Los hoteles, cada vez más, buscan ofrecer experiencias inolvidables. Aventuras capaces de ser recordadas toda la vida o que valgan la pena ser compartidas con seres queridos. En medio de este nuevo paradigma de la hospitalidad, los complejos que ofrecen estadías en las alturas y entre los árboles suman más, y más huéspedes. Aquí les compartiremos cuatro propuestas imperdibles de la nueva versión de la casa en el árbol.

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La casa nido con pileta, en Tailandia

En Tailandia, entre los árboles de Phuket y encaramado en una colina con vistas al mar, se encuentra Keemala un complejo turístico que se desarrolla bajo el criterio de casas del árbol y que ofrece cuatro propuestas atractivas: cabañas de arcilla con piscinas (que replican las viviendas de pescadores, jardineros y granjeros de la zona), casas del árbol con pileta, tiendas con pileta y villas con piscina tipo nido de pájaro. De todas, ésta última es el más impactante.

Se trata de un inmueble de líneas redondeadas que se mimetiza con las rocas que lo rodean y con las copas de los árboles que parecen darle cobijo. La construcción, que está desarrollada en dos plantas y que cuenta con sendas terrazas, tiene como principal protagonista a una impactante pileta de las que se conocen como de horizonte infinito. Tiene una superficie de 30 metros cuadrados y cuenta con un viejo árbol que emerge de su interior.

Las habitaciones están rodeadas de un fascinante paisaje perenne. Allí, todo resulta un irrepetible paisaje onírico. Desde su página oficial sostienen que una estadía allí es animarse a vivir una experiencia holística. Para llegar al lugar, que se alquila de manera temporal o por jornada, los huéspedes deben atravesar bellos senderos selváticos.

Una “choza” en México

En México, a 6 kilómetros de la localidad de Tulum, se encuentra Azulik, una propuesta de hospitalidad de lujo, que propone reconectar con la naturaleza y que -para ello- ofrece una gran variedad de alternativas. Se tratan de cabañas rústicas, donde reina la madera y los techos de paja.

Entre las propuestas de este complejo mexicano se destacan: Villa Aqua, Villa de mar (sobre la playa), Villa del cielo (en medio de los acantilados), Villa Azteca y Villa de la Selva. Todas estas construcciones están atravesadas por el modelo de las casas del árbol.

Una de las más demandadas por el público que vista el lugar es la Villa de la Selva, que se encuentra muy próxima a la Casa de la Medicina Ancestral, el Balneario Maya e Ikal. La propiedad, de 15 metros cuadrados, está equipada con una gran y cómoda cama y cuenta con una terraza de madera donde se encuentra una tina al aire libre. Pero, según los encargados del lugar, lo mejor del complejo es su vista inmersiva hacia la selva.

Mini castillos medievales en Estados Unidos

Eureka Springs, ubicado en Arkansas, Estados Unidos, cuenta con las mejores casas entre los árboles, según muchos de los especialistas turísticos. Este lugar ofrece a los viajeros una experiencia singular, única e irrepetible. Las habitaciones -que están en lo más alto de los árboles y que están rodeadas de verde- ofrecen desde viajes al tiempo medieval hasta proponen sentirse -al menos por un rato- parte del fascinante mundo de Harry Potter y sus mágicos amigos.

Este complejo turístico se animó a ir más allá en la propuesta y cuenta con mini castillos entre los árboles que en su interior tiene detalles franceses o venecianos, pero allí no acaba la cosa. También diseñaron casas en los árboles que parecen sacadas de las películas de Harry Potter.

Además, hay réplicas de castillos, de cuevas y hasta de casas de hobbits. Para aquellos fanáticos de las historias de Potter y que quieren ir más allá cuentan con un servicio gratuito de recorrido por el lugar, a cargo de Elfos.

La página del complejo ofrece para recién casados una aventura singular y un inolvidable book fotográfico para compartir, en un futuro, con hijos y nietos.

Una casa futurista en Suecia

Suecia aporta una de las propuestas más modernas de la mano de Tree Hotel. Aunque este complejo de hospitalidad ya cuenta con algunos años de vida, continúa siendo el más disruptivo. Allí, las cabañas -que se mezclan entre las copas de los árboles- son una suerte de cubos de cristal. En sus paredes vidriadas se reflejan tanto las copas de los árboles como el cielo, haciendo -por momentos- que estos sofisticados cuartos se pierdan en medio del bosque o bien que se asemejen a grandes cajas de vidrio suspendidas en el aire.

Para acceder ellas, los visitantes deben atravesar una serie de puentes colgantes que hacen de la experiencia una aventura más adrenalínica y entretenida. Cada una de las cabañas de lujo suecas están equipadas con hamacas gigantes que permiten recostarse para dormir una plácida siesta u observar las estrellas o a las tan mentadas auroras boreales. Por si algo faltara, los huéspedes pueden, en sus ratos libres, hacer rapel en la Laponia, relajarse en el spa o disfrutar de una sabrosa y auténtica comida regional.