La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a tres años de prisión de cumplimiento condicional a un hombre llamado Franco Julián Zapata por realizar pintadas con insignias nazis en el reconocido Parque Urquiza de la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos. El tribunal, además, estableció que el hombre deberá hacer un curso sobre holocausto y discriminación, según consignó el diario entrerriano Uno.

Hace un año y medio, el Tribunal Oral Federal de Paraná había encontrado culpable al hombre de ser responsable de efectuar propaganda basada en teorías de superioridad racial, con el objetivo de promover la discriminación. El tribunal de primera instancia había añadido el delito de “daño doblemente agravado por haber sido ejecutado en bienes de uso público y por odio racial o religioso a la comunidad judía”.

El hecho sucedió hace nueve años, en octubre de 2014. Según afirmó el diario entrerriano, Zapata tenía 19 años y pintó con aerosol rojo en el Parque Urquiza “Achtung juden!” (“Atención judíos”, en alemán); “SS” (en referencia a la Policía nazi) y “1488″, un número cuyo significado alude a la frase: “Debemos asegurar la existencia de nuestra raza y un futuro para los niños blancos”. El hombre también dibujó varias cruces esvásticas.

Cuando las autoridades acudieron a la casa de Zapata notaron que en una de las paredes externas habían esvásticas pintadas, al igual que “SS” y “Heil Hitler”. Los vecinos contaron a los investigadores que el hombre era nazi.

En su perfil de la red social Facebook, la Policía encontró publicaciones con similares características. Zapata se definía a sí mismo como “subjefe del campo de exterminio Treblinka” con una foto de él en el excampo de concentración ubicado al noroeste de Varsovia, capital de Polonia.

Pasó el tiempo y Zapata no cambió: según relata Uno, cuando comenzó el juicio en el tribunal de primera instancia, el joven tenía en su cuenta de Instagram la imagen de un hombre parecido a Hitler mientras realizaba gimnasia en una bicicleta con una frase que decía “cuando dejás de quemar judíos y ahora quemás calorías”.

El fiscal del caso, José Ignacio Candioti, remarcó que ese tipo de expresiones representan “odio racial” y “no pueden ser toleradas”. “No se pueden naturalizar conductas que propaguen la exhibición de símbolos que remiten inequívocamente a tesis de superioridad étnica o racial”, subrayó.

El tribunal oral de Entre Ríos, a cargo de la jueza Noemí Berros, también lo condenó a tres años de cárcel de cumplimiento condicional y a que haga un curso sobre holocausto y discriminación, pero además estableció que el hombre debía realizar tareas comunitarias no remuneradas en favor de alguna institución de bien público de Paraná, dos horas a la semana durante un año.

Casación Penal, en línea con la jueza Berros, resaltó que el “cúmulo de elementos probatorios permiten inferir que el acusado sigue la ideología nazi, profesa el antisemitismo y fue el autor o uno de los coautores de las pintadas sobre los bienes inmuebles de uso público”.

“En la sentencia se explica sin fisuras la convicción alcanzada, en tanto puntualiza rigurosamente y con lógica las piezas de cargo que obligan a la conclusión condenatoria”, valoró Casación sobre la sentencia de primera instancia. Y concluyó que la defensa “únicamente exteriorizó divergencias de criterio con el razonamiento expuesto en la resolución que cuestiona, pero, de su evaluación y análisis de manera alguna surge un apartamiento de las pruebas, sino que fue a partir de aquellas que se tuvo por probada la materialidad de los hechos y la responsabilidad del procesado”.