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La otra historia de Abel Ferreira, el técnico portugués de Palmeiras, antes del choque con Boca: “La derrota es parte del éxito”

La pandemia ofrece resquicios pasajeros en noviembre de 2020. El fútbol es uno de ellos. Se presenta en Palmeiras, un grande del Brasileirao, un auténtico desconocido para dirigir al equipo pauli...

La pandemia ofrece resquicios pasajeros en noviembre de 2020. El fútbol es uno de ellos. Se presenta en Palmeiras, un grande del Brasileirao, un auténtico desconocido para dirigir al equipo paulista. Unos 40 años, nacido en Portugal, lateral derecho sin fuego sagrado. Y, sobre todo, sin un título bajo el brazo. Sus pasos por Sporting de Lisboa B, Braga y PAOK Salónica de Grecia habían sido solo una buena experiencia. Algo así como calentar los motores.

Los hinchas, el público en general -más allá de que el fútbol brasileño suele nutrirse de entrenadores extranjeros- se preguntaba básicamente dos asuntos. Quién era y qué hacía allí. Tenía una carta a favor Abel Ferreira, de 44 años, el entrenador de Palmeiras que este jueves se cita con Boca, en su casa, en busca de la final de la Copa Libertadores. Nunca lo habían despedido.

“Hasta ahora”, murmura, más de una vez. Y recuerda, a la distancia: “Porque yo, cuando llegué a Brasil, era un entrenador que no tenía títulos. Pero la gente debió preguntarse por qué los clubes pagaban por mí, por un entrenador sin títulos. ¿Por qué un club como el PAOK fue a Braga y pagó 3 millones de euros? ¿Por qué el Palmeiras se dirigió al PAOK para pagar mi contratación? ¡Este entrenador aún no fue despedido! Estoy esperando que suceda. Pero aún no me despidieron. Y la gente, en vez de pensar en eso, pensaba en la falta de títulos. Sí, pero ¿a qué clubes entrené? ¿Dónde trabajé para tener esa posibilidad de ganar títulos?”, se preguntaba el hombre, que acumula ocho títulos en menos de tres años. Dos Copas Libertadores (2020, 2021), como su admirado Marcelo Gallardo.

Palmeiras le hizo tres entrevistas (casi una suerte de interrogatorios) antes de elegirlo. El club sabía muy bien a quién contrataba. Sabía cómo jugaba. A los dirigentes, sin embargo, solo les llamó la atención un punto central, alejado del vestuario: era un hombre solo en una ciudad enorme, ruidosa, hostil. “Fui en contra de todo y de todos en mi familia. Mis padres me dijeron: ´¡No te vayas!’ Mi mujer también. Yo le dije: ‘Si me querés, me seguirás queriendo, pero me voy’”. Fui contra toda mi familia. Nadie quería que viniera a Palmeiras. Nadie. Vine única y exclusivamente por mi propia convicción. Incluso sabiendo que la estadía media de los entrenadores en Brasil es de tres meses”, decía. Si lo sabrá Jorge Sampaoli, que duró en Flamengo de abril a septiembre.

Algunas de esas ideas están rubricadas en el libro “Cabeza fría, corazón caliente”, una frase que inmortalizó en uno de los cruces coperos ante el River del Muñeco. Ferreira suele desafiar lo establecido. Polemiza, confronta, habitualmente con energía, aunque sin levantar la voz. Lo aman, lo desprecian. Sobre todo, por su admiración por la disciplina táctica: tal vez por ello, no asumió como DT de Brasil.

“¿Por qué no les preguntan a mis jugadores cuánto tiempo invierto en trabajos defensivos y cuánto tiempo en ensayos ofensivos? ¿Alguien les hizo esa pregunta alguna vez? Los jugadores brasileños son los mejores técnicamente, pero el ataque es el 50 por ciento del juego. Los equipos que no saben defender no ganan nada”, suele expresar. Luego de un raquítico 0-0 con Atlético Mineiro, sostuvo: “No jugamos, pero tampoco nuestro rival. Concentramos un bloque muy juntos en el medio del campo de juego. Eso es lo que hacen los grandes equipos para bloquear a los que tienen otra forma de jugar. Es fundamental que no nos conviertan goles, para recuperar la confianza”.

Fue un lateral derecho de fogoso ida y vuelta, algo así como un volante disfrazado. Penafiel, Vitória Guimaraes, Sporting Braga y Sporting Lisboa están en su foja de servicios; se retiró en 2011. A partir de allí, leyó todo lo que pudo sobre el arte del juego. “Lo que me hace feliz es cuando los futbolistas lo ven, lo hacen y, al final, les mostramos lo que han hecho. Y se convencen de que ese es el camino a seguir. Sabiendo que vamos a perder, pero que ese es el camino. No puede ser la derrota la que cambie nuestro camino. La derrota es parte del éxito: es bueno que la gente lo entienda”, sostiene el admirador de dos colosos de la historia deportiva brasileña, Tele Santana y Ayrton Senna.

“Mi misión es hacerlos mejores jugadores, pero también mejores hombres. Yo comparto mi vida con los futbolistas, ellos saben todo lo que me pasa. Sigo en Brasil sin mi familia, estoy solo, mi familia aquí son los jugadores”, descubre su otro mundo Ferreira, que prefiere la ropa deportiva a la elegancia, el que asegura que en la intimidad es una persona calma, tranquila. Que le gusta dormir, leer. Y que se transforma en la cancha.

“Trato de controlar mis emociones. Tengo que decir que a veces me da vergüenza lo que veo. Es muy difícil trabajar en el fútbol brasileño, evidentemente también para los entrenadores nacidos en Brasil, porque aquí se juega cada dos días, es casi imposible transmitir una filosofía de juego que se mantenga en el tiempo. Se pierden tres partidos seguidos y aparecen los dirigentes. No tengo miedo en decir lo que pienso. El gran problema son los dirigentes, que no tienen el coraje para mantener a un entrenador en la crisis. Por eso es difícil mantenerse arriba tanto tiempo”, supone en una entrevista en el programa Roda Viva, al aire desde hace 35 años, uno de los programas de entrevistas más tradicionales y relevantes de la televisión local.

“No creo que esté blindado. Yo sigo aquí por los lazos que encontré en el vestuario. Gané varios títulos, es cierto. Pero también perdí otros tantos. Después vienen las críticas, las pintadas. Hay que mantener el eje, saber dónde estás, hacia dónde vas. Sabes qué club representás, las personas que están con vos”, confirma el hombre, joven en un ambiente de experiencia, que se reconoce mejor entrenador que futbolista. “Yo era ese lateral con mucha fuerza, muchas ganas. Los periodistas nunca dijeron nada malo, pero siempre dijeron ‘esfuerzo’”, cuenta y larga una carcajada.

Palmeiras suele ganar seguido. Por eso, sellado el empate 0-0 en la Bombonera (con un moderno catenaccio) y una derrota por 2-1 contra Bragantino (con suplentes), el conductor tuvo un contrapunto con un cronista. Uno más. El especialista aseguró que Palmeiras debería superar a Boca. El DT le jugó de contraataque.

“Si coloca a dos equipos que van a jugar el jueves por una plaza en la final, Palmeiras y Boca, si analizara con frialdad, en mi opinión por lo menos, Palmeiras es más equipo. Palmeiras es el mejor equipo del continente, tiene al mejor entrenador aquí de Sudamérica, que es usted. Tiene jugadores más decisivos que Boca, que merecen el respeto. Volvieron de la Bombonera con un buen resultado, un 0 a 0 de ese infierno, que es un buen resultado…”, fue el análisis del periodista, interrumpido por el protagonista. Le hizo dos preguntas en una, otro de sus sellos distintivos. La pregunta inducida.

RESPETO A LA HISTORIA - A Abel Ferreira le consultaron por el gran candidato a avanzar a la final de la CONMEBOL #Libertadores teniendo en cuenta la serie Palmeiras-Boca y fue sincero en su reacción...

📺 Mirá la CONMEBOL #Libertadores por #StarPlusLA pic.twitter.com/9lslS0vO4d

— SportsCenter (@SC_ESPN) October 2, 2023

“¿Cuántas Libertadores tiene Palmeiras?”. ¡Tres!, respondió el cronista. Abel volvió a la carga. “¿Y cuántas Libertadores tiene Boca?”. Media docena, admitió el hombre de prensa, entre risas contenidas y cierta tensión. “Ahhhh”, cortó el ida y vuelta el portugués, que suele decir en la intimidad: “No tengo ningún problema con ningún periodista, ni siquiera con el que más me insultó: es mi filosofía de vida”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/la-otra-historia-de-abel-ferreira-el-tecnico-portugues-de-palmeiras-antes-del-choque-con-boca-la-nid03102023/

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