Se sabe: los argentinos somos muy cabuleros. Pero no muchos son capaces de atravesar casi 14.000 kilómetros para cumplir una promesa futbolera. Ese fue el caso de Mariano, que contó a LA NACION los extremos a los que llegó durante el año pasado para brindar su apoyo “esotérico” a la selección. Poco antes del partido entre Argentina y Paraguay por las eliminatorias para el Mundial 2026, este lujanense que asistió al Monumental con su esposa y tres hijos reveló los detalles de la odisea que encaró en 2022.

“Seis meses antes del Mundial fuimos a Tilcara . Llevé la pelota del Mundial y la hice rodar en un lugar donde Bilardo había organizado un entrenamiento de la selección en el 86. Ahí agarré un poco de tierra y la metí en una botella de plástico”, afirmó. Y agregó: “La llevé a Doha, aunque estaba muy confiado en que Argentina iba a ganar el primer partido. Cuando perdimos me dije «llegó el momento de que Bilardo haga lo suyo»”.

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En ese momento, comenzó a esparcir la tierra en las tribunas del estadio Lusail. “Y después pasó lo que pasó”, sostuvo, en referencia a la remontada que terminó con la victoria mundialista y la coronación definitiva de Lionel Messi como el mejor jugador del Mundial. “Lo que había que hacer para que La Pulga levantara la copa, lo hicimos”, añadió.

“Trato de creer en esas cosas. Yo sé que uno como hincha no puede hacer mucho más; después todo depende de los jugadores y de que la pelota entre o no. Fue un viaje soñado”, afirmó Mariano. Que se mostró feliz por poder presenciar otro partido de la Scaloneta: “Somos privilegiados de estar acá. Agradecemos poder ver a La Pulga, que lentamente nos va diciendo «adiós»”.