Veronica Escobar, miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, envió una carta junto con otros siete congresistas del partido para expresar su descontento y pedir a las autoridades federales que profundicen en el proyecto del gobernador de Texas, Greg Abbott. El republicano instaló un muro flotante de boyas y alambre de púas en los límites de río Bravo que corresponden a Eagle Pass, un lugar que conecta la frontera de EE.UU con México. La medida tiene el objetivo de frenar migración ilegal.

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La carta de Escobar y sus aliados fue enviada al fiscal general de EE.UU., Merrick Garland y al secretario de Estado Anthony Blinken, con el argumento de que esta medida no es más que un “truco peligroso”. En su opinión, pondrá en riesgo la vida de cientos de personas, algo que es una posible violación del derecho internacional. “La instalación del gobernador Abbott de barreras flotantes en el río Grande para impedir el cruce de migrantes prioriza la postura política sobre la seguridad y el bienestar tanto de los tejanos como de los migrantes”, describe el documento.

Además, aseveraron que Abbott pasó por alto a los altos mandos federales, quienes deberían ser los verdaderos encargados de la inmigración en territorio estadounidense: “En lugar de notificar y colaborar con las agencias federales apropiadas, como la Comisión Internacional de Límites y Aguas, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. y el Departamento de Seguridad Nacional; el gobernador Abbott continúa socavando al gobierno federal al hacer un mal uso de los recursos estatales para interferir con responsabilidades federales de inmigración y seguridad”.

Por otro lado, en la misiva se especificó que el muro no solo pondría en riesgo a los extranjeros que buscan entrar a Norteamérica, sino a los propios funcionarios estadounidenses: “No solo está desperdiciando el dinero de los contribuyentes con estos trucos... una vez más está eligiendo prácticas inhumanas y peligrosas que intimidan, ponen en peligro y lastiman a los migrantes y sus familias y ponen en riesgo al personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza”.

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Finalmente, los opositores demócratas instaron al Departamento de Justicia y al de Estado a tomar medidas “respecto a este asunto y las posibles violaciones”. Desde su consideración, invertir un millón de dólares en algo tan riesgoso es inaceptable.

El pasado 8 de junio el republicano anunció que instalaría una barrera acuática a lo largo de la frontera correspondiente a Texas. Lo anterior luego de que la legislatura estatal aprobara una serie de medidas fronterizas. A partir de ese momento se desplegaron equipos para la instalación de boyas en el Río Bravo, en segmentos de 300 metros en áreas de alto tráfico.

Estas boyas estarán sujetadas al lecho del río con una red debajo de ellas para garantizar que la gente no pase nadando. Además, son giratorias para que no puedan pasar. “Lo que las boyas nos permitirán hacer es evitar que las personas lleguen a la frontera”, señaló Abbott durante la conferencia de prensa el mes pasado.