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Leandro González Pirez y la hora de la reivindicación: se convirtió en el pilar de la defensa de River y cambió cuestionamientos por aplausos

Cambió reproches y murmullos por aplausos. Lentamente comenzó a ganarse el respeto y la confianza de los hinchas. Formado en las divisiones inferiores del club y con un segundo ciclo inesperado l...

Cambió reproches y murmullos por aplausos. Lentamente comenzó a ganarse el respeto y la confianza de los hinchas. Formado en las divisiones inferiores del club y con un segundo ciclo inesperado luego de marcharse en silencio durante las primeras semanas de Marcelo Gallardo como técnico de River, Leandro González Pirez se convirtió en el pilar del fondo en el equipo campeón de la Liga Profesional bajo la dirección de Martín Demichelis.

El caso del marcador central de 31 años es digno de análisis. Cuando parecía que iba a correr desde atrás tras un desempeño irregular que para colmo quedó en evidencia por la reprobación general de la gente, logró la reivindicación gracias a sus buenos rendimientos, amparados en una mentalidad de acero. Así revirtió la situación adversa que atravesaba desde la primera etapa y se había profundizado con varios errores evidentes en 2022, cuando quedó señalado principalmente por la equivocación que le permitió al colombiano Sebastián Villa darle los tres puntos a Boca en el estadio Monumental.

“Me quiero quedar a pelearla. Decidí dejar la vida que tenía para venir a River”, advirtió el exdefensor de Inter Miami, el 2 de octubre de 2022, en diálogo con TNT Sports, luego de un desempeño destacado al anular en La Paternal al delantero paraguayo Gabriel Ávalos en el 3-0 sobre Argentinos Juniors.

Consciente de que era cuestionado por los simpatizantes de River, pero dispuesto a luchar para triunfar en la institución donde se formó y tuvo su debut oficial como profesional el 26 de marzo de 2011, en un 2-1 contra Newell’s, el “Cabezón”, como lo conocen sus compañeros y seres queridos, jamás se derrumbó anímicamente. Mantuvo la convicción en sus cualidades y poco a poco se consolidó en el plantel hasta asentarse definitivamente en la última línea con el arribo del nuevo DT, un experto con más de 15 años en la posición de zaguero para aconsejarlo: “Con Demichelis hablé detalles de hacer más fáciles las cosas”.

La revancha

Aunque atravesó momentos complicados tanto el año pasado, sin la obtención de títulos en una versión de River acostumbrada a engrosar las vitrinas del museo, como durante sus comienzos, cuando integró el plantel que descendió y afrontó la obligación de arrasar en la B Nacional para volver cuanto antes a Primera División, González Pirez disfruta de su primer título con la banda roja.

Maduro más allá del aspecto deportivo, González Pirez tiene tres hijos: Felipe, Lucía y Emilia, fruto de la relación con su esposa, Melina Dibos, hija de un preparador físico de larga trayectoria en el fútbol profesional. Ellos fueron indispensables para que las circunstancias de mayor dificultad no resultaran un obstáculo imposible de superar: “Cuando me fui de acá, lo hice dolido y pensando en este día. Mi familia lo sabía, sólo quería volver a la Argentina para jugar en River. No cayó del todo bien la vuelta en mi familia, pero lo asimilaron. Y estuvieron cuando las cosas no salían tan bien”. El regreso a Buenos Aires fue después de cinco años repartidos entre México, donde actuó en Tijuana durante la temporada 2019/20, y Estados Unidos, país en el que vistió los colores de Atlanta United (2017-21) e Inter Miami (2020-21), el nuevo equipo de Lionel Messi. Previamente, River lo había prestado a KAA Gent (Bélgica) y Arsenal de Sarandí, antes de marcharse de Núñez en el segundo semestre de 2014, así como también representó a Tigre y Estudiantes de La Plata, en 2015 y 2016, respectivamente.

Pese a que estuvo en la mira de Boca, González Pirez ni siquiera dudó cuando en diciembre de 2021 recibió la propuesta para volver a Núñez. La transferencia se hizo con una modalidad especial: un préstamo con cargo de US$ 1.800.000 y acompañado de una opción de compra de apenas US$ 200.000, además de dos bonos que River pagó oportunamente al utilizar al zaguero en un lapso de al menos 45 minutos en diez compromisos oficiales tanto en 2022 como 2023.

Mientras en su vuelta le tocó alternar un lugar en la zaga según rendimientos, bajas por lesiones, suspensiones y rotación para dosificar cargas físicas, este año a González Pirez el camino se le allanó. Hubo diferentes factores: el desgarro que sufrió Emanuel Mammana, víctima posteriormente de una sinovitis en la rodilla izquierda, y la solidez que él mismo mostró a partir de marzo, cuando tuvo como compañero de fórmula al chileno Paulo Díaz; en el medio, también incidieron las respuestas insuficientes de Jonatan Maidana, expuesto por una cuestión de edad, y la necesidad de que Enzo Díaz abandonara la función de marcador central para ser dueño del costado izquierdo.

La sumatoria de hechos hizo que González Pirez se convirtiera en el defensor más importante para Demichelis y su principal ayudante de campo, otro conocedor del puesto como Javier Pinola. El eje de debate pasó a ser quién debía estar al lado de él, debido a que el zaguero construyó su titularidad indiscutida a través de la firmeza en la marca hombre a hombre, cubriendo muchos metros por detrás, la fortaleza en el juego aéreo para imponerse en los duelos individuales contra los delanteros, una salida prolija, sin generar problemas, cruces eficientes en zonas delicadas y anticipos en la mitad de la cancha para permitir que River recuperara rápidamente la pelota en su afán por atacar.

Además de que comenzó a sentir el apoyo del público en cada mención de la voz del estadio, González Pirez consiguió los elogios del técnico fuera del ámbito privado de las prácticas. “Es un chico que hace fácil lo difícil. Es muy inteligente, gana muchos duelos y siempre lee bien. Por ahí hacía difícil lo fácil y terminaba arruinando su rendimiento por jugadas puntuales”, resaltó Demichelis, en una charla con radio Continental, hace casi tres meses. Y amplió sus conceptos para valorar su esfuerzo: “Transmite firmeza y me da orgullo verlo así. Para el hincha de River tenía una etiqueta. Él se ganó estar bien, nunca paró de entrenarse”.

“Es un animal competitivo”

Felipe Peña, surgido de River y hoy en préstamo en Arsenal, fue el primer jugador en compartir el dormitorio con González Pirez cuando éste regresó al club, a principios de 2022. En diálogo para LA NACION, el mediocampista ponderó la fortaleza anímica del marcador central: “Tengo una gran relación con el Cabezón. Cuando llegó el año pasado para la pretemporada de San Martín de los Andes, me tocó concentrarme con él. Ahí lo conocí mejor. Es un fenómeno. Tiene una personalidad que transmite buena energía, buena onda. Hace entrar rápido en confianza. Se amoldó enseguida al grupo, no tuvo inconvenientes. Éramos equipo en el teqball, que se juega con la mesa de ping pong pero con la pelota de fútbol”.

Mediante la perseverancia, el número 14 de River fue un espejo para Peña: “Siempre dejaba todo en los entrenamientos, iba al frente como loco. A pesar de que el año no pudo rendir como él quería y pasaba momentos feos porque no le tocaba concentrarse, siempre mantuvo la actitud. Yo, como chico del club, aprendí de él porque siempre se entrenaba al máximo, siempre con buena cara, siempre con energía positiva. Eso es fundamental. Hoy me alegro el doble por cómo está yéndole, por su rendimiento, porque está demostrando lo que es. Además, es un referente del plantel. No me extraña su nivel: es un animal competitivo”.

El líder

Aunque no se caracteriza por ser el típico caudillo de la defensa con una voz de mando evidente, González Pirez asumió el liderazgo de la última línea de este River campeón. Tras integrar el banco de suplentes en cuatro de las primeras cinco fechas del torneo -su única presentación había sido exitosa al anotar el gol para vencer por la mínima a Tigre, en Victoria-, el defensor comenzó a ser uno de los once iniciales a partir del 2-0 sobre Lanús. Desde entonces, su nombre apareció en cada planilla ineludiblemente hasta la decimocuarta jornada, cuando Demichelis recurrió a la rotación en el 1-1 ante Atlético Tucumán, el 28 de abril. Volvió para lucirse en el Superclásico y, a excepción del descanso en el triunfo contra Platense y una distensión en el bíceps femoral izquierdo que le impidió estar presente en la cancha de Barracas Central, siempre dio el presente, independientemente de quien fuera su ladero en la dupla central.

LA INEXORABLE LEY DEL EX 🙏🏻

Leandro González Pírez puso a ganar a River después del cabezazo de Enzo Díaz. De yapa, se lastimó el dedo.#LPFxTNTSports pic.twitter.com/FgpiAPWJiM

— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) February 18, 2023

“Me gusta Demichelis. Fue un jugador excepcional, lo admiraba bastante de chico. Me parece una persona muy preparada, inteligente, que desarrolló su carrera en los mejores clubes del mundo y nos puede dar muchísimas cosas”, expresó el “Cabezón”, en noviembre de 2022, cuando restaban pocos días para que terminara el ciclo Gallardo y mientras el entrenador de la Reserva de Bayern Munich se preparaba para regresar tras 20 años en Europa. El trabajo cotidiano con el DT le permitió pasar en limpio algunas ideas que implementó para achicar el margen de error.

Seguro de sí mismo y plenamente conocedor de las exigencias de River, González Pirez es un ejemplo de reivindicación. Ya no despierta preocupación en cada intervención. Al contrario, obtiene el reconocimiento mediante aplausos y expresiones de asombro por su capacidad para desactivar los contragolpes rivales. Orgulloso por semejante privilegio luego de estar en el ojo de la tormenta, el marcador central no ocultó esa sensación de alegría en el momento que le tocó sentarse en el auditorio del Monumental para una conferencia de prensa: “Cuando escucho los aplausos, es lindo, eriza la piel porque le tengo mucho cariño a este club”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/river-plate/leandro-gonzalez-pirez-y-la-hora-de-la-reivindicacion-se-convirtio-en-el-pilar-de-la-defensa-de-nid16072023/

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