales están bajo revisión y hay enormes oportunidades para América Latina. Estados Unidos prometió reforzar “nuestras cadenas de suministro para que sean más resistentes a las crisis inesperadas”. También fomentar la innovación y las industrias que no afecten de manera negativa al cambio climático. El país del norte hizo referencia a “valores comunes” y a la estabilidad, dos ítems claves a la hora de buscar socios.

Hace unos días, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, también hizo un llamado a reforzar las cadenas de suministro de Estados Unidos desde Latinoamérica. Detrás de esta iniciativa está el objetivo de reducir la dependencia de China en materia de componentes clave para la producción.

Se trata de generar acuerdos que contrarresten la iniciativa de China, llamada “La franja y la ruta”, relacionada con una inversión millonaria en infraestructura a nivel global, de la cual la Argentina sí forma parte, El año pasado, durante su gira por China, el presidente Alberto Fernández aprobó la incorporación de la Argentina a La Franja y la Ruta de la Seda y, de esta manera, obtuvo financiamiento por más de US$23.000 millones informaron en su momento fuentes oficiales.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organizó este mes una reunión en Washington con varios presidentes de países latinoamericanos. Estaban Gabriel Boric, presidente de Chile; Rodrigo Chaves Robles, presidente de Costa Rica; Luis Abinader, presidente de República Dominicana; Guillermo Lasso, presidente de Ecuador; Dina Boluarte, presidenta de Perú, y Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay.

Al día siguiente, se encontraron con Biden que brindó algunas definiciones importantes. Entre ellas, dijo que “Estados Unidos ya es la mayor fuente de inversión en América Latina y el Caribe y vamos a asegurarnos de que nuestros vecinos más próximos sepan que pueden elegir entre la diplomacia de la trampa de la deuda y enfoques transparentes de alta calidad para las infraestructuras y el desarrollo”.

Así, y sin mencionarla, hizo referencia a China, un socio comercial importantísimo en la región. Como contrapeso, Biden prometió “billones de dólares” para que el hemisferio occidental sea el más competitivo del mundo, aunque no dio cifras concretas, por lo menos, en ese discurso.

Sí hizo referencia a que el US Internatinal Development Finance Corporation, una agencia pública privada, va a financiar parte del desarrollo junto con el BID. Habló de puertos modernos, energía limpia e infraestructura digital, como piedras fundamentales para una economía competitiva. La transición energética y la protección de la naturaleza también fueron parte central de la conversación.

La mirada geopolítica

El analista Marcelo Santoro, profesor de Comercio y Negocios internacionales de la UP, explica que la iniciativa de Estados Unidos es muy importante, ya que pone en primer plano a la región. “Además de la nueva Ruta de la Seda china, está la alianza Europea, que se llama Global Gateway”. El objetivo de la UE es invertir hasta 300.000 millones de euros en los sectores digital, energético y de transporte entre 2021 y 2027 y fortalecer los sistemas de salud, educación e investigación. Y parte de ellos vendría para la Argentina, según la primera mujer en presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien estuvo de visita en la Argentina en junio. “Europa apunta a Africa, pero no descarta a América Latina, en algunas iniciativas como infraestructura. Por eso es tan importante destrabar el acuerdo Mercosur-Unión Europea”, acota el profesor de la UP.

La elección de los socios

Para seleccionar qué países forman parte de la nueva alianza, Estados Unidos se basó en una premisa: priorizar aquellos con los cuales ya tiene acuerdos de libre comercio o aranceles muy bajos.

Por eso urge que el Mercado Común del Sur se reconfigure y pueda aprovechar toda su potencialidad. “El Mercosur podría haber formado parte de este grupo. El desafío que tiene el bloque es mirar hacia adentro y eliminar barreras sanitarias y fitosanitarias que traban el comercio, para no seguir perdiendo oportunidades”, agrega Santoro. “Países como Chile, con el cual Estados Unidos tiene un tratado desde hace 20 años, ya tienen un camino trazado”, dice. Lo mismo que Canadá y México, con quienes comparte el llamado T-Mec. “Acá se pone de manifiesto la política del nearshoring, o friend shoring, que establece Estados Unidos con México y Canadá, y que quiere extender a otros países”, sintetiza.

En este sentido, el experto en negocios internacionales, Marcelo Elizondo, explica que “esta es una propuesta moderna que reúne a 12 países que responden a una nueva filosofía que tiene el gobierno del presidente Biden. Se trata de generar alianzas sin acuerdos arancelarios, por eso está Uruguay. El Mercosur prohíbe a sus miembros hacer acuerdos arancelarios con terceros. Como se sabe, se trata de una ideosincracia muy vieja, de la época en que los aranceles eran muy importantes. Se bajaban aranceles entre los aliados y había aranceles para terceros. Ahora en el mundo han bajado mucho y se negocian otro tipo de acuerdos”, dice Elizondo.

No es la primera vez que el presidente de Estados Unidos pone en marcha una iniciativa de estas características. Por ejemplo, recuerda Elizondo, lanzó en la última cumbre del G20, en la India, una propuesta para generar obras de infraestructura como rutas, puertos, ferrocarriles y aeropuertos y favorecer la conectividad y el comercio entre India y Europa.

El caso Uruguay

La comparación es inevitable. Mientras que los países vecinos estaban representados en la reunión en Washington por Gabriel Boric, presidente de Chile y Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, entre otros, la Argentina sigue enredada en su propio laberinto que desalienta la inversión. Uruguay, que forma parte del Mercosur, no perdió la oportunidad.

“Uruguay está buscando una postura más autónoma, porque claramente está molesto con el Mercosur”, agrega Elizondo. “El bloque es muy cerrado, con aranceles muy altos para la negociación con terceros. Uruguay, en cambio, hace rato que está buscando el acceso a mercados grandes. Apoya el acuerdo con la Unión Europea mientras busca su alianza individual con China y ahora quiere ser escuchado a través del pacto APEP”.

Para Santoro, el caso de Uruguay, se conoce como “el poder de la debilidad”. “Un país chico no le mueve la aguja a una megapotencia, y sin embargo es invitado a participar”, sostiene.

¿Por qué queda afuera la Argentina? El secretario de presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado, ya había comentado que esta oportunidad se dio como consecuencia de un trabajo por parte del gobierno con “responsabilidad fiscal, seguridad jurídica, separación de poderes y estabilidad”.

El análisis de Elizondo es que “el pacto APEP es una alianza para generar políticas comunes en materia de integración de mercados, con financiamiento para obras de infraestructura, facilitación del comercio y algunos proyectos en común para la integración de las cadenas de valor, sin tocar la cuestión arancelaria. Por lo tanto, Uruguay puede entrar. La Argentina también podría, sin necesidad de tocar el Mercosur. Pero este país está muy atrasado en materia internacional. Lo único que miramos son los aranceles, o las cuotas, o los cupos o las restricciones, mientras que el mundo se está abriendo por distintas vías”.

“Hay muchos costos no arancelarios que hoy se pueden agilizar a partir de obras de infraestructura, regulaciones, conectividad, estándares comunes. APEP es una iniciativa muy atractiva. El mundo está girando más hacia los clubes de amigos. Son alianzas de preferencias de países que están más cerca políticamente, no geográficamente. La Argentina no tiene alianzas firmes con nadie, excepto el Mercosur, que está crujiendo”, finaliza.ß

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/comercio-exterior/la-asociacion-de-las-americas-el-exclusivo-club-regional-que-dejo-afuera-a-la-argentina-nid16112023/

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